Se está legislando para desmontar todo lo que se ha hecho

Wolfredo Wildpret, Faustino García Márquez, Fernando Prats y Federico Aguilera Klink, los cuatro invitados a la mesa redonda celebrada el 27 de septiembre de 2012, César Manrique. Una conciencia pionera de los límites, comenzaron relatando, tras la introducción del periodista Gregorio Cabrera, uno de los dos moderadores junto a Jaime Puig, su primer recuerdo sobre la figura de César Manrique. Tras su intervención inicial, Wildpret, catedrático de Botánica, calificó a Manrique como “un profeta de lo que ha ocurrido en Canarias” y dijo que le asombró de él su valentía y su coherencia, así como su inteligencia natural. Terminó hablando de Lanzarote, de la que dijo que en los últimos años ha perdido gran parte de su valor.  


El arquitecto Faustino García Márquez retomó el hilo para señalar que se ha producido en la isla una pérdida paulatina y constante y que Canarias es el relato de un fracaso por haber construido discursos de sostenibilidad coherentes plasmados en el planeamiento pero que no se han llevado a la práctica “seguramente porque quienes propugnaban esas soluciones no creían en ellas”.

Por su parte, el urbanista Fernando Prats dijo sobre César que fue un genio y un visionario y que aún hoy en día su visión sobre la ética y el medio ambiente sigue siendo pionera porque César aludía a los límites de la isla cuando nadie hablaba de ellos. “Como líder social, hoy sería un maestro en el 15-M”, añadió.

Federico Aguilera Klink, que no conoció al artista, dijo que su escuela, como reconoce Manrique en sus escritos, fue su capacidad de asombro, y destacó la necesidad de cambiar la educación “porque aprendemos a perder el juicio pero con títulos”. “El desastre financiero lo han montado personas que han estudiado en las mejores universidades”, apuntó Prats. 

Los ponentes hablaron sobre el modelo de desarrollo de España, de Canarias y de Lanzarote y sobre su futuro. García Márquez dijo que se debe recuperar la visión de que existen límites. Para Wildpret, el modelo actual se ha acabado y los gobernantes no tienen ni iniciativa ni ideas. “Se debe producir una revolución porque hay un retroceso incluso en las libertades”, aseguró, y puso como ejemplo el caso del puerto de Granadilla para ilustrar que los poderes fácticos siguen controlando el poder político en Canarias. Según Aguilera Klink, “a la conciencia de los límites que vamos teniendo se opone la educación, que te enseña que no hay límites”. Destacó que el desarrollo económico está saqueando el Planeta y que “estamos en un estado de guerra continua”.

Prats volvió al caso de Lanzarote para preguntarse la diferencia entre el prestigio de la isla en el exterior y la autocrítica interna y se respondió que “en Lanzarote nos medimos con lo que pudo ser, con ese Camelot utópico que soñó Manrique”, y en el que creyó la población. Ahora, según Prats, el verdadero problema es que la sociedad está incluso pero que el territorio, afirmando que “o renace (la sociedad civil), o no hay nada que hacer”. Afirmó que hoy no se puede comprender nada sin entender que estamos en un cambio de época profundo porque hay un desbordamiento de los límites del Planeta, con dos tercios de los ecosistemas básicos en riesgo “y frente a esto no hay el más mínimo debate, obnubilados por la crisis económica”.

Respecto al futuro de Canarias, García Márquez habló de las nuevas leyes de armonización para la recualificación turística que prepara el Gobierno de Canarias: “Se está legislando para desmontar todo lo que se ha hecho”, dijo, y aportó varios datos: la afluencia de turistas a Canarias entre 1999 y 2010 bajó un trece por ciento mientras que las plazas alojativas crecieron un 22%, y en Lanzarote aumentaron un 34 por ciento; o que en 15 años, entre 1987 y 2002, se asfaltó, se urbanizó y se construyó en Lanzarote el 60 por ciento de la superficie que se había urbanizado en toda su historia. Sin embargo, en lugar de volver a poner límites “ahora vuelven a cambiar la legislación para acelerar esos procesos. La Ley de armonización y sobre todo, la recualificación, es el fin de los límites, porque se liberaliza la posibilidad de construir hoteles de cinco estrellas y es posible que, en el trámite parlamentario, se amplíe esa posibilidad a los de cuatro ya que así lo ha pedido el Consejo Económico y Social de Canarias. Lo que viene es un acelerón”, señaló recordando el caso de las Directrices del Turismo de 2003, que intentaron contener el crecimiento y que “cuando se terminaron de redactar comenzó su voladura oficial”.

Prats coincidió con García Márquez en que esas nuevas leyes incentivan el crecimiento a pesar de que están basadas en la renovación como clave, y finalizó sus intervenciones alertando del atasco del modelo turístico de la costa en España, algo que reconoce la propia patronal turística Exceltur, porque bajan las pernoctaciones, los ingresos y los precios. También apuntó a la energía como el mayor de los retos para Canarias y dijo que pocos sitios como Lanzarote están tan preparados para afrontar ese reto. Aguilera Klink afirmó que el binomio crecimiento y creación de puestos de trabajo es falso y que hay que aprender a vivir de otra manera, mientras que Wildpret dijo que en estos momentos de crisis, quedarse en silencio y resignarse es un delito, y respecto al futuro de Canarias aseguró que tiene dos recursos: el clima (“que es de lo poco que no nos podemos cargar los canarios”) y el paisaje, que vuelve a estar amenazado. García Márquez concluyó hablando de la huella ecológica y señalando que si todos los habitantes del Planeta vivieran con las condiciones que lo hacen los habitantes del primer mundo “necesitaríamos diez planetas y medio para vivir”.

Wolfredo Wildpret, Faustino García Márquez, Fernando Prats y Federico Aguilera Klink, los cuatro invitados a la mesa redonda celebrada el 27 de septiembre de 2012, César Manrique. Una conciencia pionera de los límites, comenzaron relatando, tras la introducción del periodista Gregorio Cabrera, uno de los dos moderadores junto a Jaime Puig, su primer recuerdo sobre la figura de César Manrique. Tras su intervención inicial, Wildpret, catedrático de Botánica, calificó a Manrique como “un profeta de lo que ha ocurrido en Canarias” y dijo que le asombró de él su valentía y su coherencia, así como su inteligencia natural. Terminó hablando de Lanzarote, de la que dijo que en los últimos años ha perdido gran parte de su valor.  


El arquitecto Faustino García Márquez retomó el hilo para señalar que se ha producido en la isla una pérdida paulatina y constante y que Canarias es el relato de un fracaso por haber construido discursos de sostenibilidad coherentes plasmados en el planeamiento pero que no se han llevado a la práctica “seguramente porque quienes propugnaban esas soluciones no creían en ellas”.

Por su parte, el urbanista Fernando Prats dijo sobre César que fue un genio y un visionario y que aún hoy en día su visión sobre la ética y el medio ambiente sigue siendo pionera porque César aludía a los límites de la isla cuando nadie hablaba de ellos. “Como líder social, hoy sería un maestro en el 15-M”, añadió.

Federico Aguilera Klink, que no conoció al artista, dijo que su escuela, como reconoce Manrique en sus escritos, fue su capacidad de asombro, y destacó la necesidad de cambiar la educación “porque aprendemos a perder el juicio pero con títulos”. “El desastre financiero lo han montado personas que han estudiado en las mejores universidades”, apuntó Prats. 

Los ponentes hablaron sobre el modelo de desarrollo de España, de Canarias y de Lanzarote y sobre su futuro. García Márquez dijo que se debe recuperar la visión de que existen límites. Para Wildpret, el modelo actual se ha acabado y los gobernantes no tienen ni iniciativa ni ideas. “Se debe producir una revolución porque hay un retroceso incluso en las libertades”, aseguró, y puso como ejemplo el caso del puerto de Granadilla para ilustrar que los poderes fácticos siguen controlando el poder político en Canarias. Según Aguilera Klink, “a la conciencia de los límites que vamos teniendo se opone la educación, que te enseña que no hay límites”. Destacó que el desarrollo económico está saqueando el Planeta y que “estamos en un estado de guerra continua”.

Prats volvió al caso de Lanzarote para preguntarse la diferencia entre el prestigio de la isla en el exterior y la autocrítica interna y se respondió que “en Lanzarote nos medimos con lo que pudo ser, con ese Camelot utópico que soñó Manrique”, y en el que creyó la población. Ahora, según Prats, el verdadero problema es que la sociedad está incluso pero que el territorio, afirmando que “o renace (la sociedad civil), o no hay nada que hacer”. Afirmó que hoy no se puede comprender nada sin entender que estamos en un cambio de época profundo porque hay un desbordamiento de los límites del Planeta, con dos tercios de los ecosistemas básicos en riesgo “y frente a esto no hay el más mínimo debate, obnubilados por la crisis económica”.

Respecto al futuro de Canarias, García Márquez habló de las nuevas leyes de armonización para la recualificación turística que prepara el Gobierno de Canarias: “Se está legislando para desmontar todo lo que se ha hecho”, dijo, y aportó varios datos: la afluencia de turistas a Canarias entre 1999 y 2010 bajó un trece por ciento mientras que las plazas alojativas crecieron un 22%, y en Lanzarote aumentaron un 34 por ciento; o que en 15 años, entre 1987 y 2002, se asfaltó, se urbanizó y se construyó en Lanzarote el 60 por ciento de la superficie que se había urbanizado en toda su historia. Sin embargo, en lugar de volver a poner límites “ahora vuelven a cambiar la legislación para acelerar esos procesos. La Ley de armonización y sobre todo, la recualificación, es el fin de los límites, porque se liberaliza la posibilidad de construir hoteles de cinco estrellas y es posible que, en el trámite parlamentario, se amplíe esa posibilidad a los de cuatro ya que así lo ha pedido el Consejo Económico y Social de Canarias. Lo que viene es un acelerón”, señaló recordando el caso de las Directrices del Turismo de 2003, que intentaron contener el crecimiento y que “cuando se terminaron de redactar comenzó su voladura oficial”.

Prats coincidió con García Márquez en que esas nuevas leyes incentivan el crecimiento a pesar de que están basadas en la renovación como clave, y finalizó sus intervenciones alertando del atasco del modelo turístico de la costa en España, algo que reconoce la propia patronal turística Exceltur, porque bajan las pernoctaciones, los ingresos y los precios. También apuntó a la energía como el mayor de los retos para Canarias y dijo que pocos sitios como Lanzarote están tan preparados para afrontar ese reto. Aguilera Klink afirmó que el binomio crecimiento y creación de puestos de trabajo es falso y que hay que aprender a vivir de otra manera, mientras que Wildpret dijo que en estos momentos de crisis, quedarse en silencio y resignarse es un delito, y respecto al futuro de Canarias aseguró que tiene dos recursos: el clima (“que es de lo poco que no nos podemos cargar los canarios”) y el paisaje, que vuelve a estar amenazado. García Márquez concluyó hablando de la huella ecológica y señalando que si todos los habitantes del Planeta vivieran con las condiciones que lo hacen los habitantes del primer mundo “necesitaríamos diez planetas y medio para vivir”.