La visión democrática y política del ordenamiento urbanístico fue el eje central de la primera jornada del taller “Urbanismo para náufragos” que organiza
El seminario, que culmina hoy en el local que tiene
Los conferenciantes criticaron la estandarización urbanística que impera actualmente en casi todo el planeta. Manuel Saravia afirmó que “el modelo de urbanismo es más unitario que nunca y se rige bajo la fórmula del pensamiento único”. El profesor de
Sobre los derechos a la movilidad y la seguridad, Saravia comentó propuestas específicas destinadas a que “la red peatonal se imponga a la cultura del automóvil”. Su proposición de “reconstruir los caminos dominados por el peatón” no estaba vinculada únicamente con la idea de que estas vías se conviertan en paseos, sino también para que fueran “nudos estructurantes de movilidad”.
Pablo Gigosos centró su intervención en los derechos a la salud y al medio ambiente, recordando que estos principios están íntimamente ligados a la capacidad de adaptarse al medio y no de imponerse agresivamente sobre la idiosincrasia del territorio. Con el criterio central de concebir “las ciudades no como el problema sino como la solución”, este arquitecto señaló los efectos perversos del desgaste ecológico y apostó por desinstalar las infraestructuras no necesarias y evitar las intervenciones superfluas pensadas desde una óptica desarrollista dañina.
Además de hacer un recorrido por ejemplos urbanísticos de todos los continentes, Saravia y Gigosos dieron soluciones concretas de ciudades en las que ellos han participado en su planeamiento. Junto al ejercicio arquitectónico profesional, ambos profesores han reflexionado sobre el urbanismo a través de numerosos libros, exposiciones, revistas y charlas en universidades de Europa y América Latina.