La FCM publica T. Vernon Wollaston (1822-1878), de Antonio Machado

La FCM ha publicado el libro T. Vernon Wollaston (1822-1878). Un entomólogo en la Macaronesia, de Antonio Machado Carrillo, que hace el número 11 de la colección Torcusa, dedicada a recoger investigaciones sobre la cultura, la historia, la ciencia y el patrimonio de la isla de Lanzarote y del resto del Archipiélago canario.

Antonio Machado Carrillo, de familia canaria, nació en Madrid (29-1-1953) y reside en La Laguna. Doctor en Biología; colaborador del Museo Insular de Ciencias Naturales (Tenerife, 1972-76), profesor de Ecología de la Universidad de La Laguna (1976-1979) y durante varios años (1976-1987) biólogo del Instituto Nacional para La Conservación de La Naturaleza, ejerciendo –entre otros cargos– el de Director Conservador del Parque Nacional del Teide y Jefe de Conservación del Centro Ecológico de La Laguna. Vocal Asesor del Gabinete de la Presidencia del Gobierno Central (1987) y Asesor de Ecología y Política Ambiental del Gobierno de Canarias (1988-1991) y del Consejero de Economía y Hacienda. También ha sido Director de la Oficina de Relaciones Institucionales del Gobierno de Canarias en Madrid (1994-95).


Su producción científica se centra fundamentalmente en Entomología (i.e. Coleópteros) y la técnica en materia de conservación de la naturaleza (gestión de áreas naturales, de vida silvestre, turismo sostenible, recuperación de especies, etc) además de haber realizado varios anteproyectos legislativos (impacto ecológico, áreas protegidas, biodiversidad, etc.). Participa en congresos y simposios de su especialidad y asimismo se dedica a la divulgación científica, contribuyendo mediante publicaciones, documentales audiovisuales, conferencias o artículos de prensa.


Ha trabajado como experto para organismos extranjeros e instituciones internacionales (Consejo de Europa, CEE, Tropenbos, GTZ, etc. ) habiendo realizado misiones en Argentina, Cabo Verde, Colombia, Egipto, Escocia, Guinea Ecuatorial, islas Galápagos, Mozambique, Panamá, Venezuela, etc. Desde 1991 a 1996 fue Consejero Regional electo de la UICN (Unión Mundial para la Naturaleza) para Europa Occidental y desde 1994 hasta 2001 Presidente del Centro Europeo para la Conservación de la Naturaleza (ECNC), con sede en Tilburg, Holanda.


Ha realizado diversos proyectos relacionados con la conservación de la biodiversidad: Proyectos de investigación de especies introducidas, planes de recuperación de especies amenazadas de extinción, planes de catalogación de espacios naturales protegidos (red de áreas protegidas), planes rectores de uso y gestión de áreas protegidas (Parques Nacionales y naturales), planes de interpretación, proyecto de ordenación de recursos naturales, evaluaciones de impacto ecológico, estudio de viabilidad de las áreas protegidas, viabilidad de proyectos de ecoturismo y planificación ambiental, dictámenes ambientales, informes de implementación de convenios, etc.


Ha sido distinguido con la Encomienda de la Orden Civil del Mérito Agrícola (1978), el Premio «Canarias 7. Ecología» otorgado por el diario Canarias 7 (1995) y el premio «Medio Ambiente» (modalidad individual) del Cabildo Insular de Tenerife (1995). Es miembro de honor del ECNC y del Patronato del Parque Nacional del Teide.
En la actualidad es editor en jefe del Journal for Nature Conservation, publicado por Urban & Fischer Verlag (Leipzig), miembro numerario de la Academia Canaria de La Lengua, profesor asociado de Ecología en la Universidad de La Laguna y trabaja como consultor (Eurbiol) en materia de conservación y medio ambiente.

Thomas Vernon Wollaston, nacido en Scotter (Lincolnshire, Inglaterra) en marzo de 1822, sufrió un ataque de tuberculosis pulmonar cuando tenía 24 años, apenas un año después de graduarse en Cambridge. Esta circunstancia hizo que eligiera la isla de Madeira para pasar el invierno de 1847-1848. Allí contactó con el reverendo R. T. Lowe, párroco inglés en la isla, y consumado naturalista a la moda tan extendida en la época dorada de la ciencia victoriana (1820-1860). Las colectas de insectos y moluscos que realizara Wollaston en este primer viaje para matar el tiempo, se convirtieron luego en un serio proyecto científico de estudio geográfico de la fauna de coleópteros de las islas atlánticas. Apoyado por Richard Lowe y John Gray —que le ofreció su yate para viajar por las islas— volvería a Madeira en repetidas ocasiones (siete viajes) y sus estudios se ampliarían a las islas Salvajes, Canarias (dos viajes), Cabo Verde y a Santa Elena.

Además de la detallada cronología de estos viajes, se da noticia del destino del material por él colectado, así como de otro material aportado por colegas que también visitaron las Islas y que Wollaston tuvo oportunidad de estudiar. Se aporta información sobre las llamadas “colecciones Wollaston” (Londres, Oxford, Washington), registro de localidades, material típico y demás aspectos de interés para la Taxonomía. Así mismo, se aporta la crítica de Wollaston a la teoría de Darwin.

La vida de Wollaston es un excelente ejemplo de cómo el desfavorable clima de Inglaterra ha propiciado el estudio de la naturaleza en Madeira y las islas Canarias, donde recalaba un permanente flujo de convalecientes, entre ellos, muchos eminentes viajeros y naturalistas. Es asimismo un ejemplo admirable de la victoria del espíritu sobre el cuerpo, pero también del tremendo freno que las creencias religiosas han supuesto generalmente al avance de la Ciencia.