Joaquín Araújo: Renunciar al petróleo no provocaría un colapso, porque el colapso ya lo ha provocado este modelo energético

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El problema del petróleo en Canarias es “crucial y urgente” porque supone “plantearse si debemos seguir por la vía de la trampa con nosotros mismos o entregarnos más a los designios de los devoradores que lo saquean todo”. Así comenzó Joaquín Araújo su conferencia ‘Hacia la transparencia. Canarias sin prospecciones: un nuevo modelo energético’, dentro del espacio de reflexión Fronteras y direcciones del progreso. Para el naturalista, que inauguró las actividades de la Fundación César Manrique (FCM) este año, al igual que ya lo hiciera en 2007, la FCM se alinea en la pelea más importante del momento, la de la transparencia. “Devorados los elementos básicos de la economía, descuartizado el territorio, comprometido de forma irracional el porvenir, el último asalto es hacia las ciudadelas de la inteligencia”, dijo Araújo, que considera que lo que le ocurre al aire no se puede desligar de lo que ocurre a lo social, lo político o lo cultural porque “la contaminación del aire es vírica y se contagia a los espíritus”. La transparencia, para él, es más que básica, porque es la primera materia prima de casi todo lo que importa. “No hay un solo proceso esencial para la vida que no tenga como primer manantial la transparencia”, señaló. Y al igual que la transparencia es materia prima, también lo es la comprensión, para la comunicación, que está amenazada de una opacidad creciente.

Por lo tanto, no se puede comprender sin partir de la transparencia, mientras que su carencia, “el encadenamiento de mentiras”, es precisamente el punto de partida de la crisis, que ha puesto en el filo de la navaja al proyecto de una civilización entera. “La transgresión de las normas —según Araújo— es lo que nos lleva a esta situación” y de forma paralela “no le pasa nada distinto al medio ambiente de lo que sucede a su sociedad y su modelo energético”. Para definir a ese modelo recurrió a María Zambrano, que afirmaba que “toda exacerbación acaba por negar lo que pretendía afirmar”, porque “a fuerza de buscar la comodidad y la velocidad hemos llegado a esta situación. Nuestro modelo energético es bulímico, es un insaciable consumidor de muchísima más energía de la necesaria y eso se ha considerado imprescindible”. Según el naturalista, se puede hacer lo mismo consumiendo un cincuenta por ciento menos de energía. No haberlo logrado supone también un fracaso de la tecnología, por no haber alcanzado a imitar la eficiencia de la Naturaleza, que consigue mucho con muy poco. Las máquinas consiguen una eficiencia energética del diez por ciento, las personas del sesenta y la mayoría de los animales del ochenta. El mosquitero musical, un pájaro de siete gramos de peso, es 30.000 veces más eficiente que los cohetes que propulsan naves al espacio. 

Frente a estas materias primas, “algunos convierten la mentira en su materia prima” y dicen que “está bien destruir la transparencia porque es rentable”. Según Araújo, para comenzar a contemplar las cosas con transparencia no se puede argumentar permanentemente que la renuncia al petróleo provocaría un colapso, porque el colapso ya está provocado por este modelo energético “y es demostrable científicamente”. Araújo se preguntó cuánto dinero se habría ahorrado Japón si hubiera cerrado su última central nuclear hace un año y no ahora, y trasladó esa misma lógica a las prospecciones en Canarias, advirtiendo de que ante un accidente de segundo o tercer orden, ya hay que poner en la contabilidad cuánto se merma de lo esencial, de las comunidades vivientes. Dijo que aunque el petróleo haya traído beneficios indiscutibles, desde el punto de vista de la economía ecológica, no ha obtenido beneficios. “Sólo con restar las vidas humanas que este modelo energético se ha llevado por delante ya no salen las cuentas”, subrayó el conferenciante, que cree que apostar por no erradicar este modelo energético ya nos puede estar costando mucho, y puso varios ejemplos. El primero, el del economista Nicholas Stern, que trabajó para el Banco Mundial y el Gobierno británico y concluyó en un informe en el que informaba que si no dedicamos el uno por ciento del Producto Interior Bruto al cambio de modelo energético, en treinta años el cambio climático hará que merme entre el quince y el veinte por ciento la economía mundial. El segundo: en la década de los setenta las compañías de seguros pagaron 40.000 millones de euros por catástrofes relacionadas con el petróleo mientras que en la primera década del Siglo XXI esa cifra llega hasta los 740.000. Y el tercer ejemplo: España pagó a la Unión Europea el año pasado 1.600 millones de euros por incumplir con la contaminación atmosférica. Araújo insistió en que “lo que le hacemos a la atmósfera genera una deuda económica directa con la sociedad”. En la historia de la industria petrolera ha habido 2.500 accidentes, 200 de ellos graves y 20 han sido catástrofes “y nos dicen que es seguro, como nos dicen que son seguros el sistema financiero y las centrales nucleares”.

Para Araújo, este modelo energético también es injusto y perverso porque los que no contraen deudas con la Naturaleza también son deudores: el noventa por ciento de las catástrofes ocurre en países pobres, que son los que menos contaminan, además del daño social y político, ya que la estrategia bélica de Estados Unidos está basada en el control del petróleo. Por eso aboga por una radicalidad necesaria: elegir entre el alfa y el omega, porque en unos cuarenta años el clima no podrá soportar la contaminación, “y el clima es la ubre de todo lo que palpita en este mundo”. “No podemos vivir sin clima pero podemos vivir sin petróleo”.

Para terminar, este naturalista y escritor recordó que el modelo energético está basado en la ocultación y es una forma más de atentar contra la transparencia. Frente a esto señaló que “pelear por la transparencia de aguas y aires es igual que pedir más democracia y más visibilidad en las decisiones” y que necesitamos otra materia prima fundamental, que es la de la convivencia. Aseguró que planta cada año mil árboles “porque son fábricas de transparencia —que es la búsqueda hallada de la lucidez— porque es sensato y no se pueden agotar”. “El mejor descubrimiento que he hecho en la ética —señaló — es la palabra honesto, traducida del chino al español, que es ‘el que se alegra al contemplar el agua limpia’. No hay honestidad en este mundo si no lo somos con la transparencia del aire y el agua”.

 

Emilio Ontiveros: Si lo que queremos es salvar la unión monetaria hay que dejar al margen nacionalismos económicos y asumir un presupuesto común

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El presidente de Analistas Financieros Internacionales (Afi), Emilio Ontiveros, inauguró las actividades de la Fundación César Manrique del año 2011 con la conferencia Recuperación y modernización económica en España, dentro del ciclo ‘Fronteras y direcciones del progreso’. Ontiveros comenzó con un elogio a la labor de la Fundación César Manrique, de la que dijo que “ayuda a vertebrar el país” y que es “una referencia en España y fuera de ella de lo que una institución civil puede hacer para mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos”.

Ontiveros analizó las causas y la situación de la crisis en el mundo, en Europa y en España y trazó los fundamentos de lo que podría ser la modernización de la economía española. Aseguró que “lo peor de la crisis en las economías avanzadas ya ha pasado” y la situó como la segunda en importancia después la Gran Depresión tras el crash bursátil de 1929. Desde la Segunda Guerra Mundial nunca se había entrado en recesión. La singularidad de esta crisis se manifiesta, entre otras razones, por el número de empresas que está expulsando el mercado, por el número y tipos de economías afectadas y porque “nunca una crisis fue tan selectiva con los ricos”. De hecho, Ontiveros aseguró que los llamados países emergentes como China, India o Brasil, se han beneficiado de la situación.

Las 32 economías más avanzadas del mundo entraron en recesión. “Lo nunca visto”. Tampoco se había visto nunca una crisis que tuviera su epicentro en Wall Street. Más cosas nunca vistas: el alto nivel de desempleo y las terapias aplicadas, que han aportado unos niveles bajísimos del tipo de interés. Recurrió a una anécdota que le sucedió al Premio Nobel de Economía, Milton Friedman, a quien un alumno le preguntó qué pasaría si los tipos de interés estuvieran a cero y hubiera que seguir estimulando la economía: “Suban las sacas de dólares a los helicópteros y láncenlos”, fue la repuesta. “Pues eso es lo que están haciendo los bancos centrales, poner mucha liquidez en manos de los bancos”, dijo Ontiveros. Estados Unidos puso en circulación muchos dólares a pesar del riesgo de que cayera su valor, como así ocurrió, y sin embargo, su economía está creciendo.

Explicó cómo los gobiernos, incluido el de Estados Unidos, han puesto dinero del contribuyente para socorrer a los bancos por sus malas prácticas, y ahora, lógicamente hay más deuda pública, y al anticipar todo ese dinero público, “que se devolverá”, los gobiernos tienen menos margen de maniobra para manejar la deuda. El profesor de la Universidad Autónoma de Madrid también aseguró que los bancos optaron por contraer la financiación y que ahora, hasta que no haya una normalización en la actividad interbancaria mayorista, no llegará la recuperación. Por otra parte, la economía mundial ya está creciendo al cuatro por ciento, pero con desigualdad. Mientras los países emergentes crecen al 6,5 por ciento, otros crecen al dos por ciento, y este hecho va a tener implicaciones en la distribución del poder mundial.

En Europa, la crisis se caracteriza por la contracción del Producto Interior Bruto, la elevada tasa de paro y una alta tasa de mortalidad empresarial. “El mayor coste de la crisis en Europa —señaló Ontiveros— es el zarandeo a las instituciones europeas”, ya que es la primera vez que se cuestiona el euro, que es la principal realización de la integración europea. El profesor considera que lo que ha puesto la crisis de manifiesto es la necesidad de fortalecer las instituciones europeas, y sólo hay dos opciones: la fragmentación o el fortalecimiento y aceleración de la integración, es decir, llegar a gobernar la región económicamente, lo que supondría hacer cesiones de soberanía por parte de los países. “Si lo que queremos es salvar la unión monetaria hay que dejar al margen nacionalismos económicos y asumir un presupuesto común”. España, en ese caso, como el resto de los países, tendría que someter su presupuesto a Bruselas.

 
ESPAÑA

El autor de España en contraste. Crecimiento económico, comenzó analizando la situación de España por el peso específico de su sector inmobiliario, que es un sector tecnológicamente poco cualificado, lo que la hizo más vulnerable a la economía. A esto se sumaba el gran endeudamiento privado, incluida la deuda interbancaria. Lo que falló, según explicó Ontiveros, fue el eslabón interbancario. Se cerraron los mercados financieros y comenzaron los problemas para devolver los préstamos. Al depender de un sólo sector aumentó el paro, lo que dificultó aún más la devolución del crédito. “Nunca como hasta ahora son más convergentes los intereses de los bancos y los de los parados”, afirmó, ya que si no se presta dinero no crecerá el empleo.

En España no hay una excesiva deuda pública pero el exceso de la privada puede acabar por convertirla en pública ya que el Estado se ve obligado a gastar más. En todo caso, desde el mes de mayo de 2010, según Ontiveros, el Gobierno ya no tiene una política presupuestaria propia, desde que fue advertido que si quería alcanzar la estabilidad de la deuda pública debía reducir el nivel de gasto y subir algunos impuestos indirectos. “No cabe esperar más estímulos de las autoridades”, aseguró, así que “para la recuperación sólo cabe confiar en el sector exterior”, e hizo especial hincapié en el “bendito turismo” porque “por fortuna”, clientes como Alemania están creciendo más y es posible que esa renta la empleen en hacer turismo. “En eso hay que confiar”, señaló, aunque advirtió que no será suficiente para asentar la recuperación española ya que hace falta una inflexión en la tasa de paro “y esto al menos hasta el año 2012 no lo veremos”. España, en todo caso, no volverá a crecer por encima del 2,5 por ciento en muchos años, dijo Ontiveros, aunque matizó que probablemente “el crecimiento será menor pero será mejor”.

Para finalizar, Ontiveros habló de la posible modernización de la economía española. “Basta con que la tracción de la economía sea más homogénea”, para lo cual hay dos itinerarios: emplear a mucha gente o hacer las cosas bien, con una mayor productividad, “que no es sacarle el jugo al trabajador”. Habló de la importancia de rodear al trabajador de las mejores herramientas pero también de la necesidad de mejorar el capital humano y el capital tecnológico. Respecto a las infraestructuras dijo que “tenemos el país alicatado hasta el techo”, mientras que el capital humano es mejorable. También señaló la necesidad de mejorar el gobierno de las organizaciones y la figura del emprendedor. “Lo peor de esta crisis es que cercena la capacidad para emprender”, porque hay empresas que podrían ser viables y que sin embargo, no tienen acceso a crédito, y sin crédito no se puede innovar.

Por último destacó la importancia de ligar el crédito a las universidades. En España no hay fondos de capital riesgo arraigados en las universidades mientras que en Estados Unidos todas las grandes empresas de los últimos años han nacido con fondos de capital riesgo, incluida Microsoft. Es más, el sesenta por ciento de las empresas de Silicon Valley crece en las universidades y las financian personas y entidades privadas. Concluyó con una visón optimista porque en España “hemos mejorado a las personas y vemos gente con inquietud próxima a la asunción de riesgos, además de una mejor sociedad civil”.

La conferencia terminó con un turno de preguntas en el que el conferenciante se refirió al proceso de concentración de las cajas de ahorro; la diferencia entre los sistemas de financiación de Europa y Estados Unidos; el papel de los mercados en la crisis; la confianza del resto de países en la salud económica de España; la incapacidad de los dos grandes partidos para llegar a puntos de acuerdo para salir de la crisis o la necesidad de especializar el producto turístico en Canarias, para vender menos pero más caro, apostar por la calidad en vez de por la cantidad y en la viabilidad de hacer compatible la sostenibilidad y el bienestar con la eficiencia de las estructuras productivas turísticas.

Víctor Gómez Pin. Contra la barbarie: la filosofía educadora de la humanidad

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“Voy a hacer apología de la filosofía”. Así comenzó Víctor Gómez Pin la conferencia titulada Contra la barbarie: la filosofía educadora de la humanidad, que ofreció en la Sala José Saramago de Arrecife el 19 de marzo, con la que la FCM inauguró su programa de actividades de 2009, y que puede verse desde el archivo de emisiones en www.tv.fcmanrique.org

 

“Es difícil convencer a la gente de que los filósofos hablan de cosas que conciernen a todos, y si hiciéramos una encuesta”, introdujo Gómez Pin, “y preguntáramos a la gente qué es un filósofo, la respuesta seguramente sería esta: una persona que se ocupa de asuntos que no interesan a nadie (o sólo a ellos mismos) y lo hacen además con una terminología oscura que no se entiende”. Una idea que es injusta, a juicio del conferenciante, pero que a veces ha sido provocada por los propios filósofos.

 

Gómez Pin dedicó buena parte de su reflexión al filósofo griego Aristóteles, el primer biólogo y físico de la Historia, que redactó la Constitución de Atenas, recolectó proverbios, hizo tratados de Lógica, de Cosmología… y de Metafísica. “Las primeras quince líneas de la Metafísica aristotélica explican qué diferencia al hombre del resto de animales: todos los humanos desean / aspiran / necesitan, por su propia condición y naturaleza, la lucidez”, afirmó el profesor Gómez Pin, quien añadió que “una sociedad que no permite alcanzar esa lucidez está mutilando nuestra propia condición. Nuestros genes exigen lucidez, y donde no hay lucidez, hay síntoma, eso lo sabe cualquier psiquiatra”. Para el conferenciante, “el hombre, además, a diferencia del resto del mundo animal, es el único al que le gusta saber por saber, al margen de sus necesidades de subsistencia; nos gustan los sentidos por ellos mismos; lo que nos gusta no es tanto adecuarnos a la vida, sino contemplarla”.

 

Ahondando en las características que definen al hombre como tal, Gómez Pin señaló la capacidad de raciocinio y el uso de la técnica como los dos elementos fundamentales que nos diferencian de los animales. Una capacidad de raciocinio que, según el filósofo y escritor, “hace que nos relacionemos con el mundo a través de conceptos e ideas, con las que hacemos juicios y nos hace, por tanto, seres de juicio”.

 

Otra de las características singularizadoras y específicas del ser humano es el lenguaje. Para el conferenciante, “mientras el resto de animales tienen códigos de señales, el hombre convirtió el instrumento del lenguaje en un fin en sí mismo”, lo que llevó al filósofo a afirmar que “quien instrumentaliza la palabra pierde su dignidad como hombre”, y que “un poeta es alguien que renuncia a usar la palabra como instrumento y se pone al servicio de la palabra”.

 

Para finalizar su intervención, Gómez Pin señaló que “barbarie es no luchar por las condiciones necesarias para que toda la humanidad pueda realizarse encontrando la lucidez; y la libertad y la fertilidad del espíritu humano está por encima de todas las prioridades”.

Victor Gómez Pin es catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde enseña Teoría del Conocimiento e Introducción al Pensamiento matemático. Desde muy joven se trasladó a la Sorbona de Paris donde alcanzó el grado de Doctor de Estado con una tesis sobre el orden aristotélico. Tras años de docencia en universidades francesas se incorporó a la Universidad del País Vasco de cuyo Departamento de Filosofía fue el primer director.

Victor Gómez Pin es Cordinador del Congreso Internacional de Ontología, cuyas ediciones desde hace 16 años han merecido el patrocinio de la UNESCO.

Autor de casi una treintena de libros, ha obtenido entre otros los Premios Anagrama de Ensayo y Espasa de Ensayo. Entre sus obras destacan El drama de la ciudad ideal, Límites de la conciencia, El infinito, Descartes, la exigencia filosófica, La dignidad y La tentación pitagórica. Su último libro publicado es Filosofía: Interrogaciones que a todos conciernen, en 2008.

Daniel Innerarity. Un mundo desincronizado

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Daniel Innerarity participó en el espacio de reflexión "Fronteras y direcciones del progreso" el 30 de octubre de 2008.

Primero Daniel Innerarity marcó los tiempos de su conferencia ‘Un mundo desincronizado’. Tres partes, tres tiempos. Se propuso (y lo consiguió) explicar por qué las guerras actuales son conflictos de tiempo y ya no de espacio. Después explicó por qué en la sociedad hay muchos tiempos diversos y finalmente expuso su concepto de cronopolítica: cómo entender la política como una gestión de los tiempos.

“Todos sabemos que quien manda es quien controla el tiempo”, comenzó Innerarity, que lanzó preguntas al público: ¿quién controla el tiempo?, ¿cuál es la velocidad correcta? Su hipótesis es que los conflictos actuales, desde los domésticos a la geopolítica, son conflictos de tiempo. “En geopolítica antes se ocupaba espacio y ahora lo interesante es hacerse con el tiempo”. “La cronopolítica es más interesante que la geoestrategia”.

“En el fondo luchamos por quitar el tiempo a otros”, según Innerarity que considera que la manera moderna de exclusión es acelerar los procesos sociales, que imponiendo velocidades se crean fronteras. Según el filósofo, hay que volver a la idea del marginado, que es una idea espacial, como el retrasado. El marginado vive hoy en otro tiempo. ¿Y cuáles son las dos instancias que tratan de imponer sus tiempos al resto? La economía financiera y los medios de comunicación.

Los sistemas más rápidos imponen su tiempo

Así llegó a la segunda parte, al segundo tiempo de la conferencia, la explicación de la policronía actual: cómo personas que viven en el mismo espacio, lo hacen en tiempos distintos. “Hay tantas velocidades que no hay una instancia  natural de las cosas”, señaló. Cada uno de nosotros reivindicamos nuestro ritmo. Existen, a la vez, los tiempos de las personas y los tiempos de los grupos.  Y hay choques. Hay lógicas temporales antagónicas y hay, por supuesto, lógicas temporales que pretenden imponerse sobre el resto.

Ese choque es especialmente importante entre los subsistemas sociales: la Economía, el Derecho, la Religión, la Política, los medios de comunicación… “Todos tienen tiempos muy diversos y chocan continuamente”. En esos choques, en esa “guerra desigual”, los sistemas más débiles, los más lentos, ven cómo los más rápidos les imponen su tiempo. Entre los más rápidos están—insistió Innerarity— la economía financiera y los medios de comunicación y entre los más débiles está la ecología (el tiempo de reposición natural es muy lento comparado con el tiempo del consumo), el Derecho (muy lento frente a los avances tecnológicos) o la política que necesita de la deliberación, de la búsqueda de razones.

“Se ha pensado que los progresos se armonizaban y el progreso se ha astillado: hay muchos avances en unos subsistemas y en otros no”. Dos ejemplos: la Unión Europea, de la que se pensó que el mercado único llevaría a una unión política, y China, que avanza hacia el capitalismo pero no hacia los Derechos Humanos. Y una desincronización clara respecto a las fuentes de energía: “hay ciclos naturales de regeneración que no están a la altura de la capacidad de uso de esos ciclos”. La velocidad de consumo es enorme.

La política debe democratizar el tiempo

Y llegó el tercer tiempo. ¿Cómo pensar un tiempo democrático? Esta es la función principal de la política, según Innerarity: democratizar el tiempo. Hay dos supuestos de la democracia moderna que hoy ya no son válidos: el concepto de la unidad del tiempo histórico y la compatibilidad entre el tiempo político y el tiempo social. “Nadie pensó que fueran incompatibles”.

La articulación del debate en torno al pasado, presente y futuro y la dicotomía entre conservador y progresista “hoy ya no está tan clara”. Es un anacronismo. “Ser progresista o conservador hoy significa poco”. Es más: “un reaccionario no es alguien que quiera conservar algo del pasado, es lo contrario”. “Un reaccionario destruye el futuro a través de la aceleración en nombre del futuro”. Como ejemplo, la batalla electoral entre Royal y Sarkozy: la izquierda es la del ritmo lento y la derecha la del ritmo rápido. “La lógica de la izquierda hoy es conservacionista”, mientras que los conservadores están a favor de la aceleración.

Y aquí señaló que “la aceleración dificulta y debilita la capacidad de deliberación y decisión del sistema político”. O dicho de otro modo: “La dinámica de la aceleración de la sociedad es una amenaza para la política porque dificulta la autodeterminación democrática”. Ese énfasis en agilizar las decisiones puede acabar siendo una coartada para tomar decisiones sin trámites democráticos. Así pues, la sociedad se va despolitizando. “Hoy el problema—señaló Innerarity—no es gobernar bien o mal, es gobernar. “El 90% de lo que hace un político es gestionar la reparación de los daños: la política es melancólica”. Llegamos a una democracia despolitizada en la que algunos pretenden que la política sea un anacronismo. Así que el desafío se traduce en cómo defender la democracia defendiendo las propiedades temporales de la democracia, cómo defenderse frente a los tiempos de la economía financiera y los medios de comunicación.

Innerarity, que miró varias veces su reloj, aseguró durante la conferencia que el tiempo de atención que una persona puede dedicar a escuchar a otra no suele pasar los cincuenta minutos. El ponente habló y contestó a las preguntas del público durante más de una hora y media. 

José María Ridao. Inmigración y Estado de Derecho

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La soluciones para evitar que continúe el fenómeno inmigratorio tal y lo conocemos se deben tomar en el terreno económico. La primera pasa por liberalizar el comercio internacional, principalmente el agrícola y la segunda por hacer que salga a la superficie toda la economía sumergida que bucea en el sector de la construcción y en los servicios.

Al menos son las que da el ex diplomático y escritor José María Ridao, que participó el 21 de junio de 2007 en el Foro ‘Fronteras y direcciones del progreso’ en la Fundación César Manrique con la conferencia ‘Inmigración y Estado de Derecho’. Ridao, que de hecho prefiere llamar a la inmigración “ajuste del mercado laboral internacional”, mucho antes de las soluciones, esbozadas en el coloquio tras la charla, basó su discurso en el análisis de las causas y las consecuencias futuras.

Para explicar este fenómeno prefiere poner el foco en los países desarrollados antes que en los países de los que vienen los inmigrantes. Estos sufren la misma situación desde hace varias décadas, bajo dictaduras o en guerra. Por lo tanto eso no explica por qué el fenómeno se multiplica. “El cálculo que hacen es que siempre encontrarán un empleo más rentable que en su país”, señala Ridao. Esto es así tanto si llegan de manera legal como ilegal. Y la reacción de los países ricos ha consistido en abordar este asunto desde planteamientos ideológicos y no económicos. “Si no se pretenden tomar medidas económicas, el terreno de juego para abordar la inmigración acaba siendo el Estado de Derecho”. Con los peligros que eso conlleva. Resumiéndolo mucho, si se altera el Estado de Derecho para hacer frente a este fenómeno se altera el principio de la igualdad ante la Ley. Las leyes de extranjería, por ejemplo, “que son leyes de excepción”: no se aplican a todas las personas de un territorio sino que lo hacen en función de las condiciones personales de los individuos. De manera sencilla: los españoles, en democracia, sólo podemos estar libres o privados de libertad con mandato judicial. Los inmigrantes sin papeles pueden estar cuarenta días “retenidos” y pueden ser deportados, incluso a un país que no es el suyo. Se les obliga a sobrevivir en la economía sumergida y si se les sorprende se les castiga. “Es como querer acabar con la esclavitud persiguiendo al esclavo y no al esclavista”, según Ridao. “Por querer tratarlo desde el Estado de Derecho y no desde la Economía estamos haciendo que nuestras sociedades cada vez sean más de carácter identitario”.

En el dibujo del proceso que comienza a caminar cuando cae el Muro de Berlín y que desemboca en la situación actual, el escritor y articulista traza tres causas que aquí sólo se perfilan: la consideración como sinónimos de desregulación y liberalización (“la libertad no surge de la ausencia de normas sino en el seno de normas buenas”), el “adelgazamiento” del Estado (se confunde sector público con las instituciones básicas del Estado). Aquí hay que señalar que, como dijo Ridao, “el volumen de recursos del sector público no decrece sino que se aplican de manera distinta”. Lo que iba, por ejemplo, a sanidad o a educación hoy se destina a seguridad o al Ejército. Es el proceso hacia un “Estado penal”. Además se da la paradoja de que mientras parece que el Estado nacional está condenado a su fin, se multiplican el número de Estados. Y la tercera: desaparece la regulación de los flujos financieros internacionales y se liberaliza la industria pero no la agricultura, que es donde pueden competir los países pobres.

Ridao habló de manera extensa sobre el problema cultural que se plantea con la llegad de los inmigrantes. Resaltó en primer lugar la pérdida progresiva de la noción de cultura ilustrada, que se define en contraposición a la ignorancia, en favor de la cultura romántica, que estima como cultura”toda manifestación cotidiana de los individuos”. En este caso, la cultura no se opone a la ignorancia sino a otra cultura. De este punto de vista, en el mejor de los casos, se plantea la “integración del inmigrante”. El problema es definir en qué se integra ese inmigrante. “No vale con cumplir la Ley, hay que aceptar los valores (que nadie sabe lo que son ) de esa sociedad”. Ridao puso el ejemplo de Sarkozy y su deriva identitaria que le lleva a querer obligar a todos los inmigrantes a conocer los valores y la lengua francesa. “Es una iniciativa peligrosa: si se fijan normativamente los valores de Francia puede pasar que se deje fuera a muchos franceses”. Se crean ciudadanos de primera y de segunda categoría, se conforman nuevas castas internacionales cuando se habla de inmigrantes de segunda o tercera generación, que resulta que no han emigrado nunca.

Finalmente dio dos puntos de vista para abordar este fenómeno desde los gobiernos de los países ricos: si lo que quieren  es solventar la contratación ilegal de trabajadores deben poner el énfasis en las inspecciones de trabajo y en avanzar en terminar con la economía sumergida. Si, por el contrario, lo que quieren es solventar la contratación de trabajadores ilegales, que pongan el énfasis en más policía, más seguridad y más controles.

José María Ridao nació en Madrid en 1961 y es licenciado en filología árabe y en derecho. En 1987 ingresó en la carrera diplomática, que lo llevó a ejercer en Angola, la Unión Soviética, Guinea Ecuatorial y Francia. En el año 2000 decidió abandonarla para dedicarse exclusivamente a la reflexión y la literatura. En sus ensayos cuestiona los moldes de pensamiento establecidos por la historiografía tradicional. Ha incursionado también en la novelística. Es autor de la novela Agosto en el Paraíso (1998) y del libro de relatos Excusas para el doctor Huarte (1999). Ha recogido sus artículos periodísticos en el volumen La desilusión permanente (2000).

Carlos Taibo. Los movimientos que contestan la globalización capitalista: retos y perspectivas

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El 7 de junio de 2007, Carlos Taibo pronunció la conferencia titulada Los movimientos que contestan la globalización capitalista: retos y perspectivas, dentro del espacio de reflexión Fronteras y direcciones del progreso.

 “Los movimientos antiglobalización son los primeros que reclaman derechos para otros, no para sus afiliados”. Esos otros son el 80% de la población mundial, que vive en la más absoluta pobreza y las generaciones venideras. Carlos Taibo, profesor de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid, ensayista y articulista, dio un paso más en la  Fundación César Manrique dentro del ciclo Fronteras y direcciones del progreso con su conferencia  Los movimientos que contestan la globalización capitalista: retos y perspectivas.

Dibujó seis retos pero uno por encima de todos: el cambio climático. Un problema que, desde su punto de vista, va a obligar a reflexionar al sistema capitalista porque está en juego la especie humana y porque, sobre todo, no hay manera de disimularlo. Si hasta ahora el Norte, el 20% rico del Planeta, es insolidario con la miseria del otro 80%, aún a sabiendas, “porque los problemas están lejos”, el cambio climático va a ser palpable. “El capitalismo no está en condiciones de hacer frente al cambio climático”, señaló Taibo. Por su propia naturaleza: porque privilegia los intereses individuales por encima del colectivo. Por eso, la llegada del cambio climático “va a provocar un cambio radical porque va a evidenciar que el capitalismo no funciona” y va a poner en tela de juicio las bondades del crecimiento económico.

Taibo realizó una intervención con tintes de esperanza frente a la globalización y sus efectos. Advirtió, como nota introductoria, de la necesidad de añadir el adjetivo capitalista o neoliberal a la globalización para no olvidar que hay una línea de continuidad entre el imperialismo y esta llamada globalización, que no es otra cosa, en resumen, que “una apuesta en provecho de la gestión de un paraíso fiscal a escala planetaria”. “Los capitales y sólo ellos se moverán sin cortapisas, sin control del poder político y sin un cariz humano, social o medioambiental”, señaló.
 
Comenzó por las críticas que se les puede hacer a los movimientos antiglobalización, entre ellas la de reclamar otra globalización. “No es saludable reivindicar otra globalización como no es saludable reivindicar otro imperialismo”. Toda modalidad de globalización requiere de los mismos requisitos, entre ellos los de unas élites directoras. Acusó también a algunos de estos movimientos de edulcorar el mensaje para que los medios de comunicación no les traten peor de lo que lo hacen y expuso el peligro de caer, como muchas organizaciones no gubernamentales, tanto en la dependencia del dinero público como en la necesidad de su propia supervivencia antes que en el cumplimiento de sus objetivos.

Los nuevos movimientos antiglobalización nacen, según Taibo, para ocupar espacios que la izquierda tradicional o los sindicatos han dejado de ocupar, entre otros y uno de los más importantes, la lucha contra la precariedad laboral o directamente la explotación del hombre por el hombre.

Expuso, finalmente, seis retos. El primero: revisar el sistema de convocatoria de contracumbres, foros y manifestaciones. “El futuro no está en Nairobi (en referencia a la cumbre) sino en el día a día del trabajo en barrios y pueblos”. Esos encuentros, aunque sean multitudinarios, apenas dejan huella después en la vida cotidiana. El segundo: debe ser una prioridad engordar primero los movimientos y discutir después cuál es el referente político en el que mirarse, bien la izquierda tradicional u otro tipo de organizaciones. El tercero: además de proponer alternativas, cosa que sí se hace, según Taibo, deben olvidar “viejas reyertas mal resueltas del pasado”. El cuarto: la necesidad de encontrar medios de comunicación propios, independientes de los medios de comunicación del sistema. Y el último, incluyendo el cambio climático: solucionar la violencia. Aquí fue rotundo, en todo caso: “La violencia de los movimientos antiglobalización es mucho menor que la violencia cotidiana que ejercen los sistemas que padecemos”.

Como conclusión. “Aunque sólo sea por supervivencia deberíamos tomar cartas en el asunto porque el 80% de la población mundial, desheredada, va a derribar nuestra puerta cargada de razón”. Esa razón, traducida a cifras, dice que el 11 de septiembre de 2001 (y al día siguiente y al otro…) murieron en el Mundo, en éste, 35.615 niños de inanición. No hubo ni un minuto de silencio, ni un acto de solidaridad, ni se activó el estado de alerta. “Mientras sigamos creyendo que el terrorismo es el principal problema del Planeta hay que preguntarse dónde está el sentido común”.

Carlos Taibo es profesor titular de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. Es autor de una veintena de monografías. Las más recientes son “Cien preguntas sobre el nuevo desorden” (Punto de lectura, Madrid, 2002), “Guerra entre barbaries” (Punto de lectura, Madrid, 2002), “¿Hacia dónde nos lleva Estados Unidos?” (B, Barcelona, 2004), “No es lo que nos cuentan. Crítica de la Unión Europea realmente existente” (Ediciones B, Barcelona, 2004), “Movimientos de resistencia frente a la globalización capitalista” (Ediciones B, Madrid, 2005), “Rapiña global” (Punto de lectura, Madrid, 2006), “Rusia en la era de Putin” (Catarata, Madrid, 2006) y “Sobre política, mercado y convivencia” (en colaboración con el escritor José Luis Sampedro (Catarata, Madrid, 2006). Escribe sobre política internacional en El País, La Vanguardia y los diarios del grupo El Correo, y es comentarista habitual de la cadena SER.

José Manuel Iglesias. El Patrimonio Integral

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El jueves 19 de abril, José Manuel Iglesias Gil pronunció la conferencia titulada El Patrimonio Integral.

José Manuel Iglesias Gil es Doctor por la Universidad de Salamanca y Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Cantabria. Desde 1990 es Director de los Cursos monográficos sobre el Patrimonio Histórico de la Universidad de Cantabria.

Iglesias Gil ha investigado sobre la Historia Antigua de la Península Ibérica en base a las fuentes historiográficas –arqueología y epigrafía- y literarias de los escritores clásicos. Es director desde 1980 de las excavaciones arqueológicas de la ciudad romana de Juliobriga y entre 1991 y 1995 dirigió las realizadas en la colonia romana de Flaviobriga en el casco urbano de Castro Urdiales. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas, ponencias en congresos nacionales e internacionales y monografías relacionadas con el occidente del Imperio Romano y en particular con Hispania y Cantabria en la Edad Antigua.

Su interés por los temas relacionados con el Patrimonio Histórico y Natural en los últimos años, fruto de los foros que se desarrollan en los cursos que la Universidad de Cantabria organiza en Reinosa en el mes de julio de cada año, le ha llevado a realizar estudios y proyectos específicos sobre la temática y su incidencia en el medio rural. En dicha línea ha publicado recientemente la monografía El paisaje arqueológico y natural de la ruta de Celada Marlantes a Retortillo, Campoo de Enmedio, Cantabria, como resultado de un proyecto de intervención ejecutado para la preservación integral del patrimonio natural, arqueológico y arquitectónico.

En el transcurso de su intervención, José Manuel Iglesias Gil abordó el concepto de Patrimonio Integral como la suma del Patrimonio Cultural o Histórico y del Patrimonio Natural. El primero abarca los bienes materiales e inmateriales hechos o manipulados por la mano humana frente al Patrimonio Natural que contiene los bienes medioambientales que son producto de la naturaleza y no han sido alterados por las personas.

Ambos patrimonios presentan legislaciones diferentes, administraciones independientes, contienen sistemas de información específicos y una incidencia social muy grande en el Patrimonio Natural y muy pequeña en el Patrimonio Cultural, si bien en los últimos años esta última diferencia se va paliando y las administraciones tienden a aunar sinergias que, con un panorama un tanto optimista, pueden tener en el futuro una relación más integrada.
Según Iglesias Gil, la frontera entre uno y otro Patrimonio la marca la actividad humana que destruye lo “natural” en nuestra vieja, poblada y desarrollada Europa, estableciendo límites, construyendo ciudades, trazando comunicaciones terrestres, implantando aerogeneradores en el paisaje, reconduciendo ríos y creando reservas.

Como solución ante la dicotomía, Iglesias Gil propone la consideración de un Patrimonio Integral compuesto por la obra humana —nunca independiente de la naturaleza— y por la obra de la naturaleza —nunca independiente de los seres humanos en la poblada Europa—. La solución pasa, a juicio del profesor Iglesias, por una cooperación en la gestión de los responsables que integre en el futuro ambos Patrimonios en los Inventarios con espacios comunes diseñados por las normas como verdaderas “reservas”, coordine las políticas de puesta en valor y unifique los programas de difusión de rutas didácticas y turísticas, pues la educación y la información pueden jugar un papel muy importante.

Así, sugirió la conveniencia de crear ámbitos transversales de cooperación  entre consejerías como la de Cultura, Patrimonio, Medio Ambiente, Territorio, Industria, Turismo o Economía.

Como ejemplos de recursos patrimoniales integrados, expuso los casos de El Paisaje arqueológico y natural de la ruta de Celada Marlantes a Retortillo, y el trabajo desarrollado por la Fundación Santa María de la Real, de Aguilar de Campoo.

Para acometer este tipo de proyectos, Iglesias Gil propuso la ecuación Paisaje + Patrimonio + Imaginación, con la cual se posicionó frente a soluciones estándares a la hora de ofrecer alternativas turísticas, que acaban banalizando y uniformando el paisaje.

Como conclusión, el profesor Iglesias insistió en la voluntad de cooperación y al trabajo conjunto entre instituciones para poner en marcha proyectos de estas características, y señaló la estabilidad política como uno de los factores fundamentales para su desarrollo.

 

Susan George. Inmigración: la gran sorpresa

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El 13 de noviembre de 2006, Susan George pronunció la conferencia titulada "Inmigración: la gran sorpresa".

Susan George es licenciada en Instituciones de gobierno francesas por el Smith College (EE.UU.), licenciada en Filosofía por la Universidad de la Sorbona y Doctora en Estudios Políticos por la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de la Universidad de París. Su trabajo actual versa sobre diversos aspectos de la globalización neoliberal, en particular, los relativos a la Organización Mundial de Comercio, las instituciones financieras internacionales y las relaciones Norte-Sur. Estuvo a la cabeza de la campaña que se llevó a cabo en Francia para rechazar el Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) y actualmente colabora en la campaña por la democratización de la Organización Mundial del Comercio que incluye, entre otros, el movimiento “Zonas libres del Acuerdo General de Comercio de Servicios (AGCS)”, al cual pertenecen ya 1.500 administraciones locales de Europa.

Susan George preside el Comité de Planificación del Instituto Transnacional de Ámsterdam, una asociación que reúne a académicos de todo el mundo que trabajan a favor de la justicia social y participan activamente en la vida social de sus respectivos países.

Entre 1990 y 1995, Susan George formó parte del Comité de Greenpeace Internacional y de Greenpeace France. Asimismo, ha prestado servicios de asesoramiento a diversos organismos especializados de Naciones Unidas y realiza frecuentes intervenciones en público, en particular, para grupos ATTAC, sindicatos y ONG de desarrollo y medio ambiente de muchos países. Entre 1999 y mediados de 2006 ocupó la vicepresidencia de ATTAC Francia.

George es autora de más de una decena de libros. Entre ellos cabe citar Enferma anda la Tierra (1990), La religión del crédito: el Banco Mundial y su imperio secular (1994) El Informe Lugano (1999), Pongamos la OMC en su sitio (2002) y Otro mundo es posible si… (2004). Su última publicación, Nosotros, los pueblos de Europa, ha sido editada recientemente en nuestro país.

Es autora también de decenas de prefacios, artículos en prensa, ponencias para seminarios y conferencias, capítulos de obras conjuntas, etc.

En el transcurso de su intervención, Susan George abordó el fenómeno por el que, a su juicio, el Norte ha hecho todo lo que estaba en su mano para convertir la inmigración en la única solución viable para millones de personas del Sur. Los mismos gobiernos que llevan años aplicando políticas que hacen improbable cualquier otra salida parecen ahora totalmente sorprendidos con la llegada de inmigrantes.

Las “soluciones” de esos gobiernos, entiende George, no abordan las causas que están en la raiz del problema, sino que se limitan a cuestiones de seguridad y respuestas policiales.Según Susan George, la inmigración masiva no es un fenómeno normal, y sólo se produce en situaciones extremas, por lo que la pregunta que se plantea es: ¿Qué políticas debemos cambiar para reestablecer un mínimo de equilibrio en las relaciones Norte-Sur y lograr que la inmigración no sea tan necesaria?

Marc Augé. Globalización, urbanización, mediatización

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El 22 de junio de 2006, Marc Augé pronunció la conferencia titulada Globalización, urbanización, mediatización.

Marc Augé (Poitiers, 1935) es profesor de antropología y etnología de la prestigiosa Escuela de Estudios Superiores de Ciencias Sociales de París, de la que fue director entre 1985 y 1995.

Hasta 1970 trabajó durante muchos años como Director de ORSTOM, Instituto de Investigación Científica de Francia para el Desarrollo Cooperativo, y en nombre del Instituto supervisó varias misiones en África, particularmente en Costa de Marfil y en Togo.  Fue de hecho en África donde Augé dirigió sus primeros trabajos de campo.

A partir de mediados de 1980, Marc Augé diversificó significativamente su campo de observación. En esa época, visitó Latinoamérica con cierta frecuencia y trabajó algo más cerca de casa, dedicándose a observar desde la ventajosa posición que le ofrecía París, principalmente, y Francia en toda su amplitud, las múltiples realidades del mundo contemporáneo. 

Augé, evolucionado desde la etnología, ocupa en la actualidad un lugar destacado en la cultura internacional como antropólogo social y cultural, y es ampliamente conocido su papel como teórico de los no-lugares.

Entre sus numerosos libros publicados, podemos destacar los siguientes títulos, traducidos al castellano: Un etnólogo en el metro (1986), Los no lugares. Espacios del anonimato (1993), Hacia una antropología de los mundos contemporáneos (1994), El viaje imposible: el turismo y sus imágenes (1997), El sentido de los otros (1998) o Paseando la antropología por la sobremodernidad (2003).

En el transcurso de su intervención, Marc Augé defendió que en la actualidad existe una ideología de la globalidad sin fronteras que se manifiesta a  través de tres fenómenos estrechamente relacionados: primero, la mundialización, que ella misma reenvía a dos órdenes de la realidad como son la globalización y la consciencia planetaria; segundo, la mediatización, que corresponde a la multiplicación de imágenes y mensajes;  y tercero, por fin, la urbanización: el mundo se vuelve una ciudad al mismo tiempo que la gran ciudad se vuelve un mundo; el mundo-ciudad, a juicio de Augé, es el mundo de la uniformización, de las redes de comunicación y circulación, pero la realidad de la gran ciudad, de la ciudad-mundo, relativiza o desmiente las ilusiones del mundo-ciudad. Así, Marc Augé examinará las contradicciones a las cuales nos confronta el espectáculo del mundo globalizado.

Ulrich Beck. Vivir en la sociedad del riesgo

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El 20 de abril de 2006, Ulrich Beck pronunció la conferencia “Vivir en la sociedad del riesgo”.

Ulrich Beck (Alemania, 1944), uno de los intelectuales europeos más relevantes del momento, es profesor de Sociología de la Universidad de Munich y dirige el centro de investigación “Modernización reflexiva” fundado por la DFG, la Fundación Alemana de Investigación. Estudió Sociología, Filosofía, Psicología y Ciencia Política en la Universidad de Munich, y en 1972 se doctoró en Sociología por esta Universidad.

Beck inició su actividad docente en Münster entre 1979 y 1981, de donde pasó a la Universidad de Bamberg. En 1992 accedió a la Universidad de Munich como catedrático de Sociología. Entre 1995 y 1998  impartió clases en la Universidad de Cardiff, en Gales. En 1996 fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Jyväskylä, Finlandia. Desde 1997 es también profesor invitado de la London School of Economics.

Ha pertenecido al Instituto de Estudios Avanzados de Berlín, al Centro de Estudios Culturales de la Universidad de Essen y a la Comisión de Desafíos del Futuro del Gobierno de Alemania. Entre otros, ha recibido el Premio de Sociología de la Sociedad Alemana, en 2004, y el Premio Schader Foundation en 2005, que se concede a científicos sociales que hayan contribuido de manera relevante a solucionar problemas sociales a través de investigaciones.

Es España ha publicado, entre otros, los libros Crisis ecológica y sociedad (1997), Modernización reflexiva: política, tradición y estética en el orden social moderno (1997), La sociedad del riesgo: hacia una nueva modernidad (1998), ¿Qué es la globalización? Falacias del globalismo, respuestas a la globalización (1998), Políticas ecológicas en la edad del riesgo (1998), La democracia y sus enemigos (2000), La sociedad del riesgo global (2002), Libertad y capitalismo: conversaciones con Johannes Willms (2002), Sobre el terrorismo y la guerra (2003), Un nuevo mundo feliz: la precariedad del trabajo en la era de la globalización (2003), Poder y contrapoder en la nueva era global: la nueva economía política mundial (2004) y La mirada cosmopolita o la guerra es la paz (2005).

En el transcurso de su intervención, Ulrich Beck analizó la relación entre acontecimientos y amenazas tan diferentes como Chernobil, la catástrofe climática, el SIDA, la crisis financiera en Asia, la amenaza terrorista o la destrucción de los paisajes debido al turismo de masas, fenómenos que ilustran, a su juicio, lo que ha venido en denominar la “sociedad del riesgo global”.

Beck abordó, por una parte, este concepto de forma general y, por otra, lo comparó con distintas dimensiones y conflictos de riesgo, entre los que el “turismo de masas” desempeña un papel primordial. Finalmente, planteó la ambivalencia del riesgo y las posibilidades de actuación resultantes.