Germán Díaz y la zanfona, “una especie de sintetizador del siglo X”

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En el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela se puede ver a dos hombres tocando el organistrum, el antecedente de la zanfona, un instrumento milenario sobre el que Germán Díaz, músico y filólogo clásico, ofreció un concierto ilustrativo en la sala José Saramago. A través de piezas clásicas y modernas, el músico vallisoletano hizo un recorrido por la historia de la zanfona. El punto de partida fue la Edad Media, un periodo en el que se mecanizaron muchos instrumentos, como fue el caso de la zanfona, que recoge el esquema del violín mecánico, pero en lugar del arco tiene una rueda sobre la que se colocan las cuerdas y una manivela que las mueve. A lo largo del instrumento hay unas espadillas que cortan las cuerdas para dar la nota correspondiente, y unas cuerdas, denominadas simpáticas, que resuenan gracias al tono de las principales. “Es una especie de sintetizador del siglo X”, afirmó Díaz.

La zanfona aparece reflejada en muchas iglesias y catedrales, a lo largo del Camino de Santiago, de la Ribera del Duero o de la Magna Vía Francigena en la isla de Sicilia. Hoy en día quedan muchos vestigios visibles. Actualmente, este instrumento ha disminuido su tamaño y lo toca una sola persona. Díaz bromeó con las causas, con el hecho de que “el de la manivela no podía más”. Además, es un instrumento vinculado con las primeras polifonías. Fue muy importante para desarrollar ese tipo de canto. También era codiciado para aprender a cantar en solitario, sin ayuda de un profesor.

En todas las grandes ciudades europeas, de Norte a Sur y de Este a Oeste, está presente la zanfona. Era una tradición viva en toda Europa. Posteriormente, se desarrolla también fuera del ámbito litúrgico y se  vincula a la llamada literatura de cordel. Los ciegos se paseaban de pueblo en pueblo contando historias escabrosas o truculentas que vendían en pliegos y que acompañaban tocando la zanfona. Para Díaz, resulta increíble que fuera un ciego quien tocara este instrumento por la precisión que requieren sus cuidados, entre los que destacan el uso de resina para la manivela y la colocación de algodones en las cuerdas, además de tenerse que afinar constantemente.

La zanfona está relacionada con las historias truculentas, así como con lo esotérico o con las historias mágicas y parece emparentada con las músicas orientales, aseguró el músico. De hecho, una tesis doctoral  afirmaba que la introdujeron los árabes en Europa, hasta que se supo que la traducción no se correspondía con el original. Fue un instrumento de Corte en la Francia del XVIII. Recientemente, tuvo un gran auge a partir de los años setenta, principalmente gracias a Valentin Clastrier, que le incorpora el sonido electroacústico.

En su recorrido musical, Germán Díaz se acompañó en algunas piezas de otros instrumentos mecánicos, como la caja de música programable, que lee una tarjeta perforada o la rolmónica cromática, que tuvo gran éxito en Estados Unidos a partir de los años veinte.  El músico interpretó un total de once piezas, algunas clásicas y otras modernas, tanto composiciones propias como ajenas. La primera de ellas fue La rosa florece, seguida de Cirro, Romance de la casada en lejanas tierras, una pieza del Cancionero Popular de Burgos, de Federico Olmeda, del Der Leiermann (El zanfonista) de Schubert, una muestra de una pieza acompañada de canto difónico (varias notas con una sola garganta), Perfume de gitano, La rueda de la vida, una de la banda sonora de la película La eternidad y un día, de Eleni Karaindrou y el bis, que fue un tema propio, Rue de Bègles, una calle de Burdeos a la que llegó en medio de un viaje por toda Europa para transportar el único ejemplar que queda de la lira organizzata o zanfona órgano.

Más información: Nota de prensa

Grabación de la conferencia-concierto: Grabación

Orencio Boix: «César es pionero a la hora de utilizar el arte como un medio pedagógico y de toma de conciencia»

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“En el volcán. Manrique: Jameos del Agua / Casa Tahíche” es un videoensayo dirigido por Orencio Boix y coproducido por el Centro de Arte y Naturaleza de Huesca (CDAN) y la Fundación César Manrique (FCM) en el marco de la celebración del centenario del nacimiento del artista. Juan Guardiola, exdirector del CDAN y que actualmente dirige la Fundación Díaz-Caneja de Palencia, explicó que la película surge del interés de hacer un proyecto en el CDAN sobre los primeros trabajos de César Manrique, pero “no sabía por dónde empezar”. Después recibió una invitación de la FCM para participar en los actos del centenario del artista, durante el cual se tenía que haber estrenado la película.

La realización del videoensayo se le encargó a Orencio Boix, que ya había realizado anteriormente películas similares como “Notas de la Aljafería”, “La Casa Ena” y “Estancias” en las que aborda el papel que juega la arquitectura en la construcción de las sociedades. Además, se daba la casualidad de que aún siendo de Huesca, conocía la existencia de César Manrique desde su infancia pues era amigo de un nieto de Antonio Álvarez, el que fuera vicepresidente del Cabildo, y relató como en casa de su amigo se notaba la admiración que sentían por Lanzarote y por el artista.

La película, que tiene una duración de 32 minutos, está formada por una serie de imágenes, acompañadas por un texto escrito y una pieza musical. El director pensó en incluir una voz en off en lengua amazigh, pero comentó que tras las pruebas vieron que “no funcionaba”. Así mismo, Boix señaló que este trabajo nació para ser proyectado en bucle en una sala del CDAN, no obstante la pieza también se ha proyectado en otros espacios y festivales más convencionales.

En la sala Saramago, los asistentes a la presentación pudieron ver la película, en primer lugar, y tras ella Boix y Guardiola explicaron estos detalles y conversaron sobre su trabajo. También alabaron ambos la labor de la FCM  calificándola como “inaudita”, por admirable, así como “coherente” o “consecuente”.

Uno de los temas que aborda la película es el land art desde un punto de vista que contribuya a romper con la interpretación más habitual, que es anglocéntrica. Cuando surge esta corriente artística, que intenta sacar la obra de arte de su contexto y que su relación con la Naturaleza no fuera solo la de representarla, César ya había inaugurado la primera fase de Jameos del Agua. Aún no se había acuñado el término del que después “se adueñaron unos pocos”. La primera exposición en la que aparece es en Londres en octubre de 1968. Boix y Guardiola querían “ampliar la genealogía” de esta corriente a otros discursos y otros autores, a mujeres y a artistas de otras latitudes. “César había trabajado esto de manera intuitiva, trabaja en el land art desde el medio ambiente y la ecología, y lo hace antes”.

Otro de los asuntos a tratar en la película tiene que ver con el hecho de que los espacios dedicados al placer están denostados “por frívolos”. Guardiola partió de la idea de César de hacer “el mejor night club del mundo” en Jameos. Por su parte, Boix señaló que lugares como bares, cafeterías, cabarets o discotecas, no solo eran espacios de baile o diversión, sino que de ahí surgieron movimientos estéticos muy disruptivos y también movimientos sociales y políticos. Son “espacios de creación y lugares de lucha política” que germinaron en muchas ciudades del mundo como Londres, Viena, París, Roma o Nueva York. En España tenemos solo dos ejemplos: Bocaccio, en Barcelona, y Jameos del Agua, en Lanzarote. “Hay muy pocos ejemplos que de manera tan clara transformen la mentalidad de un colectivo social” como el caso de Lanzarote, afirmó Guardiola para luego añadir: “César es pionero a la hora de utilizar el arte como un medio pedagógico y de toma de conciencia”.

La casa de Taro de Tahíche conecta, para Boix, con la relación con los estudios poscoloniales y decoloniales, por su paralelismo con la cultura aborigen de la Isla y las casas hondas de los mahos, enterradas como la que hizo César, quien incluye iconografía aborigen en sus primeros murales. En la casa de Tahíche la arquitectura vernácula dialoga con la moderna, además de con la Naturaleza. “La casa –según Guardiola– es un espacio doméstico, pero también de experimentación”, un “showroom”, un “lugar de creación de una identidad que César vive como espectáculo” y que ya ensayó en los años 50 en Madrid en su casa de la calle Covarrubias. Nace esa casa en un contexto en el que habían surgido o surgen otras casas “como manifiestos” como las de Frank Lloyd Wright, Mies van der Rohe, Le Corbusier o Gaudí. Guardiola la comparó con la casa se Portlligat de Dalí y puso como influencias la Casa Pedregal de Luis Barragán en México o la Casa Sin Fin de Kiesler.

En la película se dice que hay dos tipos de islas, las que se separan del continente y las que surgen del océano. Boix añadió que hay un tercer tipo, que son las mejanas, islas que nacen en medio de los ríos y lo hacen por sedimentación. Señaló que la obra de César está muy interpretada pero que le gusta pensar que la película es como ese tercer tipo de isla y que todas las referencias sobre la obra de César se han depositado en ella formando “una isla mejana espectral de imágenes”.

Más información: Nota de prensa

Joan Nogué: «El paisaje es la hermana pobre de la ordenación del territorio»

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Joan Nogué, el día 21 de septiembre de 2022, dividió el taller ‘El poder del paisaje. De la mirada individual a la acción colectiva’ en tres bloques: el paisaje como bien común, el reencuentro con el lugar y educar la mirada para conseguir una ética colectiva. Nogué es ya un habitual en la Fundación César Manrique. El geógrafo, exdirector del Observatorio del Paisaje de Cataluña, tenía previsto impartir este taller en marzo de 2020 y se congratuló de que la Fundación César Manrique optara por recuperarlo tras la pandemia.

El bien común. Según Nogué, es la tercera vía entre la propiedad privada y la pública, los dos polos que instauró la modernidad, cuyo peso varía, pero que son los dos pilares de la retórica moderna. “Durante años, nos han dicho que no hay otra forma, pero la restitución del bien común choca de lleno contra esta concepción y es evidente que hay otras alternativas”, señaló. El bien común se puede referir al agua, a espacios públicos o al paisaje, a algo material y a algo inmaterial. Es tangible e intangible a la vez. “Concebir el paisaje como bien común es un salto hacia adelante”. Es de todos y no es de nadie. De ahí la dificultad para su gestión y también los intentos del poder de mantener al paisaje como una mera cuestión estética. Sin embargo, aunque el paisaje sea subjetivo, tiene un componente social. “Se argumenta que si es subjetivo no puede ser objeto de la ordenación por parte del sector público, y normalmente se hace para justificar estructuras pesadas en el territorio”. De hecho, según Nogué, el paisaje es la hermana pobre de la ordenación territorial. Es cierto que la percepción es sesgada, pero se puede llegar a objetivar. El paisaje tiene valores sociales, históricos y estéticos, tiene valores objetivos. “Sabemos cuándo traspasamos una línea roja de destrucción del paisaje”. Comentó que cuando hay intervenciones que fracturan el territorio y degradan el paisaje “se usa el argumento de que todo es cuestión de acostumbrarse, y no es verdad. Si aceptamos esto estamos perdidos”.

El reencuentro con el lugar. Ese reencuentro se produce a través de nuevas fórmulas porque las relaciones de la gente con los lugares están cambiando de forma muy positiva. “Ya no basta con paisajes sublimes, sino que se trata de vivir en paz con los paisajes cotidianos; en armonía”. Es un cambio de paradigma en nuestra relación con el territorio. El espacio geográfico también es existencial y hay múltiples ejemplos que ilustran este cambio. Van surgiendo nuevas ruralidades, una vuelta, o una incorporación al campo. También proliferan circuitos alternativos de producción y de consumo que generan miles de microcambios que después generarán macrocambios. Se está viendo una reinvención de antiguas profesiones como estrategia para recuperar el carácter de un lugar, como, por ejemplo, una escuela de pastores. Además, asistimos a una recuperación de la esencia del lugar como fórmula de revitalización económica y cambio cultural. Uno de los ejemplos más claros en este sentido es la comarca del Priorat, que experimentó la vuelta de jóvenes que se habían marchado y de personas relacionadas con el mundo de la cultura que “tienen claro que el tema central debe ser el paisaje”. Por otro lado, está la revitalización de áreas marginales despobladas a través de proyectos culturales de calidad, como el Centre d’art i natura de Farrera, que nació hace más de veinte años, cuando solo quedaban dos personas en el pueblo. Hay más ejemplos: nuevas formas de gestión del territorio de carácter horizontal y no recogidas por la legislación vigente, como las redes de custodia del territorio, o nuevas formas de gobernanza local, como las que surgen en la región italiana de Abruzzos, destruida por un terremoto y cuya reconstrucción va más allá de lo físico. También en Italia, la iniciativa Luoghi di valoi (lugares con valor) que recopila durante diez años espacios importantes para los ciudadanos que no coinciden precisamente con los señalados por Patrimonio, o la red local ‘Territorios por el paisaje’ o la iniciativa colectiva Wikipedra. “En todas ellas, el paisaje tiene un papel como eje vertebrador”.

Educar la mirada para conseguir una ética colectiva. ¿Cuál es el papel de la sociedad civil en los procesos de patrimonialización de lugares y paisajes? ¿Cuál es el papel de los expertos? ¿Quién decide lo que es patrimonio y lo que no lo es? No se trata, explica Nogué, de catalogar todo, sino de tener en cuenta al paisaje. El director del taller expuso, de nuevo, otras iniciativas ciudadanas que ponen este hecho de manifiesto, como el ‘Museo en la calle’, que recoge elementos significativos de la calle que se acaban perdiendo, o el proyecto ‘Carreteras, paisaje y turismo’, que revela que las carreteras, las más antiguas, también son un valor patrimonial, que permiten entender el paisaje y que no hace falta ampliarlas. Mostró una iniciativa de la Administración, el Mapa de unidades de paisaje, que traspasa la división municipal o administrativa y agrupa los lugares en porciones de territorio con un mismo carácter. “Los mapas -dice Nogué- marcan nuestra percepción del mundo, educan la mirada, son un instrumento de poder extraordinario, pero son una selección arbitraria de la realidad y no hay que sacralizarlos”.

Finalmente, apuntó hacia la educación: la formal y la informal. “Educar la mirada es fundamental porque la concienciación ciudadana es el primer paso para una ética colectiva y la ética colectiva, a su vez, favorece los valores individuales”. Nogué señaló la mayor satisfacción durante sus doce años al frente del Observatorio del paisaje de Cataluña: haber logrado crear ese clima ético colectivo en algunos ámbitos. Lograr la “conversión” de algún alcalde” o de gente que hasta entonces no había disfrutado de su paisaje y ahora lo ama y, por tanto, lo protege. Y, ¿cómo conseguir un clima ético colectivo? A través de la acción, con estrategias de actuación desde la sociedad civil. En el paisaje, la ética y la estética deben ir de la mano. Un paisaje precioso no es completo si sus acuíferos están contaminados. Y por último: “Si se destruye un paisaje, se destruye la identidad de un lugar”.

Un cambio de civilización y una Constitución para la Tierra para procurar que este Planeta sea más habitable

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Después de algo más de dos años sin actividad cultural por la pandemia, la Fundación César Manrique, el día 31 de marzo de 2022, volvió a llenar la Sala José Saramago para presentar los últimos trabajos de dos de los miembros del Gabinete científico de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote: José Manuel Naredo, que acaba de escribir ‘La crítica agotada. Claves para un cambio de civilización’ y José Antonio Martín Pallín, con ‘Una constitución para la Tierra’. La abogada Irma Ferrer presentó el acto y condujo en su último tramo un coloquio. Alabó la fortaleza y generosidad de ambos por compartir su conocimiento con esta Isla: “Solo el conocimiento y la sabiduría nos van a permitir enfrentarnos al futuro”.

El propósito de Naredo con su último libro es el de desvelar las causas del impass sociopolítico que vivimos y los requisitos para reorientar esta crisis hacia horizontes ecológicos y saludables. La portada refleja el mito de Sísifo como metáfora de la movilización social. Para Naredo, “estamos peor, en cuanto a perspectivas de cambio, que en los años setenta”, cuando el cambio parecía plausible. Es en esa década cuando el mundo financiero se comienza a separar del mundo real y del enfoque económico ordinario. Este impass político viene acompañado de un impass ideológico y sus causas residen, por un lado, en el repunte de la economía a partir de los años ochenta, en la invención de la imagen verde y el medio ambiente y en la desorientación de la izquierda.

El libro consta de cuatro partes: la primera está dedicada al contexto de crisis civilizatoria. La segunda, a los no conceptos que agotan el discurso ecologista, la tercera a los no conceptos que agotan el discurso político, y por último a la encrucijada política actual. En los setenta comienzan a proliferar las administraciones que dicen velar por el medio ambiente aunque en realidad carecen de competencias para ello, mientras que la izquierda pierde la iniciativa y disipa sus energías en esfuerzos inútiles. “Hemos pasado del sistema económico a una economía de sistemas”. Ahora un país desarrollado es el que atrae capital. Como ejemplo, Estados Unidos, el más desarrollado, es el más endeudado. Desarrollado significa depredador. “La metáfora de la producción encubre la realidad de la adquisición”, según Naredo, que puso sobre la mesa otras falacias, como que el capitalismo sea una economía de mercado cuando en realidad tiende al monopolio. “Estamos en un capitalismo clientelar y corrupto”.

En el apartado de propuestas, Naredo considera que para que prospere un paradigma ecointegrador, hay que asumir el colapso de las viejas idolatrías, lograr una interpretación común de la evolución de la especie humana y conseguir propuestas inclusivas y atractivas, así como centrar las críticas en el núcleo duro de la ideología y las instituciones dominantes.

Una Constitución

El magistrado José Antonio Martín Pallín recordó que fue el primer ponente en España en redactar una sentencia por un delito contra el medio ambiente, lo que le llevó a interesarse por este asunto. Dijo que son las comunidades indígenas las que saben el futuro que le espera a la humanidad y que los textos constitucionales de Ecuador y Bolivia integran el respeto por la Tierra, que tiene derechos  que deben ser ejercitados a través de los tribunales para que sean efectivos y reales. “Pero el Derecho puede hacer poco si no hay convicción de la necesidad de poner coto a este desarrollo descontrolado”.

Recordó también que el nacimiento de los parques nacionales, primero en Estados Unidos, se debió a la carta de un jefe indio por la tala de unas secuoias y que la intervención del Derecho penal por un delito de medio ambiente se produce tras el desastre de Bophal, en India, con 30.000 muertos. Martín Pallín considera que el movimiento ecologista ha avanzado en el empeño de inculcar el amor a la Tierra pero con el riesgo de que se convierta en una religión o un club ideológico porque debe ser “un objetivo más allá de las ideologías”.

En el campo del Derecho se han ido imponiendo las personas jurídicas a las personas físicas y aún se puede avanzar, por tanto, hacia los derechos de la Tierra. Va calando la idea de que la biodiversiad, las plantas y los animales, son sujetos de Derecho y seres sintientes. Se ha avanzado en casos como el caso Morton contra Disney para proteger los derechos de un río, o por los derechos de los árboles en un caso de deforestación contra Chevron. Incluso el Tribunal Penal Internacional considera un crimen de guerra aquel que genera daños contra el medio ambiente.

Por todo esto, Martín Pallín esboza en este libro lo que podría ser una Constitución para la Tierra, que después necesitará mecanismos para que sus derechos sean reales y efectivos. Lo prioritario, apuntó, es que prevalezca la vida de las personas frente a los recursos económicos y que se incluya como obligatoria en todos los ciclos de la enseñanza una materia que enseñe los valores de la ecología “para garantizar la habitabilidad del Planeta”. “Este movimiento tiene que ir calando y es imprescindible”. Y como hay algunas constituciones que incluyen la bandera y el himno, propone que el himno sea la Canción de la Tierra de Mahler. “¡Movilizaos antes de que sea tarde!”, concluyó.

Nota de prensa de la Presentación de los libros de J. M. Naredo y J. A. Martín Pallín

La FCM presenta la programación del centenario de César Manrique

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La FCM presenta la programación del centenario de César Manrique: el cometido más importante en sus 27 años de historia

La Fundación César Manrique (FCM) presentó en la sala José Saramago el programa de actos que ha organizado para el centenario del artista. Es una programación extensa, variada e inédita que va desde los actos más habituales, como mesas redondas, conferencias o presentaciones de libros y talleres, hasta conciertos, películas, vídeos o concursos, que se desarrollarán en todos en los ámbitos, desde el local hasta el internacional. El centenario comenzará el próximo 24 de abril con una fiesta en Taro de Tahíche y terminará el 24 de abril de 2020 con una declaración institucional sobre el presente y el futuro de la Isla.

El presidente de la FCM, José Juan Ramírez, señaló que la FCM tiene la “fortuna y la responsabilidad” de gestionar el legado del artista porque representa, por su “deseo inequívoco”, su voluntad. “La FCM no ha permitido ni va a permitir -dijo- la instrumentalización política ni la falsificación o deformación de su legado creativo, ecológico, ambiental, turístico, social y ético”, ni va a borrar la memoria de lo que fue César “porque resulte incómodo e incompatible con determinadas visiones de la realidad y ambiciones políticas”.

Afirmó que César representa, “guste o no”, una manera de entender y amar Lanzarote, alejada de la masificación, banalización y de la corrupción”. Dijo que quien pretenda falsear o devaluar su figura encontrará siempre “alerta y en posición antagonista, con toda la capacidad de influencia que pueda desplegar, a su Fundación” que tiene como norma de conducta dialogar y respetar pero que ni se casa con el poder ni necesita de los poderes públicos para ejercer su labor de vigilancia crítica.

Recordó que la FCM primero pidió consenso a las administraciones públicas para el centenario y después exigió respeto, ante el periodo preelectoral para afrontar los actos conmemorativos “para evitar la politización y la instrumentalización de su figura que se vería sometida a tensiones indeseables, como lamentablemente está sucediendo” y señaló que ese consenso debió comenzar con la propia Fundación, “pues es el camino mas lógico” para ampliarlo después a otros ámbitos. “Sin ese acuerdo inicial, poco camino posterior podía recorrerse y eso es lo que ha sucedido”.

Ramírez añadió que hay representantes públicos que lo han entendido y otros que han respondido “huyendo hacia adelante” como el grupo de gobierno del Cabildo con el respaldo del Gobierno de Canarias “con irresponsabilidad y falta de respeto” y apuntó que esas actitudes cierran el paso a cualquier entendimiento o colaboración. “Lamentamos el indeseable pero inevitable desencuentro que una vez más provoca que en Lanzarote no hayamos sabido estar a la altura de las circunstancias” pero recordó que no es nuevo porque a César, el Cabildo le negó por dos veces la declaración como Hijo predilecto y se tuvo que aprobar tres años después de su muerte.

César estaría orgulloso”

Tras estas “aclaraciones”, señaló que los actos del centenario son el cometido más importante abordado por la FCM en sus 27 años de historia, una propuesta de actividades en calidad y cantidad calidad “como pocas veces se ha visto en Canarias”. “No nos cabe ninguna duda de que César estaría orgulloso”, dijo, por estos contenidos con el propósito de recordar su legado, “el más amable y el más incómodo” y con la única idea de homenajear a César “con fidelidad a su obra y a su actitud, vinculando su figura a Lanzarote, “porque no se puede entender la Isla sin César ni a César sin la Isla”.

Por su parte, el director de la FCM, Fernando Gómez Aguilera señaló que el paraguas bajo el que se han preparado estos actos es “el desafío inmediato del presente, una humanidad contemporánea del futuro”, en referencia a una frase que dijo César en 1970: “Yo soy un contemporáneo del futuro”. Dijo que la idea básica es que Lanzarote sea una fiesta de la cultura, del arte y la naturaleza y que se convierta en el polo cultural del país y de Canarias.

Los actos estarán dirigios a públicos muy distintos y se desarrollarán tanto en los espacios de la FCM como en los municipios o en el resto de islas. Se sustentan en César Manrique pero con una lectura contemporánea con materias que son motores de la sociedad, como la ciencia, el arte, la naturaleza, la gobernanza o la sostenibilidad. Aseguró que del legado de César pesa tanto la obra material como la conciencia y que el programa es “un diálogo con nuestro tiempo desde un mirada no acomodada”. “César debe estar al margen de las ambiciones y fuerzas de poder”, señaló.

La programación

Los actos comenzarán habitualmente a las 19:00 horas. Todas las actividades están confirmadas y son gratuitas. Para el centenario se ha diseñado una nueva identidad corporativa, realizada por Alberto Corazón, más un logo musical, mensajes para radios y televisión con palabras de César y un minisite en la web de la FCM donde se retransmitirán las actividades en streaming. La FCM, “por fin”, se incorpora a las redes sociales y ha elaborado cien contenidos específicos. En los dos muesos de la FCM habrá dos audioguías gratuitas en cinco idiomas.

Se han firmado varios convenios con medios de comunicación. En el ámbito local, con Radio Lanzarote para un concurso de microrrelatos y con Biosfera TV para un concurso, “Saber de César”. En otro ámbito, con TVE para cubrir los eventos y para estrenar una película sobre César realizada por Miguel G. Morales. También se han elaborado nuevos productos conmemorativos (treinta nuevos con cien modelos) y cinco cerámicas inéditas.

El director de la FCM, Fernando Gómez Aguilera mencionó las entidades colaboradoras, entre las que se encuentran Cabrera Medina, Binter, Canary Fly, Fred Olsen, Naviera Armas, Hiperdino, Ironman, Correos (que edita un sello y un matasellos conmemorativo), Renault Juan Toledo, Tirma, Deiland, Costa Martiánez, Grupo Spínola y entidades culturales como el CAAM, el CDAN de Huesca, la Universidad de La Laguna o el Instituto Cervantes, que hará un homenaje en Madrid y en varias sedes de Alemania, la Fundación José Saramago y la Escuela de arte Pancho Lasso, cuyos alumnos reproducirán dos murales.

Otra de las entidades colaboradoras es Aena. Gómez Aguilera dio las gracias al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por la celeridad en el cambio de nombre del aeropuerto, y reveló que se ha solicitado al Ayuntamiento de Teguise el cambio de nombre de la calle donde se encuentra la FCM para que pase a llamarse Taro de Tahíche.

Escolares

En el apartado educativo, la FCM espera recibir la visita de unos 3.000 escolares con el taller sobre la serie de la Fauna Atlántica. Habrá actividades lúdicas en los municipios, como talleres o cine y un concurso en todas las islas: “Ocho dibujos para Cesar”, así como otro para fotógrafos profesionales.

Se desarrollarán seis conferencias de reflexión sobre el artista, otras seis con el lema “Pensar sobre los límites de nuestro tiempo” y el ciclo “Saber de isla”, con investigadores locales. También intervendrán los escritores Manuel Vicent y Manuel Rivas y habrá encuentros con creadores emergentes en Canarias. Otro de los cursos abordará los costes económicos de la corrupción y la calidad de la democracia. Estará dirigido por Fernando Jiménez e intervendrán, entre otros, la fiscal anticorrupción Concepción Sabadell y los magistrados Antonio del Moral o Pablo Ruz.

Se celebrarán cursos sobre inteligencia artificial y sobre el antropoceno, dirigido por Fernando Prats y un ciclo de conversaciones dirigidas por Iñaki Gabilondo, con invitados como Sami Nair o Victoria Camps, así como otro sobre periodismo con Ignacio Escolar, Jesús Maraña, Josep Ramoneda u Olga Rodríguez, además de una conversación ente Juan Cruz y la directora de El País, Soledad Gallego-Díaz.

José Ramírez Cerdá

Los actos se completan con cinco mesas redondas: sobre el territorio, sobre cómo se trabajaba con César, “el César que conocimos”, “César en el contexto de la cultura canaria” y otra sobre su relación con José Ramírez Cerdá, de quién también se editará una pieza audiovisual y un libro. En los actos del centenario hay varios dedicados a la figura del que fue presidente del Cabildo de Lanzarote, José Ramírez Cerdá, cuyo centenario se cumple el próximo 15 de abril. Gómez Aguilera lanzó un reproche porque “no se ha oído ni una palabra” sobre ese centenario “y no será por falta de méritos”. Señaló que es una figura que genera unanimidad, que es una “negligencia inexplicable” y que el autoconocimiento histórico debe ser una exigencia. Dijo que quizá sea porque “recordarlo no proporciona tanto rédito político como hacerse fotos con la figura de César Manrique sin importar que se vea expuesto a tensiones inmerecidas”.

También habrá talleres sobre cine y paisaje, sobre literatura con Alexis Ravelo, de creación de objetos en 3D y actividades con formatos singulares como una performance literario-filosófica con el dúo Fernández y Fernández, además de una actividad de danza y percusión en la playa de Famara como homenaje a César.

La FCM ha preparado varias exposiciones: “César Manrique Lanzarote” se inaugurará el 8 de mayo y en ella se recupera un mural del aeropuerto que hace cincuenta años que no se ve, además de una muestra sobre sus ideas llamada “César Manrique, palabra y compromiso; al poder se le incomoda”, una instalación del artista Filip Custic, una exposición itinerante, otra llamada “César, un icono popular del Siglo XX” y otra de fotografía digital on line.

Música y libros

En el apartado de música habrá tres diálogos musicales con Benito Cabrera, un concierto de El Niño de Elche, un encuentro entre el rapero Arkano y el verseador Yeray Rodríguez, el dúo Fetén Fetén, un encuentro de repentistas latinoamericanos, otro de música popular con Acatife, Los Toledo y Los Campesinos, un disco de Toñín Corujo Quartet producido por la FCM, “El genio”, tres conciertos de música clásica y otro de Germán Díaz y Benxamín Otero.

Se va a editar una decena de publicaciones. Entre ellas, “Museopatías”, de Fernando Estévez, “Mi Teguise” de Leandro Perdomo, “César & Manrique, palabra en la calle”, que recopila la voz del artista “frente a intentos por vaciar sus ideas”, la novela negra “La ceguera del cangrejo”, de Alexis Ravelo, que transcurre en Lanzarote, “Pepín Ramírez, el hombre que convirtió a Manrique en César”, de Saúl García, y dos manifiestos escritos por César Manrique: “Salvemos la isla de Lanzarote” y “El arte también vive”. Por último, se proyectará el documental “El naufragio, treinta años de memoria sumergida”, de Nicolás Castellano, habrá un ciclo de cine medioambiental y uno de cine móvil ecológico y hasta un musical, un espectáculo de calle, la creación para niños “César Manrique. Rojo, negro, blanco”, doce piezas audiovisuales de entrevistas y una película del cineasta José Luis Guerín.

Antonio Puente y su mapa inexistente de la literatura atlántica comparada

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Para Eugenio Padorno, el punto de partida de Isla militante. El testamento insular de Shakespeare y Cervantes. Entre La tempestad y La ínsula Barataria (Pretextos), el libro de Antonio Puente que presentó el día 20 de diciembre, en la sala José Saramago, está en La Utopía de Tomaś Moro, cuyo título en realidad es Libro del estado ideal de una república en la nueva isla de Utopía. Padorno dijo del libro de Puente que no es un libro académico pero que no le falta rigor, que es como la onda que provoca en el agua una piedra arrojada al Atlántico. La obra indaga sobre la insularidad y tiene una una doble estructura: horizontal, por el paralelismo entre las obras y las islas de las obras de Shakespeare y Cervantes, y vertical, por la oposición entre los personajes de ambas, Próspero y Calibán, colonizador y colonizado, occidental y hombre periférico, y Don Quijote y Sancho Panza. También dijo que Puente presta atención al concepto de isla como “soporte geográfico y existencial donde acontece la vida, como el territorio desde el que se obtiene la imagen del mundo”. Además, no renuncia ni al estilo ni a la originalidad. Sólo puso un reparo a la obra, y es que no tiene índice onomástico de los autores que aparecen, porque sería “un libro de consulta indispensable”.

La presentación en la Fundación César Manrique es la primera que se hace del libro. Puente subrayó la importancia de Lanzarote en el libro a través de Lancelot 28º-7º, de Agustín Espinosa como “mito fundamental de este ensayo”. De hecho, acabó su intervención destacando la capacidad de ese autor de adelantarse en definir al “ser insular atlántico”.

El objetivo del libro, según el propio Antonio Puente, es el de buscar rasgos distintivos de la condición insular atlántica. El Atlántico, para Puente, es un mar en “perpetuo descubrimiento” y la capital de su cultura es el agua. Para ello, el autor buceó en los textos de autores atlánticos cubanos, antillanos, irlandeses o canarios, como Cairasco de Figueroa, a quien también reivindicó Padorno, que es “el fundador secreto de la literatura sudamericana”, por su influencia en Silvestre de Balboa, “y sin embargo ningún académico cubano -afirmó- sabe quién es Cairasco” a pesar de que también está documentada su influencia en Góngora.

El autor habló sobre la elección de la isla sin nombre de La Tempestad, de la ínsula Barataria y de otros autores atlánticos con los que ha ido construyendo “un mapa inexistente de esta literatura atlántica comparada”. Para él, una de las cuestiones clave es que la insularidad es “geografía sin tiempo y sin historia”, es atemporal. Del mismo modo, en las islas parece que todo es arrebatado o procede de una disputa mientras que el continente es el terreno de la dialéctica. Sin embargo, hay conexiones, como la que existe entre la morriña gallega, la saudade portuguesa y la magua canaria, que es algo así como anticiparse a tener nostalgia, una “nostalgia del presente”.

En su presentación, Puente fue pasando de Domingo Pérez Minik a Domingo López Torres y Ángel Sánchez hasta Joyce, para quien el humor insular (irlandés, luego insular), era húmedo y seco, y para quien el ideario insular es “silencio, destierro y astucia”. Otro paralelismo: una contestación de León y Castillo a Galdós, amigos de juventud. Cuando el escritor le cuenta al político, entonces embajador de España en París, las dificultades para publicar sus obras en Francia, éste le contesta: “Paso de buey, tripas de lobo y hágase el bobo”, que, para Puente es “silencio, destierro y astucia”. Otro irlandés, Samuel Beckett, confesó que en realidad nunca había abandonado la isla y que es lo único que conocía… aunque tampoco la conocía.

Después de repasar la preeminencia del espacio sobre la historia, la deslocalización y la parodia, Puente terminó con Agustín Espinosa, pero antes habló de otra característica insular, la ambivalencia, a la que se refiere Severo Sarduy cuando afirma que cada cosa de la isla es la isla misma. La presentación, terminó, como es habitual, con la intervención del público y con Padorno preguntándose por el silencio, o por los silencios, de los canarios y los autores canarios.

Más información. Presentación del libro Isla militante

El reto de Pedro Cabrera: un sistema energético más flexible y con energías renovables

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En las historias de infancia que contaba el padre de Pedro Cabrera, el café tenía sabor a sal. Ese detalle, muy común en Canarias durante una época, se le quedó grabado y motivó que, para la tesis que le permitió doctorarse como ingeniero industrial, decidiera llevar a cabo una investigación sobre la desalación. Cabrera, que fue becado por la FCM en 2006 y 2007, pronunció, el día 22 de noviembre, en la sala José Saramago la conferencia Gestión inteligente de una desaladora accionada con energía eólica.

El problema del agua, de un acceso a agua limpia y segura, no es exclusivo de Canarias y no sólo depende de los recursos hídricos “sino de cuestiones complejas que tienen en cuenta problemas espaciales, temporales e institucionales”. En el Planeta, el 97 por ciento del agua es salada y por eso han surgido incontables instalaciones de desalación que tienen dos tecnologías: desalación o evaporación, y que más de la mitad de ellas funciona por ósmosis inversa. Para llevar a cabo la ósmosis hace falta una presión y, por tanto, una bomba, por lo que el problema del agua se convierte en un problema energético.

En los años setenta surgen dos tipos de desaladoras. Unas conectadas a la red eléctrica convencional y otras autónomas, que a su vez pueden ser híbridas o puras. Cabrera se centró en las puras, que necesitan muchas baterías y, por lo tanto, un gran coste y mantenimiento. Lo que propuso, por primera vez, fue conectar directamente una planta desaladora a una turbina eólica sin sistema de almacenamiento. “Nos pareció un reto, porque había un debate en la comunidad científica sobre si las plantas pueden trabajar de forma autónoma”. Los objetivos generales de ese reto eran incrementar la flexibilidad de operación de la planta para adaptar su consumo a las energías renovables y así, incrementar el uso de este tipo de energía en las desaladoras.

Primero diseñaron un prototipo y desarrollaron un sistema innovador de control de la presión y el caudal, instalando sensores en la planta. Durante la investigación se dieron cuenta de que a la planta también le afectaban las características del agua, la temperatura o la salinidad, y el sistema de control no funcionaba, así que se les ocurrió incorporar técnicas de inteligencia artificial para adaptar la potencia de la planta a una posible potencia de una turbina eólica teniendo en cuenta toda la casuística posible.

La inteligencia artificial necesita que se le incorporen datos, así que primero entrenaron a la desaladora con un “entrenamiento humano” instalando equipos para variar la conductividad, la salinidad, la temperatura y la generación a producir. Después extrajeron esos datos, seleccionaron las variables importantes, entrenaron al algoritmo y lo incorporaron al sistema de control. “Fue todo un éxito”, aseguró Cabrera, porque la planta fue capaz de seguir la potencia marcada. “Nunca se había visto esa variación en plantas de este calibre”. Comparada con una planta con baterías, esta última producía más agua pero trabajaba con más paradas y arranques, lo que es más perjudicial para las membranas.

El trabajo se publicó en revistas científicas. Entonces se preguntaron si la solución se podía trasladar a toda una isla y para encontrar la respuesta, Pedro se trasladó a Dinamarca, “un país idílico para las renovables” donde “son un proyecto para mejorar la sociedad”. En aquel país no investigan para la desalación sino para flexibilizar otro consumo, el del calentamiento de los hogares. Allí trabajó con Henrik Lund, que ha desarrollado dos teorías fundamentales. La primera es la Teoría de la elección consciente, que enuncia que para lograr cambios en la planificación energética hay que cambiar las instituciones “porque las actuales están afectadas por intereses y cuando se plantean soluciones desde dichas instituciones, esas soluciones se plantean con falsa elección”. Eso es lo que pasó con las prospecciones petrolíferas, que se plantearon como una opción única, inevitable. Lund propone que siempre hay alternativas que deben ser estudiadas. La segunda Teoría es el concepto de Smart energy sistem, derivado de la anterior, que identifica las demandas de un sistema, sus recursos energéticos y los sectores de un lugar y hace propuestas de nuevas estrategias para integrar la generación de renovables y que todos los sectores estén interrelacionados para que el sistema sea más eficiente. Puso un ejemplo: “Si tenemos un hotel, que demanda calor, y una central eléctrica cercana, se pueden conectar los gases de escape de la central para calentar agua”.

Pero Cabrera quería estudiar la desalación e ir adaptando la demanda de agua de Gran Canaria a la generación renovable. Lund le planteó: está bien la desalación, pero ¿por qué no integrar todos los sectores? Así que se embarcó en esa tarea. Identificó las necesidades energéticas y propuso una metodología para todas las islas, con 17 estrategias. “Fue publicado y está teniendo éxito pero exige cambios radicales muy a largo plazo”, señaló Cabrera.

Como conclusiones, aseguró que se puede flexibilizar el consumo de la desalación “y estamos detectando el interés de grandes plantas en incorporar estas técnicas para flexibilizar, no todo, pero sí parte del consumo” y, por otra parte, el concepto Smart energy sistem “permite hacer un sistema energético más flexible e incrementar el uso de las energías renovables”.

 

Más información sobre Conferencia de Pedro Cabrera: “Gestión inteligente de una desaladora accionada con energía eólica”

Marcos Vaquer: “En España debería haber una sola política del territorio con varias competencias”

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Presentación del libro “Derecho del Territorio”

El jueves 15 de noviembre, a las 20,00 horas, en la Sala José Saramago de la Fundación César Manrique, tuvo lugar el acto de presentación del libro Derecho del Territorio, de Marcos Vaquer.

Una de las principales razones por las que Marcos Vaquer se decidió a escribir el libro Derecho del territorio (editorial Tirant lo Blanch) es la sensación “de que en España tenemos una pobre cultura del territorio”. “No es una sensación solo mía”, señaló, ya que en 2006 el Colegio de Geógrafos de Madrid elaboró un Manifiesto por una nueva cultura del territorio. “Esto es especialmente grave en un país que vive de los recursos territoriales, tanto en el sector inmobiliario como en el turismo”, aseguró el autor. Afirmó que “hemos ido depredando el territorio” porque entre 1987 y 2011 hemos “artificializado” o “urbanizado” casi tanto terreno como en los 3.000 años anteriores.

Vaquer señaló que esta insensibilidad con el territorio se da especialmente entre los juristas; y que el derecho del territorio es una disciplina “fragmentaria e inmadura” porque se ha creado una materia como la ordenación del territorio pero no se ha desarrollado. Canarias, Baleares y Euskadi son las comunidades pioneras en la ordenación, sin embargo, Cataluña no tiene un desarrollo de ordenación territorial y Madrid tiene una ley pero no cuenta con ningún plan supramunicipal. “Hay una esclerosis institucional” y el territorio se ordena de forma fragmentaria. El libro pretende establecer qué instituciones deberían regir “el tiempo del mundo finito”, como definió Paul Valery a este tiempo en el que ha finalizado “la era de la expansión libre” y cada pedazo del territorio del Planeta pertenece a algún país.

Para explicar un problema actual, el autor recurrió a la película americana Mar de hierba, un western protagonizado por Katherine Hepburn y Spencer Tracy en el que él es propietario de una gran extensión de terreno, defiende, sin saberlo, el desarrollo sostenible y se enfrenta a los colonos que apuestan por el aprovechamiento intensivo de esas tierras. Ella es urbanita y donde él ve país, ella solo ve paisaje. “Este es un problema, señaló, porque cuatro de cada cinco personas vivimos en una ciudad y no percibimos el hábitat como lugar sino como paisaje, no hay conexión vital con el territorio”.

Hasta aquí el porqué del libro. El para qué tiene que ver con los administrativistas, “una subespecie triste y gris” de los juristas a la que dijo pertenecer el autor y cuya misión, según Eduardo García Enterría, es la de “convertir la metafísica en técnica”. El territorio es el espacio en el que las personas ejercen su jurisdicción y hay que distinguir entre territorio y suelo. El territorio no es objeto de apropiación e incluye tierra, aire y mar, las llamadas aguas territoriales. Incluye al suelo pero no sólo es suelo y es necesario emancipar un concepto del otro.

Por otro lado, en España, en la actualidad, la planificación es una suma de ordenaciones urbanísticas, principalmente de cada una de las comunidades autónomas, pero la ordenación de una influye en las demás. No hay una cohesión territorial y esto genera graves problemas de desigualdad y de despoblamiento. Por eso, el objeto de las políticas públicas debería girar en torno a dos elementos. El primero es una propuesta, un principio de gobierno del territorio como principio vertebrador en lugar de varias políticas. Ahora al Estado, en realidad, no se le permite ordenar el territorio pero sí desordenarlo con proyectos ajenos al planeamiento (por ejemplo, aeropuertos, grandes infraestructuras viarias, puertos, etc.). Vaquer es partidario de una sola política del territorio con varias competencias, porque todo ente territorial debería poder decir algo en esta materia.

El otro elemento sería el del derecho territorial y urbano sostenible, que actualmente está siendo considerado de forma favorable por el Tribunal Supremo, que tiende a aumentar la protección del territorio, del medio ambiente, anulando, por ejemplo, planeamientos que no justifican los motivos para eliminar zonas verdes. También analiza en el libro la ordenación del territorio y su relación con el urbanismo. En España hay un “injustificado divorcio entre la legislación de espacios naturales y la de bienes culturales mientras la Unión Europea está marcando el camino “por el que debemos superar este divorcio”. El autor está perplejo con el nuevo Convenio europeo del paisaje, que no está claro si es el culmen de la civilización o el principio de la decadencia. En cualquier caso, asegura que “no tenemos claro cómo ordenar los paisajes”.

Estaba previsto que participara en la presentación el magistrado del Tribunal Supremo José Suay, que llegó al final del acto por problemas en el aeropuerto. Suay destacó la solvencia del autor como “excelente urbanista”. En el turno de preguntas, Vaquer reflexionó sobre el caso de Canarias y su nueva Ley del Suelo. Aseguró que, después de ser pionera en la ordenación, ahora relaja los usos en suelo rústico donde se permiten todo tipo de usos complementarios.

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“César Manrique. Rojo, negro, blanco”

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Espectáculo de narración oral, de Cristina Temprano y Ayoze Rodríguez

El sábado 27 de octubre a las 11:00 h, tuvo lugar en la Sala José Saramago de la Fundación César Manrique (La Plazuela, Arrecife), la representación del espectáculo “César Manrique. Rojo, negro, blanco”, abierto al público familiar. Se trata de un espectáculo de narración con música de piano y clarinete, creado e interpretado por la narradora de historias Cristina Temprano, en cuya puesta en escena participa Ayoze Rodríguez, creador e intérprete de música.

Este espectáculo, que ha sido encargado y producido por la Fundación César Manrique (FCM), intenta acercar a la población escolar de la isla el placer de la creación artística mediante una narración oral que sigue la pauta de la vida de César Manrique. Para ello, la actividad se ha desarrollado, además, a través de un programa de representaciones para escolares coordinado por el Departamento Pedagógico de la FCM, al que se ha invitado a distintos centros de enseñanza primaria y secundaria de Lanzarote. Se concertó un total de 8 sesiones para escolares los días 24, 25, 26 y 29 de octubre (dos sesiones cada día en horario de mañana), de modo que más de 700 alumnos y profesores disfrutaron de la teatralización sobre la vida y las creaciones del artista lanzaroteño, a través del proyecto de Cristina Temprano producido por la FCM.

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Cine medioambiental en la FCM

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La FCM acoge por quinto año una selección de películas del FICMEC de Garachico

Es el quinto año que el Festival internacional de cine medioambiental de Canarias (FICMEC) llega a Lanzarote, a la Sala José Saramago. FICMEC alcanza su vigésima edición aunque es heredero del Festival de cine ecológico que nació en Puerto de la Cruz en 1982. Ahora su sede está en Garachico pero la itinerancia ya lo ha llevado este mismo año al Espacio Cultural de Cajacanarias de Santa Cruz de Tenerife, a Montevideo y a Lanzarote, gracias a la colaboración de la Fundación César Manrique.

En la jornada inaugural, el director de la FCM, Fernando Gómez Aguilera, recordó que César Manrique fue uno de los impulsores de aquel primer festival, mientras que Ani González, coordinadora del FICMEC, señaló que para ellos es “muy importante tener el apoyo de la Fundación”. González aseguró que los promotores del Festival fueron “adelantados a su tiempo” y que “tenían razón en luchar por la conservación del medio ambiente”. “Deberíamos haberles escuchado”, afirmó. Otro de los impulsores fue Pepe Dámaso, hoy presidente de honor de FICMEC. González contó que en una charla que dio el pintor este año en el Festival, mucha gente joven quería preguntarle por César Manrique. “Cuando ves que hay jóvenes que tienen ese interés, nos sentimos satisfechos con el trabajo”.

En la programación que ha llegado a Lanzarote hay siete cortometrajes, tres de ellos de ficción y el resto, documentales, así como tres largometrajes documentales y uno de ficción. Los espectadores pudieron disfrutar de dos de las cintas ganadoras de este año: Invisible Blanket, ganadora como corto de ficción y Refugiados, como mejor corto documental. Durante los tres días del Festival se programaron dos jornadas matinales con cuatro proyecciones para escolares a partir de 11 años, de sexto de primaria y de secundaria, del documental Sobre ruedas, una película que trata sobre las consecuencias sociales y ambientales del automóvil. En las proyecciones estuvo presente el director de la cinta, Óscar Clemente, con quien debatieron los alumnos.

Clemente les planteó cómo las infraestructuras, en lugar de resolver los atascos, provocan que se genere más tráfico y les instó a que consultaran periódicos de 1960 en los que en Arrecife ya se hablaba de que había atascos y se decía que la solución era crear carreteras más grandes. “Es un problema que nunca se ha solucionado porque cuanto más grandes son las carreteras, más coches circulan por ellas, y llevamos así cuarenta años”, aseguró. “Para reducir el tráfico hay que darle menos facilidades”.

En el debate posterior a la película se habló de tráfico pero también de la seguridad en las calles, de educación y de responsabilidad. “Todo está relacionado”, según Clemente que afirmó que “hemos dado todo el poder a los coches”, que cada vez son más seguros para el que va dentro y más peligrosos para el que está fuera. Muchos niños afirmaron que sí siguen jugando en la calle y que van solos por la ciudad aunque también plantearon que se juega más en casa por la proliferación de aparatos tecnológicos. Clemente dijo que en los parques los niños juegan enjaulados, al igual que los linces en cautividad y que el diseño de las ciudades obliga a los padres a ser “carceleros” de sus hijos. “Lo que más seguridad da a las calles es la presencia de niños”, afirmó, y abrió el debate sobre el miedo a ser secuestrado a pesar de que los datos demuestran que es un riesgo muy remoto y que el 95 por ciento de los secuestros se producen en el entorno familiar. “La ciudad -señaló Clemente- se ha convertido en el bosque de los cuentos infantiles”.

Información sobre FICMEC 2018 en Lanzarote

Programación de FICMEC en Lanzarote