“Para cambiar la lógica del sistema hay que dejar de pensar que la razón, la ciencia y la tecnología son la única forma de cambiar las cosas”
Segunda jornada del curso Ante el Antropoceno. Cuando la humanidad desborda los límites biofísicos del Planeta.
José Luis de Vicente habló sobre la colaboración entre el arte y la ciencia en la segunda jornada del curso Ante el Antropoceno. Cuando la humanidad desborda los límites biofísicos del planeta. De Vicente fue comisario de la exposición Después del fin del mundo, en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, que nació de preguntarse “si el cambio climático es lo más importante que nos pasa, por qué parece que no nos importa, por qué nos comportamos como si no fuera verdad”. “La crisis climática desborda nuestra capacidad de pensarnos”, aseguró, y por eso es necesaria una mirada desde el arte.
El primer paso es decir la verdad. Lo ilustró con diferentes acciones artísticas, desde Olafur Eliasson a las grabaciones de sonidos de la naturaleza que Bernie Krause ha realizado durante décadas, pasando por el movimiento social mundial Extinction Rebellion. “No podemos seguir viviendo como vivimos pero eso tiene cero capital político y es difícil de asumir desde lo cotidiano”, señaló. El segundo aspecto es la mutación: “Ya no vivimos en el mismo planeta en el que nacieron nuestros abuelos”. El Antropoceno nació el 16 de julio de 1945, con la caída de la bomba atómica, y a mediados de los años cincuenta vino la gran aceleración, cuando se disparan todos los indicadores de consumo. De Vicente expuso varios relatos sobre la mutación, como la compra de arena por parte de Singapur para ganar terreno al mar o las exposiciones de Tomas Saraceno, Kelly Javac o Trevor Paglen.
El tercer punto es saber cuál es el plan, y hasta ahora lo más parecido a un plan es el Acuerdo de París de reducción de emisiones. Dijo que no se explica bien ya que dejar de emitir gases es solo la mitad del camino; la otra mitad sería extraer el CO2. “Estamos apostando nuestro futuro a tecnologías que aún no conocemos”, aseguró. Analizó posibles escenarios futuros: existe una vertiente que dice que se trata de un problema técnico, después están los extincionistas, “que dicen que el meteorito éramos nosotros y que todas las especies se extinguen; los aceleracionistas, para los que hace falta utilizar la geoingeniería y acelerar el proceso; y los que piensan que debemos prepararnos para ir al espacio, que para De Vicente saben que no es posible y se trata de una narrativa de distracción. También están los decrecionistas, “una fantasía de vuelta al origen difícil de pensar en un mundo con 8.000 millones de personas”. “En cualquier caso necesitamos un nuevo pacto con la naturaleza”. Terminó exponiendo que las nuevas generaciones también tienen derechos políticos y que es un reto moral hacer un pacto con los ciudadanos del año 2100, que ya han nacido.
Almudena Hernando, etnoarqueóloga, considera que para hablar del futuro “hay que entender primero cómo hemos llegado hasta aquí” y que para hacer un análisis crítico es necesario separar los conceptos de naturaleza y de cultura con el fin de poder analizar lo humano y sus relaciones con lo no humano. “Tenemos una capacidad de razonar, que es interpretar la realidad, y no existe la capacidad de razonar separada de la emoción”. Hernando asegura que necesitamos pertenecer a un grupo humano “para sentirnos seguros y no morirnos de angustia”. Dijo que el responsable de la devastación queda oculto si decimos que es toda la humanidad porque “no todos somos agentes de la devastación”, ya que se reduce a los hombres occidentales con lógica patriarcal. “Si no identificamos esta lógica seguiremos con ella”.
Nuestra identidad es la forma de entender el mundo y lo que creemos que somos en ese mundo. Hay dos bloques de identidad: la relacional y la individualidad. La primera no es consciente, se construye a través de los vínculos, depende del cuerpo y te vincula a un espacio. La segunda pasa por la mente. Cuando no había diferenciación en un grupo humano, ni especialización, todos éramos iguales. En esas condiciones no se diferencia la naturaleza de la cultura, se empatiza y no se busca el cambio ni se siente poder sobre la naturaleza. Cuando aparecen hombres que hacen cosas diferentes nace la sensación de ser distinto y de tener poder sobre la naturaleza. En este sentido, la aparición de la escritura es fundamental. Al separarse del grupo desaparece la empatía. En la Ilustración se asienta la idea de que lo relacional representa el atraso y que el progreso consiste en la razón, la ciencia y la tecnología. Quienes construyen el discurso son los hombres que empezaron a impedir individualizarse a las mujeres. Hernando señaló que lo importante del poder es apropiarse de la verdad y que hemos llegado al colapso “porque creemos que lo que nos da seguridad es la ciencia, la tecnología y la razón”. “El orden patriarcal niega que sin lo relacional no podríamos vivir, este es el orden lógico causante de la devastación”.
Para Hernando, “la vida solo tiene sentido cuando se siente” y la clave es reconocer la interdependencia de lo emocional”. Cree que ahora “no podemos volver a la arcadia feliz porque ya estamos individualizadas”, también las mujeres, aunque no abandonan lo relacional: “El feminismo reconoce lo imprescindible de lo relacional”. Por último, este planteamiento, como solución, está hecho de contradicciones, porque para pequeños grupos sería posible pero difícil mientras que para la macropolítica sería casi imposible. En cualquier caso, “para cambiar la lógica del sistema hay que poner el énfasis en lo relacional, dejar de pensar que la ciencia y la tecnología son la única forma de cambiar las cosas, porque no es suficiente”. “Es necesario conectar lo subjetivo con las dinámicas sociopolíticas y económicas, dar espacio a lo relacional y cambiar el sistema de valores en la educación”.
El tercer ponente de la jornada fue Jorge Riechmann que habló de que la transición ecosocial será “más difícil de lo que pensamos” ya que estamos muy lejos de poner las bases para la sostenibilidad. Empezó con el ejemplo de la central de Gorona del Viento, en El Hierro que se ha intentado anunciar como que la isla ha llegado a ser autosuficiente energéticamente, cuando aún el 87 por ciento de su energía viene de combustibles fósiles. Desde 2008 hasta hoy hemos emitido tanto dióxido de carbono como los dos primeros siglos de industrialización. “Estamos devastando la biosfera entera para disfrutar de este modo de vida”, señaló Riechmann, que considera que no podemos sustituir la sobreabundancia energética con energías renovables y que sin reducir drásticamente la movilidad motorizada no vamos a ningún sitio. Para desarrollar el coche eléctrico, como gran fetiche, no hay minerales suficientes en la corteza terrestre. Por tanto, está fuera de la realidad seguir viviendo como hasta ahora y habría que aceptar alguna clase de empobrecimiento voluntario.
Incluso los países que avanzan, como Dinamarca, siguen emitiendo la misma cantidad a la atmósfera a pesar de que tienen un tercio de su energía por renovable. Riechmann destacó que no ha habido transiciones energéticas como la actual porque nunca ha habido sustitución sino acumulación. “El concepto de transición es un espejismo sin referente histórico y se nos ha acabado el tiempo para hacer una transición ordenada, porque además estamos haciendo lo contrario de lo que deberíamos”. “No nos creemos que esta civilización está acabada y hay que salir del capitalismo y cambiar de valores”. “César Manrique dijo en 1985 que era momento de parar y no paramos”, señaló el filósofo, quien cree que el peaje de usar menos energía será hacer menos cosas y eso es un problema grave para sociedades enganchadas a la satisfacción inmediata. “Solo viviríamos mejor con un cambio de valores: o empobrecimiento voluntario o barbarie”.
Joan Nogué finalizó como moderador de una mesa redonda con los tres ponentes. Señaló que a pesar de todo, caminamos hacia un nuevo paradigma y este debate se está planteando en muchos lugares del planeta con la sensación de fin de ciclo. “La manera de relacionarnos con nuestro entorno está llegando a su fin y hay que firmar un nuevo contrato social con este planeta”.
Más información sobre el curso Ante el Antropoceno
Acceder al vídeo de las conferencias. Parte 1
Acceder al vídeo de las conferencias. Parte 2
Documentación adicional del profesor Riechmann:
01 Adónde vamos_ Nate Hagens 2018
02 LÍímites ecológicos_ Capellán y de Castro 2018
03 Ecosocialismo descalzo en el siglo de la gran prueba_ Viento sur 150
04 El Brexit como primera etapa en el gradual colapso energético de Europa_ N. Ahmed 2018
05 Gorona del viento y las transiciones energéticas_ J. Riechmann 2016
06 El no actuar en aquellos día_ J. Riechmann 2017
07 Límites a la disponibilidad de minerales_ Alicia Valero 2014
08 Tiene sentido seguir evocando transiciones hacia sociedades industriales_ J.Riechmann 2014