Vicente Verdú
Hubo un tiempo en que un aura mística recubría a los artistas. El escritor y periodista Vicente Verdú recordó que en el siglo XIX se produjo una sorprendente deriva que llevó desde “la veneración religiosa al monarca” hacia la “sacralización del artista” a ojos de todos. Se transformaron en seres de los que se esperaba que navegaran por las entrañas del alma humana para descubrir sus misterios y sacarlos a la superficie. “El artista se convirtió en un creador de mundos nuevos. Se le vio, junto a la ciencia, como una aportación al conocimiento de la condición humana. Era el conocedor del sentido de la vida, el que transmitía una revelación”, apuntó el autor de El planeta americano durante su intervención en la Sala José Saramago de la Fundación César Manrique (FCM) el 18 de junio de 2009, dentro del ciclo El autor y su obra. Curiosamente, se daba por bueno que estaban hechos casi a partes iguales de luz y de oscuridad, pues se les acomodaba en el perfil de “gente por lo general tuberculosa, que vivía penosamente, alcohólicos y que, indispensablemente, creaban con dolor”. El autor señaló que “se ha venido arrastrando la ecuación del arte basado en el dolor”.
Podría decirse que Verdú, doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de la Sorbona, miembro de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard, colaborador habitual del diario El País, donde ocupó los cargos de Jefe de Opinión y de Cultura, y escritor de éxito, ha hecho bastante en el proceloso mar de las letras. Tenía un escritor dentro. “Es una voz poderosa que te conduce en esa dirección y si no lo cumples tienes un sentimiento de culpa tremendo. Otros piensan que si escriben serán más queridos, pero no piensan que a lo mejor te odian el doble. Y hay también quien dice que no sabe hacer otra cosa”, comentó. Parafraseando a Marañón, matizó que “hay mucha gente que siente esa voz, pero es necesario que se cruce con el talento”. La certeza de su aptitud le vino a Verdú por un camino un tanto retorcido: “Ya estoy harto. O me dices de quién copias o se lo digo al prefecto”, le amenazó un tutor en su etapa de estudiante. “Me estaba alabando dudando de mi capacidad”, subrayó Verdú.
Con la beca Nieman, y tras su etapa como Jefe de Opinión de El País, se escapó a Estados Unidos. De su experiencia en este país nació El planeta americano. “Todos los libros tienen que ver con la biografía”, afirmó. De sus propias experiencias han surgido también Noviazgo y matrimonio en la burguesía española, El fútbol, mitos, ritos y símbolos, El éxito y el fracaso o Nuevos amores, nuevas familias. En cuanto a su estilo, Verdú reconoció que “el periodismo te enseña a ser claro”.
jeudi 18 juin 2009Materiales: