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Reflexión sobre el folclore ante el medio siglo de Los Campesinos: Se valoraba su autenticidad y se admira su naturalidad

El grupo de música y danza tradicional de Lanzarote Los Campesinos cumple medio siglo de vida y la FCM se suma a la celebración con dos mesas redondas. La primera de ellas, el día 1 de diciembre, bajo el título “Los Campesinos vistos desde Canarias”, traspasó el lema y se convirtió en una reflexión en voz alta sobre el folclore. Moderaba el timplista Benito Cabrera y participaron Elfidio Alonso, director de Los Sabandeños, el historiador y gestor cultural Zebensui López, el repentista y poeta Yeray Rodríguez y el director de Los Campesinos, Miguel Ángel Corujo.

Orígenes. A finales de los años cuarenta surge en Lanzarote la agrupación Ajei, que triunfa en el Festival internacional de Santander, “el premio más importante que había ganado una agrupación canaria”, según Elfidio Alonso. De ahí surgen algunos de los componentes de Los Campesinos, pero esta nueva agrupación rompe con los esquemas que había planteado la Sección Femenina, que había adquirido gran relevancia en la creación del folclore, tal y como destacaron varios de los participantes. A Alonso le impactaron Los Campesinos la primera vez que los vio en los Jameos del Agua junto a César Manrique y Manolo Millares y se sorprendió por tres elementos: su vestimenta, sus ritmos y sus coreografías. Su actual director, Miguel Ángel Corujo, dijo que su éxito “está en su fundación” porque no fueron por la vía de la Sección Femenina. “La gente valoraba su autenticidad y los admira por su naturalidad”, dijo. Para Yeray Rodríguez, son “defensores de un folclore intenso”, asumiendo conscientemente su raíz campesina y deben figurar como un referente de la música en Canarias.

Vestimenta. Irrumpen con una vestimenta adecuada al momento, “como si ahora salieran a cantar vestidos con pantalones vaqueros”, según Corujo, con la ropa que en aquellos días se usaba en el campo. “A raíz de su salida se empieza a escribir sobre la vestimenta tradicional, de hecho, marcan un antes y un después en la vestimenta folclórica”. “Acertaron con la vestimenta. Rompen y marcan la pauta de muchos que vinieron detrás —aseguró Alonso—, porque no continúan con un folclore marcado por el franquismo, y de hecho Los Sabandeños siguieron su modelo, incorporando también atuendos sencillos, como la manta esperancera. Benito Cabrera recordó que a Néstor de la Torre se le pidió que inventara las vestimentas típicas de algunas islas.

Baile. “Saltos y giros espectaculares” que dejaron estupefacto a Elfidio Alonso. Además de la aportación de El Sorondongo está, particularmente, La Saranda. Según Alonso, “un gran descubrimiento de Los Campesinos, que nace de un estribillo”. Corujo coincidió con él destacando que se han hecho muchas versiones, y Zebensui López afirmó que a pesar de ser una creación reciente, constituye un bien cultural tanto como lo es un rancho u otras manifestaciones.

Lenguaje. “Contar lo de ahora con las palabras de antes” es la clave para Yeray Rodríguez, que habló de que, en ocasiones, con el lenguaje que se usa en el folclore se crea una nostalgia. Benito Cabrera aseguró que “hay un lenguaje canario donde se inventa una canariedad del maúro” porque “la gente no habla como se habla en muchas coplas, es una realidad inventada”. Yeray Rodríguez apuntó que sí, que se crea un cliché inventado pero que también hay realidades lingüísticas como la de El Salinero, y dijo que en cuanto a los temas que tratan las canciones “se siguen abordando algunos que ya no dan más de sí o que no tienen que ver con la realidad actual… con la de temas que hay que tocar”. “Que haya letras actuales posibilitaría que el folclore siguiera vivo”, según López.

Autenticidad. Para Benito Cabrera, se mitifica el pasado y el presente. Se crea un modelo, se inventa el tipismo. Se hace en ocasiones una “evocación emotiva de una realidad inexistente”, que no es el caso de Los Campesinos porque eran campesinos de verdad. Zebensui López: “Al convertir el folclore en producto de consumo lo extraemos del contexto, que es la espontaneidad”, aunque aseguró que la gente que hace folclore lo hace naturalmente, no para pervertir un modelo ni para falsear una realidad.

Folclore. Para López, como historiador y observador no participante, “el folclore es una fuente más para ver la evolución de esta tierra”. Yeray Rodríguez dijo que “el folclore nos recuerda cómo fuimos o cómo seguimos siendo, porque aún son más los años que dependimos de la tierra y del mar que los que llevamos dependiendo del cemento”. Elfidio Alonso aseguró que en el folclore no hay nada puro al cien por cien, que es universal y que, probablemente, como dice Joaquín Díaz, todo el folclore del mundo nace de ocho músicas troncales. También apuntó que sólo se mantiene, en última instancia, lo que le interesa al destinatario, al público. “Nadie se pone de acuerdo en qué es el folclore”, dijo, pero aportó la definición de Carlos Vega, que le parece la más acertada: “El folclore es la ciencia que estudia la supervivencia inmediata”. Por su parte, Cabrera apuntó que el folclore espontáneo ha ido desapareciendo porque hoy todo está en los escenarios, algo en lo que coincidió Yeray Rodríguez, que aseguró que hay que acortar la distancia entre el escenario y el público. López señaló que Lanzarote es de las islas más depredadas en el folclore por la desaparición de mucho patrimonio oral o inmaterial.
 

Futuro. Los Campesinos acaban de editar un nuevo disco. Corujo dijo que José María Gil creó un modelo que funcionó pero que en el nuevo trabajo se intenta retroceder a lo antiguo para hacer algo moderno, una forma musical más atractiva para las nuevas generaciones, porque hay un repertorio que se abandonó para favorecer el espectáculo. Cabrera pidió a los grupos que se renueven y se preguntó si ha llegado el momento de solicitar también que “estudien y sepan lo que hacen”. Zebensui López se mostró de acuerdo aunque apuntó que para que el folclore siga vivo debe adaptarse al momento actual. En “investigar y bajar el nivel de integrismo”, resumió Cabrera las palabras de López. “Hay que retroceder hacia el futuro”, según Yeray Rodríguez, a quien le inquieta el concepto de “lo nuestro”: “Lo nuestro es aquello que somos capaces de compartir”, dijo, porque hay que tener una visión abierta y amplia, y acabó reivindicando el papel de las redes sociales en la difusión del folclore, e improvisando un romance dedicado a Los Campesinos, contestado con un gran aplauso.

El grupo de música y danza tradicional de Lanzarote Los Campesinos cumple medio siglo de vida y la FCM se suma a la celebración con dos mesas redondas. La primera de ellas, el día 1 de diciembre, bajo el título “Los Campesinos vistos desde Canarias”, traspasó el lema y se convirtió en una reflexión en voz alta sobre el folclore. Moderaba el timplista Benito Cabrera y participaron Elfidio Alonso, director de Los Sabandeños, el historiador y gestor cultural Zebensui López, el repentista y poeta Yeray Rodríguez y el director de Los Campesinos, Miguel Ángel Corujo.

Orígenes. A finales de los años cuarenta surge en Lanzarote la agrupación Ajei, que triunfa en el Festival internacional de Santander, “el premio más importante que había ganado una agrupación canaria”, según Elfidio Alonso. De ahí surgen algunos de los componentes de Los Campesinos, pero esta nueva agrupación rompe con los esquemas que había planteado la Sección Femenina, que había adquirido gran relevancia en la creación del folclore, tal y como destacaron varios de los participantes. A Alonso le impactaron Los Campesinos la primera vez que los vio en los Jameos del Agua junto a César Manrique y Manolo Millares y se sorprendió por tres elementos: su vestimenta, sus ritmos y sus coreografías. Su actual director, Miguel Ángel Corujo, dijo que su éxito “está en su fundación” porque no fueron por la vía de la Sección Femenina. “La gente valoraba su autenticidad y los admira por su naturalidad”, dijo. Para Yeray Rodríguez, son “defensores de un folclore intenso”, asumiendo conscientemente su raíz campesina y deben figurar como un referente de la música en Canarias.

Vestimenta. Irrumpen con una vestimenta adecuada al momento, “como si ahora salieran a cantar vestidos con pantalones vaqueros”, según Corujo, con la ropa que en aquellos días se usaba en el campo. “A raíz de su salida se empieza a escribir sobre la vestimenta tradicional, de hecho, marcan un antes y un después en la vestimenta folclórica”. “Acertaron con la vestimenta. Rompen y marcan la pauta de muchos que vinieron detrás —aseguró Alonso—, porque no continúan con un folclore marcado por el franquismo, y de hecho Los Sabandeños siguieron su modelo, incorporando también atuendos sencillos, como la manta esperancera. Benito Cabrera recordó que a Néstor de la Torre se le pidió que inventara las vestimentas típicas de algunas islas.

Baile. “Saltos y giros espectaculares” que dejaron estupefacto a Elfidio Alonso. Además de la aportación de El Sorondongo está, particularmente, La Saranda. Según Alonso, “un gran descubrimiento de Los Campesinos, que nace de un estribillo”. Corujo coincidió con él destacando que se han hecho muchas versiones, y Zebensui López afirmó que a pesar de ser una creación reciente, constituye un bien cultural tanto como lo es un rancho u otras manifestaciones.

Lenguaje. “Contar lo de ahora con las palabras de antes” es la clave para Yeray Rodríguez, que habló de que, en ocasiones, con el lenguaje que se usa en el folclore se crea una nostalgia. Benito Cabrera aseguró que “hay un lenguaje canario donde se inventa una canariedad del maúro” porque “la gente no habla como se habla en muchas coplas, es una realidad inventada”. Yeray Rodríguez apuntó que sí, que se crea un cliché inventado pero que también hay realidades lingüísticas como la de El Salinero, y dijo que en cuanto a los temas que tratan las canciones “se siguen abordando algunos que ya no dan más de sí o que no tienen que ver con la realidad actual… con la de temas que hay que tocar”. “Que haya letras actuales posibilitaría que el folclore siguiera vivo”, según López.

Autenticidad. Para Benito Cabrera, se mitifica el pasado y el presente. Se crea un modelo, se inventa el tipismo. Se hace en ocasiones una “evocación emotiva de una realidad inexistente”, que no es el caso de Los Campesinos porque eran campesinos de verdad. Zebensui López: “Al convertir el folclore en producto de consumo lo extraemos del contexto, que es la espontaneidad”, aunque aseguró que la gente que hace folclore lo hace naturalmente, no para pervertir un modelo ni para falsear una realidad.

Folclore. Para López, como historiador y observador no participante, “el folclore es una fuente más para ver la evolución de esta tierra”. Yeray Rodríguez dijo que “el folclore nos recuerda cómo fuimos o cómo seguimos siendo, porque aún son más los años que dependimos de la tierra y del mar que los que llevamos dependiendo del cemento”. Elfidio Alonso aseguró que en el folclore no hay nada puro al cien por cien, que es universal y que, probablemente, como dice Joaquín Díaz, todo el folclore del mundo nace de ocho músicas troncales. También apuntó que sólo se mantiene, en última instancia, lo que le interesa al destinatario, al público. “Nadie se pone de acuerdo en qué es el folclore”, dijo, pero aportó la definición de Carlos Vega, que le parece la más acertada: “El folclore es la ciencia que estudia la supervivencia inmediata”. Por su parte, Cabrera apuntó que el folclore espontáneo ha ido desapareciendo porque hoy todo está en los escenarios, algo en lo que coincidió Yeray Rodríguez, que aseguró que hay que acortar la distancia entre el escenario y el público. López señaló que Lanzarote es de las islas más depredadas en el folclore por la desaparición de mucho patrimonio oral o inmaterial.
 

Futuro. Los Campesinos acaban de editar un nuevo disco. Corujo dijo que José María Gil creó un modelo que funcionó pero que en el nuevo trabajo se intenta retroceder a lo antiguo para hacer algo moderno, una forma musical más atractiva para las nuevas generaciones, porque hay un repertorio que se abandonó para favorecer el espectáculo. Cabrera pidió a los grupos que se renueven y se preguntó si ha llegado el momento de solicitar también que “estudien y sepan lo que hacen”. Zebensui López se mostró de acuerdo aunque apuntó que para que el folclore siga vivo debe adaptarse al momento actual. En “investigar y bajar el nivel de integrismo”, resumió Cabrera las palabras de López. “Hay que retroceder hacia el futuro”, según Yeray Rodríguez, a quien le inquieta el concepto de “lo nuestro”: “Lo nuestro es aquello que somos capaces de compartir”, dijo, porque hay que tener una visión abierta y amplia, y acabó reivindicando el papel de las redes sociales en la difusión del folclore, e improvisando un romance dedicado a Los Campesinos, contestado con un gran aplauso.

jeudi 4 décembre 2014