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Daniel Innerarity. Un mundo desincronizado

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Daniel Innerarity participó en el espacio de reflexión "Fronteras y direcciones del progreso" el 30 de octubre de 2008.

Primero Daniel Innerarity marcó los tiempos de su conferencia ‘Un mundo desincronizado’. Tres partes, tres tiempos. Se propuso (y lo consiguió) explicar por qué las guerras actuales son conflictos de tiempo y ya no de espacio. Después explicó por qué en la sociedad hay muchos tiempos diversos y finalmente expuso su concepto de cronopolítica: cómo entender la política como una gestión de los tiempos.

“Todos sabemos que quien manda es quien controla el tiempo”, comenzó Innerarity, que lanzó preguntas al público: ¿quién controla el tiempo?, ¿cuál es la velocidad correcta? Su hipótesis es que los conflictos actuales, desde los domésticos a la geopolítica, son conflictos de tiempo. “En geopolítica antes se ocupaba espacio y ahora lo interesante es hacerse con el tiempo”. “La cronopolítica es más interesante que la geoestrategia”.

“En el fondo luchamos por quitar el tiempo a otros”, según Innerarity que considera que la manera moderna de exclusión es acelerar los procesos sociales, que imponiendo velocidades se crean fronteras. Según el filósofo, hay que volver a la idea del marginado, que es una idea espacial, como el retrasado. El marginado vive hoy en otro tiempo. ¿Y cuáles son las dos instancias que tratan de imponer sus tiempos al resto? La economía financiera y los medios de comunicación.

Los sistemas más rápidos imponen su tiempo

Así llegó a la segunda parte, al segundo tiempo de la conferencia, la explicación de la policronía actual: cómo personas que viven en el mismo espacio, lo hacen en tiempos distintos. “Hay tantas velocidades que no hay una instancia  natural de las cosas”, señaló. Cada uno de nosotros reivindicamos nuestro ritmo. Existen, a la vez, los tiempos de las personas y los tiempos de los grupos.  Y hay choques. Hay lógicas temporales antagónicas y hay, por supuesto, lógicas temporales que pretenden imponerse sobre el resto.

Ese choque es especialmente importante entre los subsistemas sociales: la Economía, el Derecho, la Religión, la Política, los medios de comunicación… “Todos tienen tiempos muy diversos y chocan continuamente”. En esos choques, en esa “guerra desigual”, los sistemas más débiles, los más lentos, ven cómo los más rápidos les imponen su tiempo. Entre los más rápidos están—insistió Innerarity— la economía financiera y los medios de comunicación y entre los más débiles está la ecología (el tiempo de reposición natural es muy lento comparado con el tiempo del consumo), el Derecho (muy lento frente a los avances tecnológicos) o la política que necesita de la deliberación, de la búsqueda de razones.

“Se ha pensado que los progresos se armonizaban y el progreso se ha astillado: hay muchos avances en unos subsistemas y en otros no”. Dos ejemplos: la Unión Europea, de la que se pensó que el mercado único llevaría a una unión política, y China, que avanza hacia el capitalismo pero no hacia los Derechos Humanos. Y una desincronización clara respecto a las fuentes de energía: “hay ciclos naturales de regeneración que no están a la altura de la capacidad de uso de esos ciclos”. La velocidad de consumo es enorme.

La política debe democratizar el tiempo

Y llegó el tercer tiempo. ¿Cómo pensar un tiempo democrático? Esta es la función principal de la política, según Innerarity: democratizar el tiempo. Hay dos supuestos de la democracia moderna que hoy ya no son válidos: el concepto de la unidad del tiempo histórico y la compatibilidad entre el tiempo político y el tiempo social. “Nadie pensó que fueran incompatibles”.

La articulación del debate en torno al pasado, presente y futuro y la dicotomía entre conservador y progresista “hoy ya no está tan clara”. Es un anacronismo. “Ser progresista o conservador hoy significa poco”. Es más: “un reaccionario no es alguien que quiera conservar algo del pasado, es lo contrario”. “Un reaccionario destruye el futuro a través de la aceleración en nombre del futuro”. Como ejemplo, la batalla electoral entre Royal y Sarkozy: la izquierda es la del ritmo lento y la derecha la del ritmo rápido. “La lógica de la izquierda hoy es conservacionista”, mientras que los conservadores están a favor de la aceleración.

Y aquí señaló que “la aceleración dificulta y debilita la capacidad de deliberación y decisión del sistema político”. O dicho de otro modo: “La dinámica de la aceleración de la sociedad es una amenaza para la política porque dificulta la autodeterminación democrática”. Ese énfasis en agilizar las decisiones puede acabar siendo una coartada para tomar decisiones sin trámites democráticos. Así pues, la sociedad se va despolitizando. “Hoy el problema—señaló Innerarity—no es gobernar bien o mal, es gobernar. “El 90% de lo que hace un político es gestionar la reparación de los daños: la política es melancólica”. Llegamos a una democracia despolitizada en la que algunos pretenden que la política sea un anacronismo. Así que el desafío se traduce en cómo defender la democracia defendiendo las propiedades temporales de la democracia, cómo defenderse frente a los tiempos de la economía financiera y los medios de comunicación.

Innerarity, que miró varias veces su reloj, aseguró durante la conferencia que el tiempo de atención que una persona puede dedicar a escuchar a otra no suele pasar los cincuenta minutos. El ponente habló y contestó a las preguntas del público durante más de una hora y media. 

jeudi 30 octobre 2008

Daniel Innerarity, en la FCM