Leandro Perdomo. Escribir la vida

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El día 19 de diciembre de 2013, a las 20,30 h, la Fundación César Manrique (FCM) inauguró en su sede de Taro de Tahíche, la exposición Leandro Perdomo. Escribir la vida. Con esta actividad, la FCM se une a los actos programados por otras instituciones insulares para conmemorar el 20º aniversario del fallecimiento del escritor lanzaroteño Leandro Perdomo. La exposición, que tenía previsto clausurarse el 20 de abril de 2014, pudo visitarse hasta el 7 de septiembre ya que el periodo de visitas fue ampliado.

Leandro Perdomo. Escribir la vida, estuvo producida y organizada por la Fundación César Manrique, a partir de un proyecto expositivo diseñado por el director de la FCM, Fernando Gómez Aguilera, amplio conocedor de la obra de Perdomo, con quien mantuvo encuentros semanales entre 1988 y 1993, con el propósito de reconstruir las claves y los hitos de su trayectoria literaria y periodística.

La exposición se concibió como una escenografía a través de la cual se recreaba la singular personalidad del escritor, marcada por la originalidad, la bohemia y la marginalidad, así como algunos de los ambientes de que se rodeó en Lanzarote, Gran Canaria y Bélgica. Se presentó articulada en cuatro amplios periodos cronológicos que se corresponden con las principales etapas en la vida y la producción literaria y periodística de Leandro Perdomo: Arrecife (1921-1946), Las Palmas de Gran Canaria (1946-1957), Bruselas (1957-1968) y Teguise (1968-1993).

En la muestra se ambientó el escenario de la primera redacción de la revista Volcán, que funda y dirige mientras está en Bélgica. Así mismo, se reproducen estancias de la casa donde vivió durante sus últimos años, en la Villa de Teguise —salón y estudio-dormitorio— con mobiliario y cuadros originales, la mesa escritorio, ropas y enseres personales así como centenares de documentos, fotografías, cartas, manuscritos, mecanoscritos, libros, crónicas, cuadernos de notas… que acercaron al visitante, a la persona y a la prosa de Leandro Perdomo. Los periódicos dirigidos por Perdomo: Pronósticos (Arrecife-Las Palmas de Gran Canaria, 1946-1948) y Volcán (Bruselas, 1963-1968) se documentaron de forma detallada, exponiéndose tanto numerosos ejemplares originales como reproducciones.

A través de la iniciativa Leandro Perdomo. Escribir la vida, se pretende contribuir a rescatar y reivindicar la obra de un escritor cuyos libros son casi inaccesibles, difíciles de leer por consiguiente y, sin embargo, fundamentales para conocer y entender la evolución de Lanzarote en el último siglo.

(Más información en las notas de prensa adjuntas)

José-Miguel Ullán, visto y no visto

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José-Miguel Ullán, visto y no visto

Exposición en la FCM. 17 de junio – 3 de octubre

El jueves 17 de junio de 2010, a las 20,30 h, la Fundación César Manrique inauguró en su sede de Taro de Tahíche, la exposición José-Miguel Ullán, visto y no visto, que pudo visitarse hasta el 3 de octubre de 2010.

Producida y organizada por la Fundación César Manrique y copatrocinada por La Caja de Canarias, José-Miguel Ullán, visto y no visto, que se había podido ver anteriormente en el Círculo de Lectores de Madrid y Barcelona, se personalizó para su desplazamiento a Lanzarote con la inclusión de más de un centenar de nuevos dibujos exhibiéndose, en su conjunto, más de 400 piezas.

La muestra estuvo comisariada por Manuel Ferro, que ha ejercido el periodismo en diferentes medios tanto escritos —ABC, El País, Diario 16, donde coordinó el suplemento “Culturas”— como en Televisión Española o en Radio Nacional de España. Es fundador de la editorial Ave del Paraíso. Durante varios años coordinó el Salón de los XVI, con exposiciones en el Museo de Arte Contemporáneo (Madrid), la Caixa (Barcelona) y Pabellón Mudéjar (Sevilla). Ha colaborado en la organización de diferentes exposiciones de artistas mexicanos en España (Frida Kahlo, Manuel Álvarez Bravo, Juan Soriano, Vicente Rojo, José Luis Cuevas, Julio Galán y la colectiva Pintado en México), así como de artistas españoles en México (Zush, José Manuel Broto, José María Sicilia, Ràfols-Casamada, Josep Guinovart y Javier Fernández de Molina). Paralelamente ha desarrollado su actividad de diseñador gráfico trabajando para diversas instituciones como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Fundación Miró, Seacex, Fundación César Manrique, Fundación Casa de la Moneda, Museo José Luis Cuevas (México) o el MEIAC, entre otras.

Visto y no visto trazó un completo recorrido por la trayectoria y el universo creativo de José-Miguel Ullán (Villarino de los Aires, Salamanca, 1944 – Madrid, 2009). Así, se mostró tanto su poesía como su trabajo pictórico (agrafismos, denominación que escogió para sus dibujos de pequeño formato sobre papel), además de su colaboración con artistas plásticos: primeras ediciones de sus libros de poesía, fotografías, una amplia selección de libros de artista (Joan Miró, Antoni Tàpies, Eduardo Chillida, Pablo Palazuelo, Eusebio Sempere y Antonio Saura, entre otros), y una extensa selección de obra plástica (poesía visual), en la que se incluye dibujos no vistos en Madrid y Barcelona, entre ellos la serie de 54 agrafismos titulada Lámparas, en homenaje a la escritora María Zambrano, que se muestra por primera vez.

José-Miguel Ullán está considerado como una de las figuras más sobresalientes de la poesía hispánica. Escritor, crítico, comisario de exposiciones y poeta, desarrolló una intensa actividad dentro de la vida cultural del país. Dirigió, en París, las emisiones radiofónicas en lengua española de France Culture (ORTF). Fue subdirector de la revista de artes plásticas Guadalimar, codirector de Cuadernos Guadalimar y subdirector del periódico Diario 16, donde fundó el suplemento “Culturas”. Así mismo, creó la colección Poesía/Cátedra y fue fundador y director literario de la editorial Ave del Paraíso.

Como poeta, José-Miguel Ullán se caracterizó siempre por entrecruzar los mimbres de la plástica y de la literatura en una exploración singular en la que funde trazo y signo, palabra e imagen, en un permanente flujo de transferencias que forma parte sustantiva de su código expresivo. Autor de una extensa obra poética, entre sus libros publicados cabe señalar: Maniluvios, Frases, Rumor de Tánger, Visto y no visto, Ardicia (Antología poética, 1964-1994), Tardes de lluvia / Animales impuros, Testículo del Anticristo, Con todas las letras, Amo de llaves, De madrugada, entre la sombra, el viento, Órganos dispersos —editado por la Fundación César Manrique dentro de su colección de poesía Péñola Blanca— y Ondulaciones (Poesía reunida. 1968-2007). Ha publicado también María Zambrano, esencia y hermosura, una antología de textos de la escritora, seleccionados y prologado por Ullán.

Muchas de las obras de este poeta fueron objeto de ediciones de bibliofilia realizadas con pintores. Estas piezas han sido expuestas en diversos museos, entre los que destacan: MoMa (Nueva York), Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) y Biblioteca Nacional de Francia (París).

Con esta muestra, la FCM da continuidad a una de las líneas de trabajo de su programa de exposiciones como es la de Revisiones históricas, que atiende a figuras, movimientos y periodos del arte o autores que, por diversas causas, no han recibido la consideración crítica que merecen.

El mar absoluto. Ortega Muñoz y Lanzarote

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Del 13 de noviembre de 2008 al 28 de febrero de 2009 permaneció expuesta en la sede de la Fundación César Manrique en Taro de Tahíche, la exposición El mar absoluto. Ortega Muñoz y Lanzarote.

Organizada y producida por la FCM con la colaboración de la Fundación Godofredo Ortega Muñoz, la muestra, comisariada por Antonio Franco, director del Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC), reunió un conjunto de 12 piezas de Ortega Muñoz que mostró la mayor parte de las obras sobre Lanzarote pintadas por el artista.

A finales de los años 60, Ortega Muñoz visita la Isla y realiza un ciclo de piezas que señalan un momento de plenitud en el conjunto de su trayectoria, en el que el artista responde a la inspiración del paisaje insular –La Geria, higueras, huertas y muros agrícolas…­,– con una pintura de lenguaje tenso y casi abstracto, cargada de significación y trascendencia, de meditación y de silencio.

Godofredo Ortega Muñoz (San Vicente de Alcántara, Badajoz, 1905 – Madrid, 1982) está considerado como uno de los creadores más significativos en la interpretación del paisaje moderno de nuestro país. Sus composiciones, de cromatismo austero y  tratamiento sobrio y depurado, dotan a su obra de una singularidad inconfundible que empezó a trasladar primero a sus pinturas inspiradas en las tierras desnudas de Extremadura y, posteriormente, en las de La Rioja y Canarias.

Con motivo de la exposición, se editó un catálogo de 120 páginas con textos críticos de Jesús Aguado, Estrella de Diego y Alfredo Taján.

José Saramago. La consistencia de los sueños

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Del 23 de noviembre de 2007 al 20 de enero de 2008, tuvo lugar en la sede de la Fundación César Manrique, la exposición de gran formato dedicada al Premio Nobel de Literatura portugués José Saramago, comisariada por Fernando Gómez Aguilera, director de la FCM, bajo el título José Saramago. La consistencia de los sueños.

La exposición fue copatrocinada por la Caja Insular de Ahorros de Canarias y contó con la inestimable colaboración de la Fundación José Saramago, y analizó la figura del escritor luso, tanto desde la perspectiva de su trascendencia en el mundo de la literatura universal como de su dimensión sociopolítica, incorporando una visión de su faceta vinculada al compromiso social.

La muestra, que coincidió con el 85 cumpleaños del escritor, fue el resultado de un intenso trabajo de investigación de dos años sobre la vida y obra de José Saramago, no solo desde el momento de su reconocimiento internacional, a partir de 1982, sino también abordando periodos menos conocidos de la trayectoria del escritor. Este aspecto confirió una indudable singularidad a la muestra, dado que en la misma fue posible conocer abundante material tanto escrito como gráfico y audiovisual a través de: obras inéditas, manuscritos, notas personales, primeras ediciones, traducciones, fotografías, vídeos, grabaciones originales… a través de los cuales se trazó un recorrido por la vida literaria del escritor, pudieron explorarse las claves de su imaginario.

En concreto, la exposición reunió en torno a 500 documentos originales junto a otros tantos digitalizados que fueron presentados a través de un diseño innovador, combinando los recursos convencionales con los soportes digitales y audiovisuales, empleando más de 50 monitores distribuidos por las tres salas que albergan la muestra.

Otro aspecto tecnológico a resaltar es el trabajo específico realizado por Charles Sandison conocido internacionalmente desde su participación en la Bienal de Venecia de 2001 y más recientemente en nuestro país, por el montaje realizado para el espectáculo cultural de la Noche en Blanco de Madrid. El artista escocés, que a partir de programas de ordenador creados por él mismo y utilizados como soporte de su obra, logra generar textos proyectados sobre pantallas o sobre las paredes del espacio de exposición, preparó tres intervenciones diseñadas ex profeso para esta muestra. 

“José Saramago: la consistencia de los sueños” contó con una de superficie expositiva de 700 m2 distribuidos en tres salas: dos ubicadas en la sede de la FCM en Taro de Tahíche, y otra situada en el nuevo equipamiento cultural de la institución en Arrecife, que fue inaugurado con motivo de la exposición y lleva el nombre del escritor portugués afincado en Lanzarote desde 1993: Sala José Saramago.

Más información: Catálogo de la exposición

Jaume Plensa. Libros, grabados y múltiples sobre papel

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El 18 de noviembre de 2004, se inauguró en la sede de la Fundación César Manrique, en Taro de Tahíche, la exposición Jaume Plensa. Libros, grabados y múltiples sobre papel. El acto contó con la presencia del artista, del presidente de la FCM, José Juan Ramírez, y del director de Actividades Fundacionales, Fernando Gómez Aguilera. La muestra cerró sus puertas el 13 de febrero de 2005.

Jaume Plensa (Barcelona, 1955) es considerado uno de los creadores plásticos españoles con más proyección internacional. Artista con gran pluralidad de registros expresivos: dibujos, grabados, esculturas, instalaciones, obra pública, escenografías…, su obra se exhibe en museos y galerías de todo el mundo. Su poética busca ante todo una unidad entre el microcosmos del cuerpo humano y el macrocosmos del universo. Plensa fundamenta su proceso creativo en ideas fuertes: la palabra y la literatura, el cuerpo, los sentidos  y el tiempo, un proceso de dialéctica compleja, nómada y en el que el peso de la palabra no interfiere en la proyección plástica de sus obras.

La muestra exhibida en la FCM recogía una parte de la obra gráfica de Jaume Plensa. Se pudieron contemplar 105 obras de las que 9 de ellas pertenecen a una primera etapa en la que el artista recurre a los procedimientos tradicionales del grabado –aguatintas y aguafuertes, xilografías–. El resto de piezas mostraron una segunda etapa, desarrollada a partir de los años noventa, en la que utiliza los recursos técnicos tradicionales al mismo tiempo que procedimientos más experimentales –grabado sobre polímero, collage de papel vegetal, fotografías y plástico, resina de poliéster o fotograbado.

La exposición estaba vinculada al proceso de elaboración del catálogo razonado de la obra gráfica del artista que, con el título Jaume Plensa. Libros, grabados y múltiples sobre papel (1978-2003), fue coeditado por el Museo de Bellas Artes de Caen, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), y la FCM. La publicación es el primer inventario de las ediciones sobre papel realizadas por Jaume Plensa de 1978 a 2003, inéditas en su mayor parte, y cuenta con textos de Caroline Joubert y Fernando Gómez Aguilera.

La FCM acogió esta muestra tras su exhibición en el Museo de Bellas Artes de Caen, realizando un montaje específico para su sede de Taro de Tahíche. La FCM es el único lugar de España donde pudo ser visitada.

La exposición recibió 47.553 visitantes.

Más información: Catálogo de la exposición

Antoni Tàpies. Obra gráfica

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La primera exposición individual que la Fundación César Manrique ofreció a un artista español vivo fue la dedicada al que es, seguramente, el más internacional de nuestros pintores de la segunda mitad del siglo XX, el catalán Antoni Tàpies. Su aportación supone una contribución decisiva y singular, en la que confluyen sedimentos culturales de muy diversa procedencia, releídos y sintetizados con indudable personalidad.

La muestra, dedicada a la obra gráfica que realizó entre 1981 y 1995, comprendía 51 obras estampadas en distintas técnicas: xilografía, aguafuerte, aguatinta, litografía, collage, etc., que recorren las distintas variantes de las que se sirve el pintor, al tiempo que remarcan su profunda relación con el material impreso, desde el libro al cartel, y la estrecha vinculación que existe entre la obra única y su producción seriada.

Antoni Tàpies (Barcelona, 1923) fue el fundador, en 1948, junto a Joan Brossa, Joan Ponç, Modest Cuixart, J.J. Tharrats y Arnau Puig de Dau al Set, el primer grupo artístico cuyas actividades, ligadas al surrealismo, enlazaron el arte de la postguerra civil con las vanguardias históricas. A principios de los años cincuenta, Tàpies abandona esa filiación surrealizante e inicia la obra que ha caracterizado, en una continuidad lingüística sin sobresaltos ni radicales cambios de estilo, su producción de más de cuatro décadas y por la que es internacionalmente conocido y apreciado. Son investigaciones matéricas en las que se sirve de materiales corrientes o de deshecho, paja, tierras, cuerdas, trapos viejos, que añade, a modo de collage, a superficies de tierra, polvo de mármol y otros soportes, marcados por incisiones y signos iconográficos característicos de su repertorio personal, la T inicial de su apellido y del nombre de su esposa, el aspa y la cruz o las barras del escudo de Cataluña, por ejemplo. A partir de 1938 se interesó vivamente por uno de los principales fundamentos de su labor: el arte, el pensamiento y la poesía orientales. En los últimos años, se ha acentuado su interés por la escultura, la cerámica y las instalaciones.

Su proyección internacional se inició con su participación en la Bienal de Venecia de 1952 y con la obtención del Premio de la Bienal de São Paulo del año siguiente. Desde entonces, ha realizado un número extraordinario de exposiciones, tanto individuales, como colectivas y retrospectivas.

Es autor, también, de libros en los que ha expuesto no solo su ideario estético, sino su pensamiento político y su entendimiento de la catalanidad. Así, La práctica del arte (1970), L´art contra l´estetica (1974), La realidad como arte (1988) y la autobiografía Memoria personal (1978). Entre los innumerables premios recibidos a lo largo de su extensa carrera, destacan el Premio de la Unesco (1958), la Medalla de Oro del Ministerio de Cultura (1981), la Medalla de Oro de la Generalitat de Catalunya (1983), el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990) y el Premio Imperial del Japón (1990).

Washington Barcala. Retrospectiva

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El 27 de febrero de 2003, se inauguró, en la sede de la Fundación César Manrique, en Taro de Tahíche, la exposición Washington Barcala. Retrospectiva, que fue clausurada el 27 de abril.

Washington Barcala, hijo único de una familia con ascendencia española e italiana, se formó compartiendo juegos y estudios con tareas en la fábrica de cajas de cartón propiedad de sus padres. Allí trabajó con una materia prima que, muchos años más tarde, emplearía en su obra. Barcala se familiarizó entonces con el cartón, con la máquina de coser, y con las cajas, todas palabras clave para entender el mundo creativo de su madurez. El lenguaje de Barcala no solo es de pintor, sino que se despliega en las vecindades de otras disciplinas. Se puede afirmar que es un pintor de los límites, de las fronteras.

Fue a mediados de los años 60, después de haberse iniciado en el mundo del arte como pintor figurativo y abstracto, cuando comenzó a explorar su lenguaje creativo más personal. En España encontró el lugar y los estímulos propicios para su aventura creativa, contenida en sus cajas, objetos pictóricos construidos con trozos de madera, telas, hilos, cartón, palos, papeles, puntadas…, proponiendo silenciosos y sutiles paisajes emocionales.

Barcala logró una obra personal, coherente y rigurosa, utilizando un lenguaje íntimo y, en ocasiones, hermético. Su producción se ha desarrollado en torno a tres estilos: la pintura figurativa (1946-1950); la pintura abstracta e informalista (1961-1964) –es la etapa de las Chatarras–, y su estilo más personal, durante la última etapa de su carrera artística, desde 1967 (etapa de las Cajas). Para expresar su pensamiento, Barcala no utiliza ni los tradicionales lienzos, ni las ortodoxas pinturas sino que hace acopio de otros materiales con los que se siente libre, con los que logra crear su estilo, su lenguaje.

Para la comisaria de la exposición, María Martín, la importancia de la obra de Barcala reside en que en su producción “Washington aúna el Arte Povera y el Expresionismo abstracto; el ready-made con la tradición pictórica. Cuando llega a España en los años setenta se encuentra con el influjo de la pintura abstracta española (el grupo El Paso y el grupo de Cuenca) y como buen receptor saber absorber lo que se encuentra conjugándolo con un constructivismo y formalismo ya aprehendido. De esta manera crea un lenguaje propio, lleno de tradición y novedad”.

La exposición exhibida en la FCM reunía 64 obras del artista uruguayo. Las obras han sido cedidas, entre otros, por la familia Barcala, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo y el Patio Herreriano-Museo de Arte Contemporáneo Español de Valladolid. Esta muestra cuenta con el patrocinio de Telefónica, S.A. y fue acogida en el mes de mayo, en las salas de exposiciones de la Fundación Telefónica en Madrid.

En el acto de presentación, el día 27 de febrero, junto al presidente de la FCM, José Juan Ramírez, y el director de Actividades Fundacionales, Fernando Gómez Aguilera estuvieron presentes la comisaria de la muestra, María Martín, y el director de Proyectos Culturales de la Fundación Telefónica, Santiago Muñoz Bastide. La comisaria, durante su intervención, afirmó que el legado de Washington Barcala “debe ser mirado y revisado y, pese a que ya está presente en muchos museos y cada vez va encontrando más su sitio, ahora debe ser conocido por el público en general”.

La exposición recibió 43.181 visitantes.

Más información: Catálogo de la exposición

Alberto Corazón. Pinturas & Esculturas 1992-2002

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El 4 de marzo de 2004, se inauguró en la sede de la Fundación César Manrique, en Taro de Tahíche, la exposición Alberto Corazón. Pinturas & Esculturas 1992-2002, y pudo visitarse hasta el 25 de abril de 2004.

Alberto Corazón (Madrid, 1942) es uno de los principales diseñadores gráficos de nuestro país, ocupando también un lugar destacado en el panorama internacional. Ha recibido el Premio Nacional, así como importantes reconocimientos internacionales. Asimismo, goza de un extraordinario prestigio en el campo del diseño industrial. Su actividad creativa se completa con un extenso trabajo plástico.

Alberto Corazón estudió Sociología y Ciencias Económicas. Al mismo tiempo, compaginó estos estudios con el aprendizaje del dibujo y de la pintura. Al terminar sus estudios universitarios, fundó con un grupo de amigos la editorial Ciencia Nuevas y se inició profesionalmente en el diseño gráfico. Simultáneamente, realizó sus primeras exposiciones en Turín y en Milán. A comienzos de los años setenta, es el promotor, junto a Nacho Criado y Antoni Muntadas, de las primeras manifestacio­nes de arte conceptual en España a través de la Galería Redor. En 1972, en colaboración con Valeriano Bozal y Miguel García Sánchez, creó Alberto Corazón Editor. Este proyecto permitió la introducción en el mercado español de los textos de las vanguardias históricas y las corrientes estructuralistas en el pensamiento y la crítica de arte. En 1976, fue invitado por el Comité Internacional a exponer en la Bienal de Venecia junto con Tàpies y el Equipo Crónica, y en 1978 la Bienal de París, le invitó a exponer en el Petit Palais junto con Antonio Saura. En la década de los ochenta, decidió tomarse un período de reflexión, reorientando su trabajo hacia la escultura, presentando una exposición antológica en 1991. A partir de 1992, expuso en las galerías Gamarra & Garrigues y Elvira González, así como en el Museum Würth (Alemania) que adquirió una amplia muestra de sus pinturas y esculturas. Desde el 2001, su obra puede contemplarse con regularidad en la Galería Marlborough.

En la exposición presentada en la FCM, pudieron contemplarse 20 pinturas y 4 esculturas correspondientes al período 1992-2002.

Una exposición antológica de sus pinturas y esculturas de los diez últimos años fue exhibida en distintas salas del territorio español. Al mismo tiempo, una muestra representativa de su obra  recorrió diversos países de Oriente Medio.

La exposición recibió 42.589 visitantes.

Pancho Lasso. Retrospectiva

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Con la muestra Pancho Lasso. Retrospectiva, la Fundación César Manrique ha iniciado una nueva línea de su proyecto expositivo, dedicada a revisiones históricas, que atenderá a figuras, movimientos y periodos del arte o de autores que, por diversas causas, no han recibido la consideración crítica que merecen. Una apuesta por recoger manifestaciones artísticas descentradas o complementarias, ajenas a las atenciones dominantes, en sintonía con la situación periférica de la FCM.

 

En esta ocasión, a la oportunidad de reducir la mala fortuna crítica e histórica del artista elegido, Pancho Lasso, cuya personalidad está estrechamente vinculada a la recepción del arte moderno en nuestro país, se añadía, como señaló la comisaria, Josefina Alix, el hecho de que su concepción geológica, su plasticidad volcánica y su vinculación paisajística estén en el origen de la simbiosis arte-naturaleza que caracterizó la obra de César Manrique.

 

La exposición se articuló en torno a dos grandes apartados, que se corresponden con los dos periodos cruciales de su biografía, de lenguajes claramente diferenciados. En el primero, que cubre la producción anterior a la Guerra Civil, se recoge su etapa madrileña, determinada por su proximidad a la tertulia del “Café de Oriente”, la influencia indirecta de Rafael Barradas y fundamentalmente su fructífera relación con Alberto Sánchez y la aventura de la primera “Escuela de Vallecas”. Es la época del “arte nuevo”, de la vanguardia, de cierto primitivismo y neocubismo, que le emparenta con la renovación plástica española más radical de aquellos años.

 

El segundo apartado recoge la obra que realizó en Lanzarote, tras la Guerra Civil y, desde 1946, en su regreso a Madrid. Caracterizada por su proximidad a los postulados del realismo socialista, pervive en ella la proximidad a la naturaleza de su isla natal.

 

Nacido en Arrecife de Lanzarote, en 1904, Pancho Lasso recibió su primera formación artística en la Escuela de Artes y Oficios de la isla. En 1926, una beca del Cabildo Insular le permitió trasladarse a Madrid, donde se matriculó a la vez en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en la Escuela de Artes y Oficios.

En la tertulia del “Café de Oriente” conoció a la figura más influyente en su carrera profesional, el escultor Alberto, que le acercó al “Arte Nuevo”. Asimiló rápidamente el ideario y las fórmulas de su maestro, con quien, junto a Benjamín Palencia, fundó la Escuela de Vallecas.

 

Al concluir la guerra, regresó a Lanzarote. Su arte se transformó y se inclinó por un realismo popular, cuyos motivos preferentes fueron los campesinos y pescadores de la isla, representantes del mundo del trabajo.

Volvió de nuevo a Madrid en 1946, y en esta ciudad falleció el 25 de enero de 1973.

 

La exposición recibió 23.323 visitantes.