Orencio Boix: «César es pionero a la hora de utilizar el arte como un medio pedagógico y de toma de conciencia»

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“En el volcán. Manrique: Jameos del Agua / Casa Tahíche” es un videoensayo dirigido por Orencio Boix y coproducido por el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca (CDAN) y la Fundación César Manrique (FCM) en el marco de la celebración del centenario del nacimiento del artista. Juan Guardiola, exdirector del CDAN y que actualmente dirige la Fundación Díaz-Caneja de Palencia, explicó que la película surge del interés de hacer un proyecto en el CDAN sobre los primeros trabajos de César Manrique, pero “no sabía por dónde empezar”. Después recibió una invitación de la FCM para participar en los actos del centenario del artista, durante el cual se tenía que haber estrenado la película.

La realización del videoensayo se le encargó a Orencio Boix, que ya había realizado anteriormente películas similares como “Notas de la Aljafería”, “La Casa Ena” y “Estancias” en las que aborda el papel que juega la arquitectura en la construcción de las sociedades. Además, se daba la casualidad de que aún siendo de Huesca, conocía la existencia de César Manrique desde su infancia pues era amigo de un nieto de Antonio Álvarez, el que fuera vicepresidente del Cabildo, y relató como en casa de su amigo se notaba la admiración que sentían por Lanzarote y por el artista.

La película, que tiene una duración de 32 minutos, está formada por una serie de imágenes, acompañadas por un texto escrito y una pieza musical. El director pensó en incluir una voz en off en lengua amazigh, pero comentó que tras las pruebas vieron que “no funcionaba”. Así mismo, Boix señaló que este trabajo nació para ser proyectado en bucle en una sala del CDAN, no obstante la pieza también se ha proyectado en otros espacios y festivales más convencionales.

En la sala Saramago, los asistentes a la presentación pudieron ver la película, en primer lugar, y tras ella Boix y Guardiola explicaron estos detalles y conversaron sobre su trabajo. También alabaron ambos la labor de la FCM  calificándola como “inaudita”, por admirable, así como “coherente” o “consecuente”.

Uno de los temas que aborda la película es el land art desde un punto de vista que contribuya a romper con la interpretación más habitual, que es anglocéntrica. Cuando surge esta corriente artística, que intenta sacar la obra de arte de su contexto y que su relación con la Naturaleza no fuera solo la de representarla, César ya había inaugurado la primera fase de Jameos del Agua. Aún no se había acuñado el término del que después “se adueñaron unos pocos”. La primera exposición en la que aparece es en Londres en octubre de 1968. Boix y Guardiola querían “ampliar la genealogía” de esta corriente a otros discursos y otros autores, a mujeres y a artistas de otras latitudes. “César había trabajado esto de manera intuitiva, trabaja en el land art desde el medio ambiente y la ecología, y lo hace antes”.

Otro de los asuntos a tratar en la película tiene que ver con el hecho de que los espacios dedicados al placer están denostados “por frívolos”. Guardiola partió de la idea de César de hacer “el mejor night club del mundo” en Jameos. Por su parte, Boix señaló que lugares como bares, cafeterías, cabarets o discotecas, no solo eran espacios de baile o diversión, sino que de ahí surgieron movimientos estéticos muy disruptivos y también movimientos sociales y políticos. Son “espacios de creación y lugares de lucha política” que germinaron en muchas ciudades del mundo como Londres, Viena, París, Roma o Nueva York. En España tenemos solo dos ejemplos: Bocaccio, en Barcelona, y Jameos del Agua, en Lanzarote. “Hay muy pocos ejemplos que de manera tan clara transformen la mentalidad de un colectivo social” como el caso de Lanzarote, afirmó Guardiola para luego añadir: “César es pionero a la hora de utilizar el arte como un medio pedagógico y de toma de conciencia”.

La casa de Taro de Tahíche conecta, para Boix, con la relación con los estudios poscoloniales y decoloniales, por su paralelismo con la cultura aborigen de la Isla y las casas hondas de los mahos, enterradas como la que hizo César, quien incluye iconografía aborigen en sus primeros murales. En la casa de Tahíche la arquitectura vernácula dialoga con la moderna, además de con la Naturaleza. “La casa –según Guardiola– es un espacio doméstico, pero también de experimentación”, un “showroom”, un “lugar de creación de una identidad que César vive como espectáculo” y que ya ensayó en los años 50 en Madrid en su casa de la calle Covarrubias. Nace esa casa en un contexto en el que habían surgido o surgen otras casas “como manifiestos” como las de Frank Lloyd Wright, Mies van der Rohe, Le Corbusier o Gaudí. Guardiola la comparó con la casa se Portlligat de Dalí y puso como influencias la Casa Pedregal de Luis Barragán en México o la Casa Sin Fin de Kiesler.

En la película se dice que hay dos tipos de islas, las que se separan del continente y las que surgen del océano. Boix añadió que hay un tercer tipo, que son las mejanas, islas que nacen en medio de los ríos y lo hacen por sedimentación. Señaló que la obra de César está muy interpretada pero que le gusta pensar que la película es como ese tercer tipo de isla y que todas las referencias sobre la obra de César se han depositado en ella formando “una isla mejana espectral de imágenes”.

Más información: Nota de prensa

Un cambio de civilización y una Constitución para la Tierra para procurar que este Planeta sea más habitable

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Después de algo más de dos años sin actividad cultural por la pandemia, la Fundación César Manrique, el día 31 de marzo de 2022, volvió a llenar la Sala José Saramago para presentar los últimos trabajos de dos de los miembros del Gabinete científico de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote: José Manuel Naredo, que acaba de escribir La crítica agotada. Claves para un cambio de civilización y José Antonio Martín Pallín, con Una constitución para la Tierra. La abogada Irma Ferrer presentó el acto y condujo en su último tramo un coloquio. Alabó la fortaleza y generosidad de ambos por compartir su conocimiento con esta Isla: “Solo el conocimiento y la sabiduría nos van a permitir enfrentarnos al futuro”.

El propósito de Naredo con su último libro es el de desvelar las causas del impass sociopolítico que vivimos y los requisitos para reorientar esta crisis hacia horizontes ecológicos y saludables. La portada refleja el mito de Sísifo como metáfora de la movilización social. Para Naredo, “estamos peor, en cuanto a perspectivas de cambio, que en los años setenta”, cuando el cambio parecía plausible. Es en esa década cuando el mundo financiero se comienza a separar del mundo real y del enfoque económico ordinario. Este impass político viene acompañado de un impass ideológico y sus causas residen, por un lado, en el repunte de la economía a partir de los años ochenta, en la invención de la imagen verde y el medio ambiente y en la desorientación de la izquierda.

El libro consta de cuatro partes: la primera está dedicada al contexto de crisis civilizatoria. La segunda, a los no conceptos que agotan el discurso ecologista, la tercera a los no conceptos que agotan el discurso político, y por último a la encrucijada política actual. En los setenta comienzan a proliferar las administraciones que dicen velar por el medio ambiente aunque en realidad carecen de competencias para ello, mientras que la izquierda pierde la iniciativa y disipa sus energías en esfuerzos inútiles. “Hemos pasado del sistema económico a una economía de sistemas”. Ahora un país desarrollado es el que atrae capital. Como ejemplo, Estados Unidos, el más desarrollado, es el más endeudado. Desarrollado significa depredador. “La metáfora de la producción encubre la realidad de la adquisición”, según Naredo, que puso sobre la mesa otras falacias, como que el capitalismo sea una economía de mercado cuando en realidad tiende al monopolio. “Estamos en un capitalismo clientelar y corrupto”.

En el apartado de propuestas, Naredo considera que para que prospere un paradigma ecointegrador, hay que asumir el colapso de las viejas idolatrías, lograr una interpretación común de la evolución de la especie humana y conseguir propuestas inclusivas y atractivas, así como centrar las críticas en el núcleo duro de la ideología y las instituciones dominantes.

Una Constitución

El magistrado José Antonio Martín Pallín recordó que fue el primer ponente en España en redactar una sentencia por un delito contra el medio ambiente, lo que le llevó a interesarse por este asunto. Dijo que son las comunidades indígenas las que saben el futuro que le espera a la humanidad y que los textos constitucionales de Ecuador y Bolivia integran el respeto por la Tierra, que tiene derechos  que deben ser ejercitados a través de los tribunales para que sean efectivos y reales. “Pero el Derecho puede hacer poco si no hay convicción de la necesidad de poner coto a este desarrollo descontrolado”.

Recordó también que el nacimiento de los parques nacionales, primero en Estados Unidos, se debió a la carta de un jefe indio por la tala de unas secuoias y que la intervención del Derecho penal por un delito de medio ambiente se produce tras el desastre de Bophal, en India, con 30.000 muertos. Martín Pallín considera que el movimiento ecologista ha avanzado en el empeño de inculcar el amor a la Tierra, pero con el riesgo de que se convierta en una religión o un club ideológico porque debe ser “un objetivo más allá de las ideologías”.

En el campo del Derecho se han ido imponiendo las personas jurídicas a las personas físicas y aún se puede avanzar, por tanto, hacia los derechos de la Tierra. Va calando la idea de que la biodiversiad, las plantas y los animales, son sujetos de Derecho y seres sintientes. Se ha avanzado en casos como el caso Morton contra Disney para proteger los derechos de un río, o por los derechos de los árboles en un caso de deforestación contra Chevron. Incluso el Tribunal Penal Internacional considera un crimen de guerra aquel que genera daños contra el medio ambiente.

Por todo esto, Martín Pallín esboza en este libro lo que podría ser una Constitución para la Tierra, que después necesitará mecanismos para que sus derechos sean reales y efectivos. Lo prioritario, apuntó, es que prevalezca la vida de las personas frente a los recursos económicos y que se incluya como obligatoria en todos los ciclos de la enseñanza una materia que enseñe los valores de la ecología “para garantizar la habitabilidad del Planeta”. “Este movimiento tiene que ir calando y es imprescindible”. Y como hay algunas constituciones que incluyen la bandera y el himno, propone que el himno sea la Canción de la Tierra de Mahler. “¡Movilizaos antes de que sea tarde!”, concluyó.

Más información: Nota de prensa

La FCM presenta la programación del centenario de César Manrique

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La FCM presenta la programación del centenario de César Manrique: el cometido más importante en sus 27 años de historia

La Fundación César Manrique (FCM) presentó en la sala José Saramago el programa de actos que ha organizado para el centenario del artista. Es una programación extensa, variada e inédita que va desde los actos más habituales, como mesas redondas, conferencias o presentaciones de libros y talleres, hasta conciertos, películas, vídeos o concursos, que se desarrollarán en todos en los ámbitos, desde el local hasta el internacional. El centenario comenzará el próximo 24 de abril con una fiesta en Taro de Tahíche y terminará el 24 de abril de 2020 con una declaración institucional sobre el presente y el futuro de la Isla.

El presidente de la FCM, José Juan Ramírez, señaló que la FCM tiene la “fortuna y la responsabilidad” de gestionar el legado del artista porque representa, por su “deseo inequívoco”, su voluntad. “La FCM no ha permitido ni va a permitir -dijo- la instrumentalización política ni la falsificación o deformación de su legado creativo, ecológico, ambiental, turístico, social y ético”, ni va a borrar la memoria de lo que fue César “porque resulte incómodo e incompatible con determinadas visiones de la realidad y ambiciones políticas”.

Afirmó que César representa, “guste o no”, una manera de entender y amar Lanzarote, alejada de la masificación, banalización y de la corrupción”. Dijo que quien pretenda falsear o devaluar su figura encontrará siempre “alerta y en posición antagonista, con toda la capacidad de influencia que pueda desplegar, a su Fundación” que tiene como norma de conducta dialogar y respetar pero que ni se casa con el poder ni necesita de los poderes públicos para ejercer su labor de vigilancia crítica.

Recordó que la FCM primero pidió consenso a las administraciones públicas para el centenario y después exigió respeto, ante el periodo preelectoral para afrontar los actos conmemorativos “para evitar la politización y la instrumentalización de su figura que se vería sometida a tensiones indeseables, como lamentablemente está sucediendo” y señaló que ese consenso debió comenzar con la propia Fundación, “pues es el camino mas lógico” para ampliarlo después a otros ámbitos. “Sin ese acuerdo inicial, poco camino posterior podía recorrerse y eso es lo que ha sucedido”.

Ramírez añadió que hay representantes públicos que lo han entendido y otros que han respondido “huyendo hacia adelante” como el grupo de gobierno del Cabildo con el respaldo del Gobierno de Canarias “con irresponsabilidad y falta de respeto” y apuntó que esas actitudes cierran el paso a cualquier entendimiento o colaboración. “Lamentamos el indeseable pero inevitable desencuentro que una vez más provoca que en Lanzarote no hayamos sabido estar a la altura de las circunstancias” pero recordó que no es nuevo porque a César, el Cabildo le negó por dos veces la declaración como Hijo predilecto y se tuvo que aprobar tres años después de su muerte.

César estaría orgulloso”

Tras estas “aclaraciones”, señaló que los actos del centenario son el cometido más importante abordado por la FCM en sus 27 años de historia, una propuesta de actividades en calidad y cantidad calidad “como pocas veces se ha visto en Canarias”. “No nos cabe ninguna duda de que César estaría orgulloso”, dijo, por estos contenidos con el propósito de recordar su legado, “el más amable y el más incómodo” y con la única idea de homenajear a César “con fidelidad a su obra y a su actitud, vinculando su figura a Lanzarote, “porque no se puede entender la Isla sin César ni a César sin la Isla”.

Por su parte, el director de la FCM, Fernando Gómez Aguilera señaló que el paraguas bajo el que se han preparado estos actos es “el desafío inmediato del presente, una humanidad contemporánea del futuro”, en referencia a una frase que dijo César en 1970: “Yo soy un contemporáneo del futuro”. Dijo que la idea básica es que Lanzarote sea una fiesta de la cultura, del arte y la naturaleza y que se convierta en el polo cultural del país y de Canarias.

Los actos estarán dirigios a públicos muy distintos y se desarrollarán tanto en los espacios de la FCM como en los municipios o en el resto de islas. Se sustentan en César Manrique pero con una lectura contemporánea con materias que son motores de la sociedad, como la ciencia, el arte, la naturaleza, la gobernanza o la sostenibilidad. Aseguró que del legado de César pesa tanto la obra material como la conciencia y que el programa es “un diálogo con nuestro tiempo desde un mirada no acomodada”. “César debe estar al margen de las ambiciones y fuerzas de poder”, señaló.

La programación

Los actos comenzarán habitualmente a las 19:00 horas. Todas las actividades están confirmadas y son gratuitas. Para el centenario se ha diseñado una nueva identidad corporativa, realizada por Alberto Corazón, más un logo musical, mensajes para radios y televisión con palabras de César y un minisite en la web de la FCM donde se retransmitirán las actividades en streaming. La FCM, “por fin”, se incorpora a las redes sociales y ha elaborado cien contenidos específicos. En los dos muesos de la FCM habrá dos audioguías gratuitas en cinco idiomas.

Se han firmado varios convenios con medios de comunicación. En el ámbito local, con Radio Lanzarote para un concurso de microrrelatos y con Biosfera TV para un concurso, “Saber de César”. En otro ámbito, con TVE para cubrir los eventos y para estrenar una película sobre César realizada por Miguel G. Morales. También se han elaborado nuevos productos conmemorativos (treinta nuevos con cien modelos) y cinco cerámicas inéditas.

El director de la FCM, Fernando Gómez Aguilera mencionó las entidades colaboradoras, entre las que se encuentran Cabrera Medina, Binter, Canary Fly, Fred Olsen, Naviera Armas, Hiperdino, Ironman, Correos (que edita un sello y un matasellos conmemorativo), Renault Juan Toledo, Tirma, Deiland, Costa Martiánez, Grupo Spínola y entidades culturales como el CAAM, el CDAN de Huesca, la Universidad de La Laguna o el Instituto Cervantes, que hará un homenaje en Madrid y en varias sedes de Alemania, la Fundación José Saramago y la Escuela de arte Pancho Lasso, cuyos alumnos reproducirán dos murales.

Otra de las entidades colaboradoras es Aena. Gómez Aguilera dio las gracias al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por la celeridad en el cambio de nombre del aeropuerto, y reveló que se ha solicitado al Ayuntamiento de Teguise el cambio de nombre de la calle donde se encuentra la FCM para que pase a llamarse Taro de Tahíche.

Escolares

En el apartado educativo, la FCM espera recibir la visita de unos 3.000 escolares con el taller sobre la serie de la Fauna Atlántica. Habrá actividades lúdicas en los municipios, como talleres o cine y un concurso en todas las islas: “Ocho dibujos para Cesar”, así como otro para fotógrafos profesionales.

Se desarrollarán seis conferencias de reflexión sobre el artista, otras seis con el lema “Pensar sobre los límites de nuestro tiempo” y el ciclo “Saber de isla”, con investigadores locales. También intervendrán los escritores Manuel Vicent y Manuel Rivas y habrá encuentros con creadores emergentes en Canarias. Otro de los cursos abordará los costes económicos de la corrupción y la calidad de la democracia. Estará dirigido por Fernando Jiménez e intervendrán, entre otros, la fiscal anticorrupción Concepción Sabadell y los magistrados Antonio del Moral o Pablo Ruz.

Se celebrarán cursos sobre inteligencia artificial y sobre el antropoceno, dirigido por Fernando Prats y un ciclo de conversaciones dirigidas por Iñaki Gabilondo, con invitados como Sami Nair o Victoria Camps, así como otro sobre periodismo con Ignacio Escolar, Jesús Maraña, Josep Ramoneda u Olga Rodríguez, además de una conversación ente Juan Cruz y la directora de El País, Soledad Gallego-Díaz.

José Ramírez Cerdá

Los actos se completan con cinco mesas redondas: sobre el territorio, sobre cómo se trabajaba con César, “el César que conocimos”, “César en el contexto de la cultura canaria” y otra sobre su relación con José Ramírez Cerdá, de quién también se editará una pieza audiovisual y un libro. En los actos del centenario hay varios dedicados a la figura del que fue presidente del Cabildo de Lanzarote, José Ramírez Cerdá, cuyo centenario se cumple el próximo 15 de abril. Gómez Aguilera lanzó un reproche porque “no se ha oído ni una palabra” sobre ese centenario “y no será por falta de méritos”. Señaló que es una figura que genera unanimidad, que es una “negligencia inexplicable” y que el autoconocimiento histórico debe ser una exigencia. Dijo que quizá sea porque “recordarlo no proporciona tanto rédito político como hacerse fotos con la figura de César Manrique sin importar que se vea expuesto a tensiones inmerecidas”.

También habrá talleres sobre cine y paisaje, sobre literatura con Alexis Ravelo, de creación de objetos en 3D y actividades con formatos singulares como una performance literario-filosófica con el dúo Fernández y Fernández, además de una actividad de danza y percusión en la playa de Famara como homenaje a César.

La FCM ha preparado varias exposiciones: “César Manrique Lanzarote” se inaugurará el 8 de mayo y en ella se recupera un mural del aeropuerto que hace cincuenta años que no se ve, además de una muestra sobre sus ideas llamada “César Manrique, palabra y compromiso; al poder se le incomoda”, una instalación del artista Filip Custic, una exposición itinerante, otra llamada “César, un icono popular del Siglo XX” y otra de fotografía digital on line.

Música y libros

En el apartado de música habrá tres diálogos musicales con Benito Cabrera, un concierto de El Niño de Elche, un encuentro entre el rapero Arkano y el verseador Yeray Rodríguez, el dúo Fetén Fetén, un encuentro de repentistas latinoamericanos, otro de música popular con Acatife, Los Toledo y Los Campesinos, un disco de Toñín Corujo Quartet producido por la FCM, “El genio”, tres conciertos de música clásica y otro de Germán Díaz y Benxamín Otero.

Se va a editar una decena de publicaciones. Entre ellas, “Museopatías”, de Fernando Estévez, “Mi Teguise” de Leandro Perdomo, “César & Manrique, palabra en la calle”, que recopila la voz del artista “frente a intentos por vaciar sus ideas”, la novela negra “La ceguera del cangrejo”, de Alexis Ravelo, que transcurre en Lanzarote, “Pepín Ramírez, el hombre que convirtió a Manrique en César”, de Saúl García, y dos manifiestos escritos por César Manrique: “Salvemos la isla de Lanzarote” y “El arte también vive”. Por último, se proyectará el documental “El naufragio, treinta años de memoria sumergida”, de Nicolás Castellano, habrá un ciclo de cine medioambiental y uno de cine móvil ecológico y hasta un musical, un espectáculo de calle, la creación para niños “César Manrique. Rojo, negro, blanco”, doce piezas audiovisuales de entrevistas y una película del cineasta José Luis Guerín.

José Farrujia: «En Canarias se ha patrimonializado el discurso del poder»

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El libro Identidad canaria. Escritos en torno al patrimonio cultural y la divulgación del pasado, de José Farrujia de la Rosa, ofrece herramientas para poder unir la lucha por el territorio a la gestión patrimonial. Así lo afirmó Raúl Vega, coordinador de proyectos de la Fundación Tamaimos, editora del libro que se presentó en la sede de la Fundación César Manrique, el 13 de diciembre. Para Vega, los últimos proyectos relacionados tanto con el territorio como con el patrimonio en las islas tienen dos problemas comunes: el colonialismo y el clasismo, o bien el desprecio por lo indígena y la predilección por lo señorial.

Borja Rubio, José Farrujia y Raúl Vega

Para el otro presentador del acto, Borja Rubio, se hace fundamental hablar de la identidad en un contexto “de efervescencia de identidades excluyentes” en el que se está pretendiendo “tapar con banderas un cambio de época” y por lo tanto hay que preocuparse de parar “la maquinaria de la superficialidad”, con una ciencia exenta de toxicidad. Rubio señaló que un axioma clave es que la dirección del relato de las identidades está en función de la identidad del poder. “No se considera al pueblo como sujeto político autoconsciente”. También citó las tensiones que surgen de ciertos proyectos artísticos (Tindaya, Ibarrola en La Palma, De Caires en Lanzarote…) sumados a la Ley del Suelo “que afecta de forma directa a la convivencia y a la Naturaleza”. Aseguró que el libro le plantea la necesidad de generar pedagogía para poder mantener la identidad, tener una mirada “lo más rica posible sin perder un ápice de la universalidad que es ser canario” y pasar “del contar al ser, no interiorizando lo que espera el turista de nosotros”.

El autor del libro, José Farrujia, calificó a la FCM como “uno de los bastiones del pensamiento libre en Canarias”, “de los pocos que quedan”. Dijo que fue otro libro, Lanzarote. Arquitectura inédita (1974) de César Manrique, el que le impulsó a interesarse por el patrimonio. La obra Identidad canaria aborda la atención al patrimonio arqueológico y otros temas transversales, como conflictos sociales y políticos, pérdida de la memoria, el papel de los medios de comunicación, los efectos del colonialismo o la influencia amazigh. Son cinco bloques temáticos con un hilo conductor: “El libro persigue generar conciencia sobre nuestro pasado y la realidad cultural”. Su lectura permite “enseñar a ver” para posicionarse y adoptar una posición. Uno de los retos que se planteó fue el de ayudar a entender el patrimonio canario, aunque también es un libro escrito desde el activismo.

Farrujia citó, igualmente dos grandes problemas: la herencia colonial y el modelo desarrollista canario. Señaló que el pensamiento único provoca que haya una parte del patrimonio que esté infrarrepresentado, porque desde el siglo XVI hay un discurso hegemónico sobre el pasado canario que hace que se haya recuperado el patrimonio colonial y el que está asociado a las élites, y que haya un desequilibrio alarmante con el patrimonio anterior a la conquista. En Tenerife hay 26 Bienes de Interés Cultural (BIC) de zonas arqueológicas (anteriores a la conquista) y 135 de monumentos posteriores. Esto no se debe tanto a la desaparición de esos elementos ya que, en Gran Canaria, donde “hay otra mirada”, son 30 los BIC’s de zonas arqueológicas y 42 los de monumentos. “Está más compensado”. Por su parte, en Lanzarote se repite el modelo existente en Tenerife: un BIC arqueológico frente a 16 monumentos BIC.

Para Farrujia, en Canarias “se ha patrimonializado el discurso del poder”. De esta forma, casi todo los hitos patrimoniales están en el paisaje urbano, el más cotidiano, como casas señoriales o edificios religiosos, mientras que “lo indígena, lo etnográfico, lo que corresponde al campesino, lo que no es monumental ni de las élites, ha ido languideciendo”. El libro, por tanto, aboga por el consenso social, por concienciar en que hay unos valores finitos y en peligro de desparecer pronto, pero también intenta aportar algo de resistencia cultural: recuperar la memoria, transmitir conocimiento y orgullo de pertenencia. Como se predica con el ejemplo, según Farrujia, se ofrece una herramienta para cuestionar y transformar la realidad que sirva al público en general y también a los estudiantes.

Por último, este libro trata sobre lo amazigh, su importancia, sus relaciones y su significado actual, y para entender las relaciones contemporáneas, el autor se entrevistó con los grandes referentes de esa cultura.

Más información: Nota de prensa

Visita del presidente del Gobierno español y del primer ministro de Portugal a la FCM

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Con motivo del homenaje a José Saramago por el 20 aniversario de la entrega del Premio Nobel de Literatura, el presidente del Gobierno del reino de España, Pedro Sánchez y el primer ministro portugués, Antonio Costa, visitaron Taro de Tahíche, acompañados por el presidente de la Fundación César Manrique, José Juan Ramírez, y por su director, Fernando Gómez Aguilera.

El presidente del Gobierno español ha compartido en su Twitter la experiencia de su vista a la sede de la FCM: “Fabulosa visita junto a @antoniocostapm a la Fundación César Manrique, en Taro de Tahíche. Y fabulosa la labor que llevan a cabo mezclando la difusión de la obra de Manrique, la promoción cultural y el compromiso con el #medioambiente y el territorio”.

 

Conmemoración del 50º aniversario de la construcción de Taro de Tahíche

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El pasado día 2 de octubre se conmemoró el 50º aniversario de la colocación de la primera piedra de Taro de Tahíche, la casa del artista César Manrique desde 1969 hasta 1988, actual sede de su Fundación.

Con motivo de este aniversario, la Fundación César Manrique celebró un acto festivo, abierto a todo el público de Lanzarote, en el cual se ofreció un aperitivo con ambientación musical. Unas 700 personas acudieron para rendir homenaje a César Manrique. Durante la celebración, se pudo visitar el museo de la Fundación César Manrique, antigua casa del artista, que permaneció abierto hasta las 23:00 h.

Más información sobre el 50 aniversario casa César Manrique en Tahíche

Benito Cabrera: «Lo primero que se conoció de Canarias fue su cultura popular»

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El director de la Fundación César Manrique, Fernando Gómez Aguilera, presentó a Benito Cabrera como un folclorista “culto y sensible” y repasó parte de su “fecunda y dilatada trayectoria” como timplista, director musical, concertista en diversos países o escritor. El día 26 de junio de 2014 se presentaba el libro Va por el aire. Apuntes sobre cultura popular canaria (Le Canarien), que recoge 94 artículos escritos por Cabrera en Diario de Avisos, en los que habla de la “densidad patrimonial del folclore”. Gómez Aguilera invitó a los asistentes a disfrutar de sus “píldoras de cultura popular” y agradeció que el libro se distancie de una pretensión doctrinaria y de maniqueísmos y que opte por dar una perspectiva abierta con un diálogo con su época.

Miguel Ángel Corujo, director de la Agrupación folclórica “Los Campesinos” y amigo de Benito Cabrera, recordó los inicios de su vieja amistad con el músico, rememorando, primero, el primer libro que le regaló y, después el primer libro que escribió Cabrera: “El folclore de Lanzarote”. Destacó el prólogo escrito para este nuevo libro por Elfidio Alonso y señaló que los apuntes de Benito Cabrera ayudan a comprender el origen de tradiciones, fiestas, rituales, cantos, danzas, etc.

El editor del libro, Zebensui López, de Le Canarien, dijo que ha sido un lujo y una responsabilidad editar este volumen “que sirve en bandeja elementos de nuestra cultura” y alabó la compleja labor que supone la divulgación de estos “elementos culturales que nos hablan de nosotros mismos” y que funcionan como “un espejo cultural canario”. Agradeció a la FCM el respaldo porque es “un símbolo de la cultura no ajena a la realidad política y social” y una punta de lanza en la lucha contra las prospecciones petrolíferas.

Tomó la palabra Benito Cabrera, que se confesó apabullado por las alabanzas de sus compañeros de mesa. Definió su libro como un libro de divulgación y su faceta como escritor como la de un diletante que garabatea palabras en un periódico y pidió un emotivo aplauso en recuerdo de Juan Lemes, maestro artesano del timple, que había fallecido esa mañana en La Vegueta y que le enseñó a aprender a escuchar el sonido de la madera.

Cabrera aseguró que en la cultura tradicional “hay cosas que son sencillas pero no son simplonas” y que su riqueza consiste en que va por el aire y por tanto se transmite de forma difusa, siempre es actual y obliga a un redescubrimiento permanente. “Lo primero que se conoció de Canarias, antes que los mapas de Torriani, fueron las endechas de Canarias, que empezaron a aparecer en las bibliotecas europeas con ese nombre; así que lo primero que se conoció de Canarias fue su cultura popular”.

Contó su presencia en un festival musical en un pequeño pueblo de Holanda, donde los habitantes alojan a los músicos en sus casas. “Nos juntaron a todos los canarios —dijo— y comenzamos a tocar un sorondongo, pero continuaron los holandeses, preguntándose por qué tocábamos una canción suya que se llama “Había una vez un niño que quería ser marinero”. El autor del libro señaló que “hay un paralelismo notable en otras partes del mundo con melodías y bailes que creemos de aquí”, y puso otros ejemplos de danzas del Norte de África o canciones irlandesas similares a las canarias. “Van por el aire y recorren caminos diversos”. “Esa mezcla, ese sincretismo, hace que seamos ricos”, dijo haciendo referencia a la tricontinentalidad de Canarias, en la que África sigue siendo una cuenta pendiente y explicó el significado de palabras como guineo, guirigay o burumbé, que eran formas de cantar imitando a los moriscos.

El libro también recoge personajes olvidados, como un señor de 94 años, nacido en Gran Canaria y emigrado a los siete años a Nueva Orleans, donde sobrevivió cazando ratas y que cantaba décimas muy raras y preguntaba si se le entendía. “Allí conocí a gente vestida de típicos que sólo hablan inglés pero se sienten canarios”. O Alcide Nunez, clarinetista de esa ciudad, de padres canarios, que los estudiosos del jazz lo colocan como uno de los pioneros de ese tipo de música “y no lo conocemos”. O Juan Pulido, que emigró a Argentina y fue cantante de tangos antes que Carlos Gardel. Era de Gran Canaria, actuó en Broadway, vendió miles de discos y fue el primero que interpretó isas, malagueñas y folías con orquesta. O Luisa Linares, que nació en la calle La Porra de Arrecife y que, junto a el grupo Los Galindos, triunfó en América.

Benito Cabrera terminó su intervención apostando por una canariedad más abierta “y que nos hace ser más interesantes de lo que creemos que somos”. El libro está basado, según él mismo, en esas pequeñas cosas, en anécdotas de la cultura canaria. “Lo de ‘lo nuestro’ —señaló— es en realidad ‘lo de todos’, y así lo entendió la Unesco cuando declara lugares y tradiciones como Patrimonio de la Humanidad”.

Cerró el acto el timplista Alexis Lemes Socas interpretando algunos de sus temas.

Baute: Nuestra intención es que FIMEC tenga proyecciones y actividades paralelas en Lanzarote en próximas ediciones

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La Sala Saramago, en la Plazuela, de Arrecife, acogió la proyección, el jueves 12 de junio, del documental A la sombra de los volcanes, del realizador Pedro Felipe Acosta y del largometraje de ficción Beasts of the southern wild, de Benh Zeitlin. Son dos de las proyecciones del FICMEC, el Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias, que se desarrolla en Garachico (Tenerife).

El conservador jefe de la Fundación César Manrique (FCM), Fernando Ruiz, agradeció en el acto de presentación de las dos películas, al director del Festival, David Baute, su disponibilidad para que la isla de Lanzarote pueda disfrutar de algunas de la proyecciones de este encuentro “que recoge el testigo del festival pionero en España de cine medioambiental que fue el de Puerto de Cruz”, según señaló Ruiz, y en el que colaboró César Manrique.

Baute, que se dirigió brevemente a los presentes antes de las proyecciones, también mostró su agradecimiento a la FCM por el hecho de que el Festival pueda tener una sede en Lanzarote y reconoció a Manrique como impulsor del primer festival de estas características en 1982. El de Puerto de la Cruz desapareció en 2009, y hace dos años se recuperó aunque instalando su sede en Garachico, “con el ánimo de recuperar la importancia que nunca debió perder —según Baute— como vanguardia del cine medioambiental”. El director del FICMEC aseguró que su intención es la de reforzar el festival en Tenerife y lograr que en Lanzarote pueda tener proyecciones y actividades paralelas en las próximas ediciones.

Pasó a presentar el documental de Pedro Felipe Acosta, veterano realizador de películas sobre la naturaleza de Canarias. A la sombra de los volcanes es un documental que recorre las siete islas canarias a través de su flora y su fauna, por tierra, mar y aire. La de Lanzarote fue la segunda ocasión en que se proyectaba, tras su estreno este año en el FICMEC, y puede servir como embajador de la fauna canaria porque se emitirá en festivales y cadenas de televisión de decenas de países. Tras la proyección se hizo una pausa y se proyectó Beasts of the southern wild, premio del Festival de Sundance a la mejor película y a la mejor fotografía y con cuatro nominaciones a los Oscar en 2012. “Con estas dos proyecciones se da una visión más global de lo que es el FICMEC”, señaló Baute.

La supervivencia de Manrique como icono mediático dependerá de la supervivencia de la Lanzarote que él creó

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La proyección de unas imágenes extraídas del documental Taro. El eco de Manrique, con palabras del artista ante las cámaras, abrió la última de las mesas redondas dedicadas a Manrique este año en la FCM, celebrada el 8 de noviembre de 2012. Siete periodistas, incluidos los dos moderadores, Manuel Riveiro e Isabel Lusarreta, disertaron sobre César Manrique como icono mediático. Comenzó Techi Acosta con una anécdota que ejemplifica la relación de Manrique y el uso de los medios que él hacía, recordando que Manrique entraba en Radio Lanzarote y le decía a su director, Agustín Acosta: “Agustín, voy a hablar”. El otro periodista lanzaroteño de la mesa, Salvador Hernández, destacó que le sorprendía de César su espíritu didáctico porque se esforzaba en que el periodista viera la importancia de su mensaje. Por su parte, Javier Durán, que se desplazó en varias ocasiones desde Las Palmas para entrevistar a Manrique, contó que en esas entrevistas siempre salía la misma pregunta: “¿Qué hacemos con el Sur de Gran Canaria?”, y la misma respuesta: “Ponerle una bomba”. Como un “animal mediático” definió Victoriano Suárez Álamo a Manrique: “Era un filón, un caramelo para un periodista y sabía el poder que tenían los medios para hacer llegar su mensaje al pueblo”. Algo que corroboró Juan Manuel Pardellas, para quien fue un privilegio entrevistarle porque “daba muchos palos al poder establecido”: “Cada palabra de César era un titular a cinco columnas”.

El debate se centró brevemente sobre la intimidad y la vida personal de Manrique, un aspecto en el que todos coincidieron que era secundario y que no le interesaba a la prensa del momento, y pasó a analizar el cambio del Manrique mediático amable que promociona Lanzarote al reivindicativo que se queja de la especulación. Ese icono ya comenzaba a molestar a los poderes fácticos. Salvador Hernández recordó que tras la entrevista a Der Spiegel en 1988, en la que denunciaba la situación de la Isla, se reunió el Patronato de Turismo para intentar hacerle callar, pero que “nadie fue capaz de hacer callar a César Manrique”. Según Javier Durán, Manrique es un icono mediático porque supo hacer algo insólito, como llevar a cabo un proyecto turístico diferente al de la época, en España y “sacar del hambre a una Isla”. Pardellas habló de la llegada de César a Tenerife “poniendo árboles del revés” en el Puerto de la Cruz, su contribución a la revalorización de ese destino turístico y su posible influencia para evitar el derribo de unas naves de carbón, último vestigio de aquella época en Santa Cruz y que los vecinos reclamaban que quedaran en pie.

Haciendo un ejercicio de imaginación motivado por los moderadores, Suárez Álamo, que aseguró que a César habría que estudiarlo en las escuelas de comunicación por su forma de emplear a los medios, dijo que tuvo suerte con los medios de aquella época porque tenía más peso el periodista que el empresario, mientras que ahora se desvirtuaría más su mensaje. Techi Acosta dijo que “se echa de menos un personaje como César Manrique”, que se movía en una Isla en la que los medios de comunicación pertenecían a periodistas y no a empresarios de la construcción: “En la actualidad sería peor tratado por los medios y quizá ni siquiera viviría en Lanzarote”. Cogiendo ese hilo, Hernández aseguró que los poderes fácticos le tenían acorralado en los últimos años de su vida y que se quería ir a vivir a Marrakech, y afirmó que el mensaje de César permanecerá porque en vida dejó preparado su relevo, depositado en la Fundación que lleva su nombre. Javier Durán concluyó sus intervenciones diciendo que el gran reto es el de mantener a Manrique como icono mediático frente a la corrupción y los escándalos: “La supervivencia de Manrique como icono mediático dependerá de la supervivencia de la Lanzarote que él creo”, y alentó a que Manrique no se convierta en un souvenir cultural o turístico sino que se mantenga como símbolo de lo que realmente fue. Finalmente, Juan Manuel Pardellas dijo que se queda de César con “cómo era temido por los gobernantes” y lamentó que su muerte “nos dejó huérfanos en la lucha ambiental”.

 

César Manrique. Recuerdos compartidos de su vida más íntima

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Los dos hermanos de César Manrique, Carlos y Juana, el presidente de la FCM, José Juan Ramírez y el ex director de la Caja de Canarias y amigo del artista, Juan Marreo Portugués, compartieron, en la cuarta de las mesas redondas sobre César Manrique previstas para este año, celebrada el 25 de octubre de 2012, su memoria sobre el artista lanzaroteño, moderados por las periodistas Usoa Ibarra y María José Tabar.

Marrero Portugués, muy locuaz toda la noche, calificó a Manrique como un ser humano “único e irrepetible”, mientras que su hermano Carlos recordó que César estaba “en otro mundo”: “Íbamos a pescar, yo me ponía con la caña y él hacía dibujos en la arena”. Juana añadió que dibujaba mujeres desnudas  “y nosotros no decíamos nada a las madres”. Todo eso ocurría en la playa de Famara, lugar de veraneo y de libertad “donde éramos muy felices”, según Juana. Los hermanos evocaron al César adolescente, que no acudía a las llamadas a la mesa porque estaba pintando, y que quería estudiar pintura frente a la opinión de su padre de que estudiara para ser aparejador a pesar de que “era un cero en matemáticas”. “Mi padre le decía que iba a ser un pintamonas”, dijo Juana. Un padre del que se acordó mucho César cuando le otorgaron el Premio “Europa Nostra”, y así se lo relató a José Juan Ramírez.

Tras una larga introducción sobre su llegada al Arrecife de principios de los años cincuenta, Marrero Portugués relató su primer encuentro con Manrique en 1954, en uno de sus viajes desde Madrid. Ya conocía su obra porque había visto los murales del Parador, y también sabía de él por boca de Pepín Ramírez, su amigo desde la infancia, y con quien Marrero trabó amistad y compartió responsabilidades en el Ayuntamiento, antes de convertirse en cuñados. En aquellos murales, dijo Carlos, César también había pintando unas mujeres desnudas, que provocaron la censura del obispo y a su vez la negativa de César a borrarlas, aunque acabó cediendo a vestirlas.

César fue a la Guerra Civil como voluntario con Pepín Ramírez y Juan Prats para que no les mandaran al frente de batalla. Primero llegaron a Ceuta, donde César preguntó, ante la visión de muchos hombres tumbados, si se acostaban pronto, cuando la realidad era que estaban muertos, “Eso le afectó mucho”, dijo José Juan Ramírez, que aseguró que ni César ni su padre hablaban sobre la Guerra. Después fueron a Cataluña y acabaron en el Desfile de la Victoria de Madrid, y según le contó Prats a Marrero Portugués, César pintó algunos cañones que salieron así en el desfile. Al volver a casa, según Juana, lo primero que hizo fue subir a la azotea, quitarse el uniforme y patear la ropa de soldado. Marrero Portugués, hablando sobre el franquismo,  dijo que “el tema político con César Manrique no se suscitaba, César estaba muy por encima, vivía en su mundo dedicado al arte”. “En su intimidad —señaló— no era un hombre excéntrico, era serio, cabal, ejemplar y se cuidaba muchísimo, era un atleta”. Eso sí, “le encantaba disfrazarse”, dijo Juana.

Repasando la vida de César Manrique, los participantes en la mesa llegaron a su etapa en Madrid como estudiante de Bellas Artes. Una época en la que, según Ramírez, lo pasó mal, sin apenas dinero y le costó salir adelante “pero estaba muy enamorado de la pintura”. Ya sabía que no era un bicho raro, que no estaba loco y que su sueño era realizable porque había conocido a la familia Millares, con quienes compartía inquietudes. Ramírez también repasó otro de los momentos críticos, del que tampoco César habló mucho posteriormente: la muerte de Pepi, su mujer. Lo tuvieron que sedar y estuvo dos días dormido. Tras su muerte decidió marcharse a Nueva York, “y allí es donde se dio cuenta de las posibilidades de desarrollo de Lanzarote y comenzó a escribir a las autoridades”.

Según Marrero, en la proyección mundial de César, jugó un papel muy destacado Pepín Ramírez “que no se le ha agradecido del todo”. “Pepín —dijo— influyó en que César orientase su sentimiento artístico en mejorar el paisaje de Lanzarote”. Marrero alabó la “ingeniería financiera” que hizo Ramírez para poder llevar a cabo las obras de César, que no hacía ni proyecto ni presupuestos, y dijo que fueron posibles por “el coraje, la valentía y la honestidad de Pepín”. Terminó contando una anécdota del entierro de Manrique, en el que el cura Miguel Lantigua dijo que César se sentaría a la derecha de Dios porque le dirá: “Has sido capaz de mejorar la Naturaleza que he creado”.

Los hermanos acabaron mostrando su “orgullo” de hermanos y José Juan Ramírez calificó a César como una persona entrañable y honesta “pero sobre todo “sincero y valiente”. “Con el paso de los años y las dificultades en hacer oír sus ideas, valoro más la actitud de César en la defensa de su visión de Lanzarote”, concluyó.