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Germán Díaz y la zanfona, “una especie de sintetizador del siglo X”

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En el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela se puede ver a dos hombres tocando el organistrum, el antecedente de la zanfona, un instrumento milenario sobre el que Germán Díaz, músico y filólogo clásico, ofreció un concierto ilustrativo en la sala José Saramago. A través de piezas clásicas y modernas, el músico vallisoletano hizo un recorrido por la historia de la zanfona. El punto de partida fue la Edad Media, un periodo en el que se mecanizaron muchos instrumentos, como fue el caso de la zanfona, que recoge el esquema del violín mecánico, pero en lugar del arco tiene una rueda sobre la que se colocan las cuerdas y una manivela que las mueve. A lo largo del instrumento hay unas espadillas que cortan las cuerdas para dar la nota correspondiente, y unas cuerdas, denominadas simpáticas, que resuenan gracias al tono de las principales. “Es una especie de sintetizador del siglo X”, afirmó Díaz.

La zanfona aparece reflejada en muchas iglesias y catedrales, a lo largo del Camino de Santiago, de la Ribera del Duero o de la Magna Vía Francigena en la isla de Sicilia. Hoy en día quedan muchos vestigios visibles. Actualmente, este instrumento ha disminuido su tamaño y lo toca una sola persona. Díaz bromeó con las causas, con el hecho de que “el de la manivela no podía más”. Además, es un instrumento vinculado con las primeras polifonías. Fue muy importante para desarrollar ese tipo de canto. También era codiciado para aprender a cantar en solitario, sin ayuda de un profesor.

En todas las grandes ciudades europeas, de Norte a Sur y de Este a Oeste, está presente la zanfona. Era una tradición viva en toda Europa. Posteriormente, se desarrolla también fuera del ámbito litúrgico y se  vincula a la llamada literatura de cordel. Los ciegos se paseaban de pueblo en pueblo contando historias escabrosas o truculentas que vendían en pliegos y que acompañaban tocando la zanfona. Para Díaz, resulta increíble que fuera un ciego quien tocara este instrumento por la precisión que requieren sus cuidados, entre los que destacan el uso de resina para la manivela y la colocación de algodones en las cuerdas, además de tenerse que afinar constantemente.

La zanfona está relacionada con las historias truculentas, así como con lo esotérico o con las historias mágicas y parece emparentada con las músicas orientales, aseguró el músico. De hecho, una tesis doctoral  afirmaba que la introdujeron los árabes en Europa, hasta que se supo que la traducción no se correspondía con el original. Fue un instrumento de Corte en la Francia del XVIII. Recientemente, tuvo un gran auge a partir de los años setenta, principalmente gracias a Valentin Clastrier, que le incorpora el sonido electroacústico.

En su recorrido musical, Germán Díaz se acompañó en algunas piezas de otros instrumentos mecánicos, como la caja de música programable, que lee una tarjeta perforada o la rolmónica cromática, que tuvo gran éxito en Estados Unidos a partir de los años veinte.  El músico interpretó un total de once piezas, algunas clásicas y otras modernas, tanto composiciones propias como ajenas. La primera de ellas fue La rosa florece, seguida de Cirro, Romance de la casada en lejanas tierras, una pieza del Cancionero Popular de Burgos, de Federico Olmeda, del Der Leiermann (El zanfonista) de Schubert, una muestra de una pieza acompañada de canto difónico (varias notas con una sola garganta), Perfume de gitano, La rueda de la vida, una de la banda sonora de la película La eternidad y un día, de Eleni Karaindrou y el bis, que fue un tema propio, Rue de Bègles, una calle de Burdeos a la que llegó en medio de un viaje por toda Europa para transportar el único ejemplar que queda de la lira organizzata o zanfona órgano.

Más información: Nota de prensa

Grabación de la conferencia-concierto: Grabación

Sunday May 21st, 2023