Curso / 27/06/2019

“El aumento del nivel del mar no hay quien lo pare y Canarias es la comunidad autónoma con mayor riesgo en su costa”


Tercera jornada del curso Ante el Antropoceno. Cuando la humanidad desborda los límites biofísicos del Planeta.

Ciudades y territorios para la vida fue el título de la tercera jornada del curso Ante el antropoceno, que abrió Claire Roumet, exdirectora de Energy Cities, la red europea de ciudades en transición energética. Roumet partió de la idea de que las ciudades son interdependientes y están conectadas pero sus recursos energéticos llegan desde fuera y habló de la necesidad de descentralizar la generación eléctrica. Hay que basarse en tres herramientas para ser eficientes: la devolución de poder, de competencias para los municipios en materia energética; la democratización de las decisiones; y que se mida cada decisión pública en los parámetros de coste de CO2. Dijo que en Europa se puede ser cien por cien renovable, pero reduciendo el consumo al cincuenta por ciento: la mitad en las ciudades y la otra mitad en grandes consumidores.

Aseguró que el cambio está yendo muy rápido si se compara con hace cuatro o cinco años. “Ahora los alcaldes ya saben de energía y hay demandas claras de la ciudadanía”. En Bélgica los jóvenes han cambiado la agenda de las elecciones exigiendo declaraciones de emergencia climática en todos los municipios. Puso varios ejemplos de proyectos en ciudades y barrios y advirtió que es muy importante tener estrategias claras en estas ciudades, saber hacia dónde se quiere ir y en qué plazos.

Claire Roumet

El ingeniero Íñigo Losada abordó primero los cambios producidos por el cambio climático y dijo que ya hay zonas del planeta donde ha subido la temperatura media en casi dos grados, que los cambios en los extremos son preocupantes y que ese calor principalmente se va al océano. El nivel del mar subió unos 18 milímetros al año en el siglo XX y por cada centímetro que sube se pierde un metro de playa. Aseguró que los refugiados climáticos son ya una realidad y que no solo hay que mitigar el cambio sino que hay que adaptarse. El riesgo está formado por tres aspectos: peligrosidad, exposición y vulnerabilidad, y sobre los tres se puede actuar. El equipo con el que trabaja en el Instituto de Hidráulica de Cantabria construye modelos, escenarios posibles para saber lo que puede pasar e incluso calculan en millones de euros lo que que puede suponer, por ejemplo, en pérdidas en el sector turístico.

En Canarias, el factor dominante es el cambio del oleaje. Las olas son más energéticas, las extremas serán más extremas y habrá un cambio en su dirección que erosionará los diques y espigones. En Canarias hay una gran exposición y vulnerabilidad y se ha incrementado el riesgo por la ordenación territorial, por lo construido en la costa. Habrá más oleaje en el sur de las islas, mayor probabilidad de ciclones y efectos en las infraestructuras que se han diseñado mal o no se han mantenido correctamente. “Canarias es probablemente la comunidad autónoma con mayor riesgo en su costa”, dijo. Es de las más vulnerables, el aumento medio del nivel del mar “no hay quien lo pare” y la adaptación va a ser necesaria hasta en el escenario más favorable “y es más barato adaptarse que reparar los daños”.

Iñigo Losada

Expuso que trabajan, cada vez más, con soluciones con la naturaleza que permiten conjugar mitigación y adaptación, como en restauración de manglares o de barreras de coral demostrando su valor en lugar de construir diques y logrando que los hoteles paguen un seguro por ellos. Terminó señalando quiénes tienen que hacer algo ante esta situación: todas las administraciones, desde las estatales a las locales, pero también las empresas.

Fernando Prats

Fernando Prats, arquitecto urbanista, cerró la jornada exponiendo el caso de Álava central, en el que está trabajando ahora. Su propuesta en Álava es trabajar sobre lo necesario, no sobre lo posible y advirtió que era un viaje que no habían hecho nunca. “Tenemos una brújula pero no certezas”. Antes habló de que es necesaria una simbiosis entre el medio urbano, el rural y la naturaleza y aseguró que hay que optimizar las capacidades endógenas de un territorio porque la logística a larga distancia, de la forma que la conocemos, “no va a ser posible”. Del cambio de época señaló que lo más importante no es el aumento de población sino que no sigan las lógicas de un sistema basado en el crecimiento. Aseguró que los nuevos paradigmas ya están en los movimientos sociales y que hay que buscar las condiciones de vida para todos pero sin desbordar los límites. El Derecho también debe cambiar para dar prioridad a las condiciones de supervivencia y la ecotasa llega tarde y es insuficiente. “No adoptaría ni una sola operación que aumentara las emisiones de CO2 a la atmósfera”, señaló. Habló de poner la vida en el centro de la política, hacer transformaciones profundas en los deseos, volver a los territorios y trabajar en proximidad excepción. Los países ricos han fracasado y será necesario “replantearse lo que significa bienestar”.

Álava es el “patito feo” del País Vasco sin embargo es su gran reserva de vida y forestal. Euskadi es una región que, a priori tiene unos buenos índices de desarrollo y bienestar social, pero si se incluyen los valores de futuro, como la huella ecológica o las emisiones, que son su principal exportación, ya no está tan bien: pérdida de biodiversidad, mala calidad del agua, contaminación… “No son conscientes de su vulnerabilidad”. Prats presentó su proyecto de biorregión que asegura que “no es un tema de expertos sino de debatir entre todos y ver si es posible capitalizar una vida saludable y los límites biosféricos, no confiar todo a la tecnología y la energía”. El proyecto consiste en hacer un diagnóstico y marcar los problemas. Se han interesado por él las matrices de las grandes empresas del lugar. “Si el proyecto sigue vivo es porque algunos intuyen que tenemos razón”.

Federico Aguilera Klink

Federico Aguilera Klink moderó el debate final. Dijo que la economía es violenta, criminal, que nos lleva al desastre y que en los años que llevamos de siglo han muerto cuatro millones de personas por guerras provocadas por Occidente. “Debería ponerse ese coste en el precio del petróleo”. Para Aguilera, Europa es un fraude y el 75 por ciento de descuento al transporte en Canarias “es un disparate en un contexto de cambio climático” que promueve un modelo de movilidad compulsiva.

Más información sobre el curso Ante el Antropoceno

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