Íñigo Losada: «La erosión y la inundación son los dos problemas principales para la costa canaria»
La Fundación César Manrique (FCM) acogió este jueves 26 de octubre, en la sala José Saramago, la conferencia Riesgos y adaptación al cambio climático en la costa canaria, pronunciada por el ingeniero hidráulico Íñigo Losada, uno de los expertos más relevantes a nivel internacional en costas, cambio climático y energía offshore.
El experto explicó que el riesgo en la costa viene determinado por tres factores: la exposición, la vulnerabilidad y la peligrosidad. Para intentar reducirlo existen dos posibles acciones: la mitigación y la adaptación. Además, es importante “tener una visión sistémica de la costa” ya que esta “no entiende de competencias ni de límites municipales”.
El nivel del mar subirá más cuantas más emisiones de CO2 se emitan a la atmósfera, ya que el océano las absorbe. El nivel del mar aumentará pero no de igual forma en todas partes. De momento, en Canarias, la subida media es de cuatro milímetros al año, lo que supone que en algunos tramos acabará subiendo el doble. La cota de inundación no es igual en todos lados y por eso es importante tener la información a escala local, matizó Losada.
En un escenario en el que apenas se reduzcan las emisiones, en el año 2100 el nivel del mar podría llegar a aumentar más de un metro en algunas zonas, con una subida media de 20 milímetros por año. “En ese caso no seríamos capaces de adaptar la costa”, sentenció. La mayor preocupación para los expertos está en los fenómenos extremos, que cada vez van a ser más frecuentes.
La erosión y la inundación son los dos problemas principales para la costa canaria. Aunque el nivel medio aumente poco, va a tener influencia en la inundación. En cuanto a la erosión, “si la playa retrocede, ya no se recupera. Por cada centímetro de aumento del nivel del mar, la playa retrocederá un metro”. La pérdida de las playas es uno de los mayores riegos para las costas canarias “si no hacemos nada”. “Y no solo sería negativo desde el punto de vista económico/turístico, sino porque si no hay playa, las olas no rompen, y, si no rompen, hay más probabilidad de inundaciones”, destacó el experto.
La adaptación de la costa, por su parte, no tiene una visión global, sino que se trata de algo muy local. El Gobierno de Canarias encargó un amplio estudio que permite conocer los indicadores del riesgo de inundación y erosión costera frente al cambio climático en Canarias. En ese estudio, realizado por Grafcan con el apoyo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y en el que también participó el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria del que Losada es cofundador, se calculan varios escenarios futuros posibles.
El estudio, que presenta los mapas de potenciales inundaciones y se puede consultar en la web pimacostas.grafcan.es, evalúa el riesgo y da a conocer la peligrosidad a escala local. Se calcula el riesgo sobre cinco elementos: la población, el tejido productivo, el patrimonio, las infraestructuras y los ecosistemas.
Con el horizonte más crítico para 2100, con un aumento de 4ºC en la temperatura del mar, en Lanzarote se producirían retrocesos de las playas de entre 25 y 40 metros. En el informe se añade un índice con todas las posibles actuaciones de adaptación a realizar en las costas canarias, desde grandes infraestructuras a pequeñas intervenciones en función de los riesgos y de los diferentes escenarios y espacios temporales. En Lanzarote, si no se actúa, el mayor riesgo se encuentra en las zonas urbanas.
En cuanto a las adaptaciones de los lugares costeros, el profesor apuntó que en España “todo el mundo tiene competencias en las costas”, todas las administraciones, y por tanto las políticas respecto a la costa están muy fragmentadas. “La costa es transversal y hace falta una coordinación importante”, aseguró apelando a una nueva gobernanza. Para adaptar la costa se pueden llevar a cabo acciones de retirada planificada, acomodación, protección o incluso de avance.
La línea del deslinde marítimo terrestre, en cualquier caso, va a seguir avanzando hacia el interior. “Va a ser difícil mantener la costa como ahora. Tendremos que aprender a vivir con más riesgo”, o adaptarnos según Losada, que puso como ejemplo a Reino Unido, en donde se barajan escenarios en los que el Támesis suba hasta cuatro metros.
Finalizó exponiendo el caso de Garachico que “ha servido como laboratorio” tras haber sufrido varias inundaciones recientes, algunas de ellas muy extremas. En Garachico no se puede retroceder, por el terreno escarpado, y tampoco es viable levantar un muro, que taparía la visión del mar. En ese pueblo, las pérdidas económicas por las inundaciones ya son de 800.000 euros, mientras que en la Macaronesia se calculan en unos 250 millones. Según Losada, que explicó las medidas que se han aplicado en Garachico, “es necesario actuar”.
Como conclusiones, la costa canaria sí que está amenazada por el cambio climático. No obstante, el Archipiélago ya ha dado un paso importante, que es haber realizado esa primera evaluación del riesgo. Es fundamental la colaboración entre administraciones, y de estas con el sector privado, y también es básica la monitorización de la evaluación del riesgo porque permitirá reducir costes, así como la mitigación y la adaptación, que harán que la costa sea más o menos resiliente a los efectos del clima.
Más información: Nota de prensa
Grabación de la conferencia: Grabación
vendredi 27 octobre 2023