Guillermo Topham. Cronista oficial de Lanzarote, de Mario Ferrer y Miguel Pereyra de Armas, de José Betancort, son los dos primeros títulos de la nueva colección “Islas de memoria” que acaba de estrenar la FCM. Según destacó su presidente durante la presentación, José Juan Ramírez, “a pesar de estar en unos momentos complicados, la FCM va a seguir desarrollando sus actividades culturales”. Por su parte, el director de actividades, Fernando Gómez Aguilera, señaló que la décima línea editorial de la FCM pretende “difundir el conocimiento de la cultura local abordando sus personajes relevantes”. “A través de esos perfiles se pretende construir una pequeña historia de las mentalidades de la Isla”. Remarcó, además, que el título de la colección implica una reivindicación, que es que la Isla tiene memoria “a pesar de que la realidad se obstine en no tenerla” y una crítica, ya que los personajes de los que se ocupa se encuentran “en un océano de olvido” y se constituyen por tanto en islas de memoria. La colección quiere alcanzar dos objetivos: completar una biblioteca básica de Lanzarote así como promover la investigación de jóvenes de la Isla dándoles la oportunidad de publicar un libro. Gómez Aguilera señaló que la colección alcanzará unos cincuenta títulos en doce años.
Mario Ferrer (Arrecife, 1979) es periodista e historiador y se embarcó en el estudio sobre el periodista Guillermo Topham. Advirtió al principio de su intervención que no ha escrito una biografía sino que se ha centrado en el estudio de la carrera periodística de Guito (sobrenombre con el que Topham firmaba sus artículos) y de su faceta “como promotor de opinión pública en la Isla”. Topham trabajó en medios locales, como Pronósticos, Antena o La Voz de Lanzarote y también en medios regionales y nacionales, como Falange, La Provincia o la Agencia Efe, y en ellos volcó, según Ferrer, sus dos pasiones: el periodismo y Lanzarote. Utilizó las crónicas para ponerlas al servicio de las reivindicaciones de los habitantes de su isla. La parte más valiosa de su trabajo, según el autor del libro, es su faceta como editorialista entre los años cuarenta y sesenta, cuando se centra en la grave situación de Lanzarote (problemas de abastecimiento, carencia de agua, nefastas comunicaciones…). “Esa reivindicación es poco usual en España en ese momento”, señaló Ferrer, ya que el periodismo era básicamente propaganda política y Topham, apoyado por la “marginalidad” que daba vivir en una isla alejada, “da brochazos de realidad y en sus crónicas se aprecia que la gente pasa hambre”.
La principal publicación de Guillermo Topham fue Antena, que sobrevivió sin apenas recursos económicos. En ella también buscó las noticias llamativas y aportó una vertiente cultural, educativa y de carácter social. Desde ella apoyó todas las iniciativas que consideraba que pudieran desarrollar económicamente la isla. Tuvo una guerra abierta contra la compañía Trasmediterranea, que aportaba dos barcos-correo muy antiguos para unir la isla con el resto del mundo, y defendió, cuando nadie creía en ello, la entrada del turismo en la Isla. Además, trató habitualmente en sus editoriales de la escasez de agua, la agonía del campo, la pobreza, la especulación o la transición política. “El que quiera saber lo que pasó en la etapa previa a la revolución del turismo tiene las claves en la obra de Topham”, señaló Ferrer, que terminó su intervención leyendo el artículo de Leandro Perdomo ‘Inmortal en tu isla’, dedicado a Guillermo Topham.
En la capital tinerfeña desarrolla su vida y su obra hasta que muere en 1908. Ejerce como docente, escritor y mentor de eventos culturales, además de ser un gran conferenciante. Fue director de la Escuela Náutica y tesorero del ayuntamiento santacrucero, pero nunca se desvinculó de Lanzarote y de su grupo de destacados intelectuales como Blas Cabrera, Ángel Guerra, Benito Pérez Armas o Leandro Fajardo. Su gran obra es Tipos de mi tierra, publicada en 1897 y reeditada por el Cabido de Lanzarote en 2002, que supone un gran homenaje al Arrecife de mediados del siglo XIX y sus peculiares personajes. “Es una obra naturalista que se aleja del regionalismo costumbrista de la época y cuyo estilo no logra seguidores en las islas y es olvidado en los manuales de las letras canarias” señaló Betancort.
Fernando Gómez Aguilera cerró el acto señalando la consolidación de dos descubrimientos: el de los personajes investigados y el de los autores, que los han rescatado del olvido con dos relevantes obras de investigación.
Guillermo Topham. Cronista oficial de Lanzarote, de Mario Ferrer y Miguel Pereyra de Armas, de José Betancort, son los dos primeros títulos de la nueva colección “Islas de memoria” que acaba de estrenar la FCM. Según destacó su presidente durante la presentación, José Juan Ramírez, “a pesar de estar en unos momentos complicados, la FCM va a seguir desarrollando sus actividades culturales”. Por su parte, el director de actividades, Fernando Gómez Aguilera, señaló que la décima línea editorial de la FCM pretende “difundir el conocimiento de la cultura local abordando sus personajes relevantes”. “A través de esos perfiles se pretende construir una pequeña historia de las mentalidades de la Isla”. Remarcó, además, que el título de la colección implica una reivindicación, que es que la Isla tiene memoria “a pesar de que la realidad se obstine en no tenerla” y una crítica, ya que los personajes de los que se ocupa se encuentran “en un océano de olvido” y se constituyen por tanto en islas de memoria. La colección quiere alcanzar dos objetivos: completar una biblioteca básica de Lanzarote así como promover la investigación de jóvenes de la Isla dándoles la oportunidad de publicar un libro. Gómez Aguilera señaló que la colección alcanzará unos cincuenta títulos en doce años.
Mario Ferrer (Arrecife, 1979) es periodista e historiador y se embarcó en el estudio sobre el periodista Guillermo Topham. Advirtió al principio de su intervención que no ha escrito una biografía sino que se ha centrado en el estudio de la carrera periodística de Guito (sobrenombre con el que Topham firmaba sus artículos) y de su faceta “como promotor de opinión pública en la Isla”. Topham trabajó en medios locales, como Pronósticos, Antena o La Voz de Lanzarote y también en medios regionales y nacionales, como Falange, La Provincia o la Agencia Efe, y en ellos volcó, según Ferrer, sus dos pasiones: el periodismo y Lanzarote. Utilizó las crónicas para ponerlas al servicio de las reivindicaciones de los habitantes de su isla. La parte más valiosa de su trabajo, según el autor del libro, es su faceta como editorialista entre los años cuarenta y sesenta, cuando se centra en la grave situación de Lanzarote (problemas de abastecimiento, carencia de agua, nefastas comunicaciones…). “Esa reivindicación es poco usual en España en ese momento”, señaló Ferrer, ya que el periodismo era básicamente propaganda política y Topham, apoyado por la “marginalidad” que daba vivir en una isla alejada, “da brochazos de realidad y en sus crónicas se aprecia que la gente pasa hambre”.
La principal publicación de Guillermo Topham fue Antena, que sobrevivió sin apenas recursos económicos. En ella también buscó las noticias llamativas y aportó una vertiente cultural, educativa y de carácter social. Desde ella apoyó todas las iniciativas que consideraba que pudieran desarrollar económicamente la isla. Tuvo una guerra abierta contra la compañía Trasmediterranea, que aportaba dos barcos-correo muy antiguos para unir la isla con el resto del mundo, y defendió, cuando nadie creía en ello, la entrada del turismo en la Isla. Además, trató habitualmente en sus editoriales de la escasez de agua, la agonía del campo, la pobreza, la especulación o la transición política. “El que quiera saber lo que pasó en la etapa previa a la revolución del turismo tiene las claves en la obra de Topham”, señaló Ferrer, que terminó su intervención leyendo el artículo de Leandro Perdomo ‘Inmortal en tu isla’, dedicado a Guillermo Topham.
En la capital tinerfeña desarrolla su vida y su obra hasta que muere en 1908. Ejerce como docente, escritor y mentor de eventos culturales, además de ser un gran conferenciante. Fue director de la Escuela Náutica y tesorero del ayuntamiento santacrucero, pero nunca se desvinculó de Lanzarote y de su grupo de destacados intelectuales como Blas Cabrera, Ángel Guerra, Benito Pérez Armas o Leandro Fajardo. Su gran obra es Tipos de mi tierra, publicada en 1897 y reeditada por el Cabido de Lanzarote en 2002, que supone un gran homenaje al Arrecife de mediados del siglo XIX y sus peculiares personajes. “Es una obra naturalista que se aleja del regionalismo costumbrista de la época y cuyo estilo no logra seguidores en las islas y es olvidado en los manuales de las letras canarias” señaló Betancort.
Fernando Gómez Aguilera cerró el acto señalando la consolidación de dos descubrimientos: el de los personajes investigados y el de los autores, que los han rescatado del olvido con dos relevantes obras de investigación.