La FCM acoge, de nuevo, varias proyecciones del Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias

El director del Festival, David Baute, destacó que la itinerancia del FICMEC está funcionando muy bien

El Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias (FICMEC) volvió, por segunda vez, a Arrecife. La sala José Saramago acogió dos jornadas con proyecciones que forman parte de la 17ª edición del Festival que nació en Puerto de la Cruz, impulsado por César Manrique y que se ha recuperado ahora con sede en Garachico pero con proyecciones en Gran Canaria, La Palma y Lanzarote. La Fundación César Manrique comenzó a colaborar con el Festival en 2014 y pretende continuar en las siguientes ediciones.

Las sesiones se celebraron el miércoles 10 y jueves 11 de junio con la presencia del director del Festival, David Baute, que se dirigió al público antes de la primera proyección para agradecer a la FCM su colaboración y su labor como “referente en las Islas Canarias de la defensa del medioambiente”. Baute recordó que César Manrique estuvo en los orígenes del Festival en 1982 e hizo el diseño del primer cartel, y destacó que ahora Pepe Dámaso es el presidente de honor del FICMEC. Aseguró que la itinerancia del Festival “está funcionando muy bien” y que las distribuidoras y productoras de este tipo de cine, tanto documental como de ficción, están reconociendo la calidad de la programación.

En la primera jornada se proyectó la película Corn island, del director georgiano George Ovashvili, que cuenta la historia de un agricultor y su nieta que ocupan un islote de suelo fértil para plantar maíz en el curso del río Enguri, fronterizo entre Georgia y Abjasia. La película, según señaló Baute, tiene “un corazón poético y trasmite sentimientos entrañables”.

En la mañana de la segunda jornada, dentro de la sección “Educación ambiental”, se proyectó el documental Canarias a la sombra de los volcanes, de Pedro Felipe Acosta, a la que asistieron, en dos sesiones, unos 140 alumnos de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato del IES César Manrique y del IES Agustín Espinosa, así como alumnos de 5º y 6º de Primaria del Colegio El Quintero de San Bartolomé. Tras la película, se abrió un turno de preguntas y de reflexión sobre el patrimonio natural de Canarias y el compromiso que supone mantener esta herencia. Los alumnos vieron en la película “la biodiversidad exquisita de Canarias”, según el responsable del Departamento Pedagógico de la FCM, Alfredo Díaz, que instó a los alumnos a que se parasen “a mirar y ver para poder comprobar la naturaleza que les rodea”.

En la sesión vespertina, Baute presentó cuatro cortometrajes, tres de ellos documentales y uno de ficción, Aporía, del canario José Medina. Los cuatro tienen como nexo el petróleo, y más concretamente el fracking en Estados Unidos, que es el tema que tratan Dryden: the small town that chaged the frackinf game, Mixing oil and water y White Earth. Narran, respectivamente, la lucha de un pequeño pueblo por prohibir esta práctica en el Estado de Nueva York, los efectos del fracking en Montana y la vida de los trabajadores y sus familias que emigran hacia una de estas explotaciones en Dakota del Norte. David Baute explicó que se presentaron 15 cortometrajes a concurso y que el FICMEC quería dar a conocer el fracking un poco más, en un lugar como Canarias donde la lucha contra el petróleo ha estado tan presente en los últimos años.

La jornada finalizó con la proyección del largometraje ganador de esta edición del FICMEC: Virunga. Es un documental británico, dirigido por Orlando von Einsiedel, que cuenta la lucha por la supervivencia del Parque Nacional de Virunga, en la República Democrática del Congo, donde viven los últimos gorilas de montaña que quedan en el mundo, en un entorno rodeado por la guerra, la corrupción y la explotación petrolífera. Baute destacó que se cuenta una historia muy emotiva y que, además de los gorilas, “los guardas también deberían estar protegidos porque todo el mundo los trata de sobornar y se juegan la vida”. “Hay muchos intereses porque el Congo tiene grandes recursos que quieren explotar empresas europeas”, aseguró, y pidió al público que visitara la página web virunga.org, donde se puede hacer una aportación económica para que el Parque sobreviva. Sobre la película, destacó que tiene “una gran fotografía, un buen lenguaje cinematográfico y un montaje exquisito que hacen que parezca una película de ficción”.

El director del Festival, David Baute, destacó que la itinerancia del FICMEC está funcionando muy bien

El Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias (FICMEC) volvió, por segunda vez, a Arrecife. La sala José Saramago acogió dos jornadas con proyecciones que forman parte de la 17ª edición del Festival que nació en Puerto de la Cruz, impulsado por César Manrique y que se ha recuperado ahora con sede en Garachico pero con proyecciones en Gran Canaria, La Palma y Lanzarote. La Fundación César Manrique comenzó a colaborar con el Festival en 2014 y pretende continuar en las siguientes ediciones.

Las sesiones se celebraron el miércoles 10 y jueves 11 de junio con la presencia del director del Festival, David Baute, que se dirigió al público antes de la primera proyección para agradecer a la FCM su colaboración y su labor como “referente en las Islas Canarias de la defensa del medioambiente”. Baute recordó que César Manrique estuvo en los orígenes del Festival en 1982 e hizo el diseño del primer cartel, y destacó que ahora Pepe Dámaso es el presidente de honor del FICMEC. Aseguró que la itinerancia del Festival “está funcionando muy bien” y que las distribuidoras y productoras de este tipo de cine, tanto documental como de ficción, están reconociendo la calidad de la programación.

En la primera jornada se proyectó la película Corn island, del director georgiano George Ovashvili, que cuenta la historia de un agricultor y su nieta que ocupan un islote de suelo fértil para plantar maíz en el curso del río Enguri, fronterizo entre Georgia y Abjasia. La película, según señaló Baute, tiene “un corazón poético y trasmite sentimientos entrañables”.

En la mañana de la segunda jornada, dentro de la sección “Educación ambiental”, se proyectó el documental Canarias a la sombra de los volcanes, de Pedro Felipe Acosta, a la que asistieron, en dos sesiones, unos 140 alumnos de 4º de la ESO y 1º de Bachillerato del IES César Manrique y del IES Agustín Espinosa, así como alumnos de 5º y 6º de Primaria del Colegio El Quintero de San Bartolomé. Tras la película, se abrió un turno de preguntas y de reflexión sobre el patrimonio natural de Canarias y el compromiso que supone mantener esta herencia. Los alumnos vieron en la película “la biodiversidad exquisita de Canarias”, según el responsable del Departamento Pedagógico de la FCM, Alfredo Díaz, que instó a los alumnos a que se parasen “a mirar y ver para poder comprobar la naturaleza que les rodea”.

En la sesión vespertina, Baute presentó cuatro cortometrajes, tres de ellos documentales y uno de ficción, Aporía, del canario José Medina. Los cuatro tienen como nexo el petróleo, y más concretamente el fracking en Estados Unidos, que es el tema que tratan Dryden: the small town that chaged the frackinf game, Mixing oil and water y White Earth. Narran, respectivamente, la lucha de un pequeño pueblo por prohibir esta práctica en el Estado de Nueva York, los efectos del fracking en Montana y la vida de los trabajadores y sus familias que emigran hacia una de estas explotaciones en Dakota del Norte. David Baute explicó que se presentaron 15 cortometrajes a concurso y que el FICMEC quería dar a conocer el fracking un poco más, en un lugar como Canarias donde la lucha contra el petróleo ha estado tan presente en los últimos años.

La jornada finalizó con la proyección del largometraje ganador de esta edición del FICMEC: Virunga. Es un documental británico, dirigido por Orlando von Einsiedel, que cuenta la lucha por la supervivencia del Parque Nacional de Virunga, en la República Democrática del Congo, donde viven los últimos gorilas de montaña que quedan en el mundo, en un entorno rodeado por la guerra, la corrupción y la explotación petrolífera. Baute destacó que se cuenta una historia muy emotiva y que, además de los gorilas, “los guardas también deberían estar protegidos porque todo el mundo los trata de sobornar y se juegan la vida”. “Hay muchos intereses porque el Congo tiene grandes recursos que quieren explotar empresas europeas”, aseguró, y pidió al público que visitara la página web virunga.org, donde se puede hacer una aportación económica para que el Parque sobreviva. Sobre la película, destacó que tiene “una gran fotografía, un buen lenguaje cinematográfico y un montaje exquisito que hacen que parezca una película de ficción”.