El reto de Pedro Cabrera: un sistema energético más flexible y con energías renovables

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En las historias de infancia que contaba el padre de Pedro Cabrera, el café tenía sabor a sal. Ese detalle, muy común en Canarias durante una época, se le quedó grabado y motivó que, para la tesis que le permitió doctorarse como ingeniero industrial, decidiera llevar a cabo una investigación sobre la desalación. Cabrera, que fue becado por la FCM en 2006 y 2007, pronunció, el día 22 de noviembre, en la sala José Saramago la conferencia Gestión inteligente de una desaladora accionada con energía eólica.

El problema del agua, de un acceso a agua limpia y segura, no es exclusivo de Canarias y no solo depende de los recursos hídricos “sino de cuestiones complejas que tienen en cuenta problemas espaciales, temporales e institucionales”. En el Planeta, el 97 por ciento del agua es salada y por eso han surgido incontables instalaciones de desalación que tienen dos tecnologías: desalación o evaporación, y que más de la mitad de ellas funciona por ósmosis inversa. Para llevar a cabo la ósmosis hace falta una presión y, por tanto, una bomba, por lo que el problema del agua se convierte en un problema energético.

En los años setenta surgen dos tipos de desaladoras. Unas conectadas a la red eléctrica convencional y otras autónomas, que a su vez pueden ser híbridas o puras. Cabrera se centró en las puras, que necesitan muchas baterías y, por lo tanto, un gran coste y mantenimiento. Lo que propuso, por primera vez, fue conectar directamente una planta desaladora a una turbina eólica sin sistema de almacenamiento. “Nos pareció un reto, porque había un debate en la comunidad científica sobre si las plantas pueden trabajar de forma autónoma”. Los objetivos generales de ese reto eran incrementar la flexibilidad de operación de la planta para adaptar su consumo a las energías renovables y así, incrementar el uso de este tipo de energía en las desaladoras.

Primero diseñaron un prototipo y desarrollaron un sistema innovador de control de la presión y el caudal, instalando sensores en la planta. Durante la investigación se dieron cuenta de que a la planta también le afectaban las características del agua, la temperatura o la salinidad, y el sistema de control no funcionaba, así que se les ocurrió incorporar técnicas de inteligencia artificial para adaptar la potencia de la planta a una posible potencia de una turbina eólica teniendo en cuenta toda la casuística posible.

La inteligencia artificial necesita que se le incorporen datos, así que primero entrenaron a la desaladora con un “entrenamiento humano” instalando equipos para variar la conductividad, la salinidad, la temperatura y la generación a producir. Después extrajeron esos datos, seleccionaron las variables importantes, entrenaron al algoritmo y lo incorporaron al sistema de control. “Fue todo un éxito”, aseguró Cabrera, porque la planta fue capaz de seguir la potencia marcada. “Nunca se había visto esa variación en plantas de este calibre”. Comparada con una planta con baterías, esta última producía más agua pero trabajaba con más paradas y arranques, lo que es más perjudicial para las membranas.

El trabajo se publicó en revistas científicas. Entonces se preguntaron si la solución se podía trasladar a toda una isla y para encontrar la respuesta, Pedro se trasladó a Dinamarca, “un país idílico para las renovables” donde “son un proyecto para mejorar la sociedad”. En aquel país no investigan para la desalación sino para flexibilizar otro consumo, el del calentamiento de los hogares. Allí trabajó con Henrik Lund, que ha desarrollado dos teorías fundamentales. La primera es la Teoría de la elección consciente, que enuncia que para lograr cambios en la planificación energética hay que cambiar las instituciones “porque las actuales están afectadas por intereses y cuando se plantean soluciones desde dichas instituciones, esas soluciones se plantean con falsa elección”. Eso es lo que pasó con las prospecciones petrolíferas, que se plantearon como una opción única, inevitable. Lund propone que siempre hay alternativas que deben ser estudiadas. La segunda Teoría es el concepto de Smart energy sistem, derivado de la anterior, que identifica las demandas de un sistema, sus recursos energéticos y los sectores de un lugar y hace propuestas de nuevas estrategias para integrar la generación de renovables y que todos los sectores estén interrelacionados para que el sistema sea más eficiente. Puso un ejemplo: “Si tenemos un hotel, que demanda calor, y una central eléctrica cercana, se pueden conectar los gases de escape de la central para calentar agua”.

Pero Cabrera quería estudiar la desalación e ir adaptando la demanda de agua de Gran Canaria a la generación renovable. Lund le planteó: está bien la desalación, pero ¿por qué no integrar todos los sectores? Así que se embarcó en esa tarea. Identificó las necesidades energéticas y propuso una metodología para todas las islas, con 17 estrategias. “Fue publicado y está teniendo éxito pero exige cambios radicales muy a largo plazo”, señaló Cabrera.

Como conclusiones, aseguró que se puede flexibilizar el consumo de la desalación “y estamos detectando el interés de grandes plantas en incorporar estas técnicas para flexibilizar, no todo, pero sí parte del consumo” y, por otra parte, el concepto Smart energy sistem “permite hacer un sistema energético más flexible e incrementar el uso de las energías renovables”.

Más información: Nota de prensa

Selena Millares: „Lanzarote, el oasis de arte de la familia Millares Sall“

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Lanzarote fue el oasis de los Millares Sall. El poeta José María Millares y su hermano Manolo, el pintor, reconocieron públicamente que su estancia en Arrecife había sido uno de los momentos más dulces de su vida. “En Arrecife se hicieron todos artistas”, señala Selena Millares, catedrática de Literatura Hispanoamericana en la Universidad Autónoma de Madrid e hija de Totoyo, el timplista, el pequeño de los Millares Sall. Selena es autora de El Faro y la noche, las memorias de la familia en forma de novela. En la Fundación César Manrique , el día 20 de septiembre pronunció la conferencia Encrucijadas artísticas del imaginario insular: César Manrique y la familia Millares, que dividió en cuatro partes: los antecedentes del millarismo, de “una familia que era una celebración colectiva de las artes” repleta de pintores, músicos, escritores; la primera estancia de la familia en Arrecife en 1928; la segunda, entre 1936 y 1938; y finalmente, la última parte, el devenir de los artistas. El hilo conductor es el padre, el poeta y profesor de instituto Juan Millares Carló.

Esta historia de los Millares comienza con otro Millares, Agustín Millares Torres, hijo de músico de cuerda, nieto de músico de catedral, y excomulgado por el obispo debido a no rectificar su opinión sobre dos prelados. También fue novelista y poeta, amigo de Menéndez Pelayo y Pérez Galdós y autor de Historia General de las Islas Canarias y de Historia de la Inquisición en las Islas Canarias. Sus hijos fueron los Millares Cubas, dramaturgos y músicos. Uno de ellos también se llamó Agustín y tuvo otro hijo del mismo nombre y uno más que se llamó Juan: Juan Millares Carló, primo a su vez de otros artistas, Claudio y Josefina de la Torre. Su tío fue el pintor Juan Carló, gran bohemio contemporáneo de Tomás Morales, Saulo Torón o Alonso Quesada. Millares Carló se casó con la pianista Dolores Sall Bravo de Laguna y tuvieron nueve hijos, entre los que están los poetas José María, Sixto y Agustín, el pintor Manolo, la pintora Jane, Eduardo, dibujante conocido como Cho-Juaá, y los músicos Yeya y Totoyo, los más jóvenes.

En 1928 la familia se traslada a Arrecife por primera vez. El padre gana la cátedra en el Instituto de las Cuatro esquinas pero solo permanecen un curso. “Eran muchos hijos, la vida era dura y no llegaba el sustento”, asegura Selena. En Arrecife entabla amistad con el escritor Agustín Espinosa, comisario regio del instituto, con quien conversaba y bebía muchas noches. Juan era fornido y Agustín débil y algunas veladas acababan con el primero cargando en brazos al segundo y éste diciendo: “Le debo la vida”. Ambos dieron clase a César Manrique, que ya traba amistad con algunos de los hijos, también alumnos.

La segunda estancia es obligada. Agustín Millares Sall había sido detenido con 19 años y enviado a un campo de concentración en Gran Canaria. Le ofrecen la alternativa del destierro y vuelve de nuevo a Arrecife toda la familia, esta vez, con dos hijos más. Había además otra razón: la depuración del padre. Juan, que en ocasiones sustituía al profesor de religión en el Instituto Pérez Galdós, fue delatado por el presbítero Manuel Socorro porque había comentado en clase que la creencia de que un Cristo de madera pudiera sudar sangre era una superchería. Ocho cartas del sacerdote en su contra acabaron por hacer efecto y Millares Carló pierde la cátedra. En Arrecife cierra el instituto y “el hogar se convierte en escuela”. Los niños dejan de tener una educación reglada y se vuelcan en el arte. El padre escribía obras de teatro cómicas que representan entre todos, dibuja para ellos y elaboran una revista familiar con poemas y dibujos que se completan de forma colectiva. Aparecen los primeros dibujos de Manolo Millares, con once años. Pero no dejó de haber problemas. Agustín fue denunciado por un chófer que escuchó una conversación sobre política. Otra vez la primera opción es el campo de concentración y, en esta ocasión, la alternativa es ingresar en Falange. Dolores tiene que vender su piano para comprar los uniformes, y tras el piano acabarán vendiendo los muebles para poder comer. La tragedia sigue: Sixto, muy debilitado, decide ingresar en el ejército para no ser una carga y muere con 19 años de tuberculosis.

Vuelven a Las Palmas y siguieron cultivando las artes. Los hermanos mantienen la amistad con César Manrique aunque Manolo y César, además de la amistad, mantienen diferencias. Y sigue la vinculación con Lanzarote: Jane expone en la Isla, Cho-Juaá hace los folletos del primer hotel, el Fariones y Manolo dedica varios poemas a la Isla. “El arte sigue siendo el centro de la vida familiar”, dice Selena. Continúan haciendo revistas familiares como La Pandilla o Viento y marea. Una de ellas, Planas de poesía, editada entre 1949 y 1951, llega hasta la Brigada político social. Detienen a José María, que fue encarcelado, interrogado acerca de una inexistente imprenta rusa y torturado. No pueden publicar nada hasta que en los años sesenta vuelven con Millares, una revista familiar, haciendo lo mismo que empezaron a hacer en Arrecife en los años treinta.

Mientras tanto, los padres, Juan y Dolores viven de manera muy pobre, en azoteas prestadas. Juan amaba la docencia pero no podía dar clase. Seguía escribiendo poemas y obras cómicas que enviaba a su familia para mantenerla unida. Después de veinte años le permiten dar clase, pero en La Palma. Sin embargo, vuelve la desgracia. Un cáncer de laringe le deja sin voz y tiene que dejar de nuevo las aulas. Muere en marzo de 1965 sin ver su obra publicada, una obra que su nieta, Selena Millares, recopila y publica. Este es su epitafio:

La mano que estas líneas escribe

en tiempo no lejano estará inerte

cuando la hora final al fin arribe

lo que haya de quedar será más fuerte. 

Más información: Nota de prensa

Lázaro Santana. La memoria mixtificada

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El poeta y crítico literario Lázaro Santana, pronunció el jueves 21 de mayo de 2009, en la Sala Saramago de la FCM, la conferencia La memoria mixtificada, dentro del foro de reflexión Foro Archipiélago. Santana hizo un repaso por la crítica que se ha hecho en las islas en los últimos treinta años sobre autores canarios y señaló que a esta crítica “la falta objetividad y le sobra chovinismo”. “Es inflexible e intransigente —aseguró—y el que se opone no es un discrepante, es un enemigo que ataca a la esencia del ser canario”.

Para llegar a esta conclusión, Santana comenzó con unas consideraciones generales sobre el pasado y la memoria. Citó un cuento de Borges en el que al protagonista le dan la opción de conseguir una memoria prodigiosa y sin embargo escoge olvidarlo todo y citó también la máxima de “quien olvida su historia está condenado a repetirla”. Frente a estas dos concepciones negativas sobre el pasado, opuso la visión de la poesía, que tiende a considerar que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

En ambos casos, lo que hay en común es el miedo al pasado, algo arraigado en nuestra mente y que genera la necesidad de falsearlo. “Solemos adaptar la realidad a nuestros intereses”, señaló Santana, a quien la falsedad le parece peor que la ignorancia. Para subrayarlo, recurrió a la alegoría del desván en el que se guardan los fantasmas familiares. Cuando se descubre que en el desván no hay más que una muñeca rota, se presenta la opción de aceptar lo que se ve, la realidad, o seguir creyendo que lo que se imaginaba es lo cierto. “En lo personal, cada uno es dueño de su imaginación, pero esa opción sobre la historia hay que denunciarla”.

Y eso es lo que comenzó a hacer Santana en su intervención respecto a la crítica sobre autores canarios en las últimas décadas. Señaló que “la mirada provinciana casi siempre falsea la realidad” y que, al analizar lo más cercano, “podemos perder la perspectiva y tendemos a magnificar lo que analizamos”. Destacó que, en ocasiones, esto se hace desde un enfoque político interesado y distorsionado y que, en otras ocasiones, se hace por u sentimiento de orfandad, “para sentirnos protegidos por el pasado”.

En este punto de su intervención, comenzó un repaso por las críticas realizadas sobre algunos autores canarios. Sobre la poesía de Domingo Rivero se ha llegado a decir que es superior a la de Unamuno, algo insostenible, a su juicio, pero que “se hace para construir un ascendente fuerte desde el que partir”. También destacó que la interpretación de Nicolás Estébanez como abanderado del nacionalismo canario es falsa, ya que fue universalista y anarquista y señaló que de su poema Canarias se ha hecho “una interpretación torcida”. Algo parecido ocurre con la figura de Cristóbal del Hoyo, que como poeta no escribió una sola línea propia ya que se dedicó a traducir poemas portugueses y sin embargo en su Oda al Teide algunos han visto “el poema de la libertad del hombre canario”.

Otra de las mixtificaciones realizadas con autores canarios se refiere a los surrealistas. Según Santana, se ha magnificado la visita de André Breton a Tenerife en 1935, para enlazar directamente a los autores canarios con los franceses y negar los lazos con los españoles., algo que atribuye a un “complejo de inferioridad”, ya que la influencia tanto de Alberti como de Jiménez Caballero, sobre los autores canarios es, en su opinión, clara. “La vinculación intelectual de los vanguardistas canarios se produce con autores de la Península casi exclusivamente”, afirmó el crítico literario, que también sostuvo que al surrealismo canario se le ha querido dar mucho peso cuando apenas tuvo influencia. Señaló que Canarias sí aportó dos buenas figura al surrealismo: el pintor Óscar Domínguez y Agustín Espinosa. Frente a esto destacó como un exceso insostenible que se haya dicho del libro Lo imprevisto de Domingo López Torres, que es “uno de los mejores libros del surrealismo”. Para Santana, estas consideraciones tenían cierto sentido en 1975 tras salir del franquismo “pero ahora ya no”.

Santana citó también el caso de una exposición del grupo Pajaritas de papel (1928-1930), formado entre otros por Domingo Pérez Minik, que organizó el Gobierno de Canarias. En el texto del comisario incluido en el catálogo de la muestra, Santana encontró otro “ejemplo de irresponsabilidad crítica”, ya que en ese texto se consideraba la “fundacional” e “ingente labor creativa” del grupo, cuando ellos mismos se definían como creadores de arte doméstico. Terminó con el ejemplo de Graciliano Afonso (1775-1861), del que se ha dicho que realizó una labor cultural “titánica” y que su obra había que entenderla comparándola con lo que se hacía en las islas en su época.

La conferencia finalizó con un ejemplo histórico de este tipo de mixtificaciones. Se refirió al pasaje narrando por el alférez Alonso Jaime Sotomayor que participó en 1483 en la conquista de Canarias junto a Juan Rejón. Cuenta que un canario viejo le dio a Rejón buena información para comenzar a invadir la isla de Gran Canaria. Después, algunas crónicas convirtieron a ese canario viejo en una canaria y posteriormente, en Santa Ana. Santana, el conferenciante, señaló que “los que se ocupan de la crítica deben elegir si al final de su estudio se quedan con el canario viejo o con Santa Ana”.

Tras su intervención comenzó un animado debate sobre el contenido de su ponencia.

Pascual Calabuig. Tortugas marinas y contaminación por petróleo en Canarias

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El veterinario jefe del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) de Tafira, en Gran Canaria, Pascual Calabuig Miranda, intervino el 26 de junio de 2008 en el Foro Archipiélago con la conferencia titulada “Tortugas marinas y contaminación por petróleo en Canarias”. Comenzó exponiendo una descripción de las instalaciones sanitarias de la clínica, las piscinas de agua marina que sirven de aclimatación y recuperación, los inicios hace más de 20 años, las cuestiones relacionadas con el transporte —aéreo o marítimo— gratuito, entre islas y diversas estadísticas de los ingresos de fauna accidentada, enferma o herida que recibe el Centro.

Calabuig se refirió a la cantidad de animales que acogía: “casi dos tercios de los ejemplares atendidos son pertenecientes a fauna marina”. Y, sobre todo, se detuvo en las tortugas. Con una aproximación a la biología de tortugas marinas, el recorrido o itinerarios de sus poblaciones, relacionándolos con las corrientes marinas, así como la fisiología de estos animales, anteriores a los dinosaurios.

Las seis especies de tortugas marinas, de las ocho que existen en el mundo, se pueden encontrar en las aguas canarias

En el CRFS de Tafira, un centro de referencia en lo que se refiere a atención y recuperación de animales, se ha atendido numerosos ejemplares de cinco especies diferentes, conocidas como tortuga boba (la más abundante), tortuga verde, carey, golfina y tortuga laúd. “En febrero de 2007, aparece malherida, entre Gran Canaria y Tenerife, una tortuga olivácea, que ingresa en el Centro, dejando constancia de una nueva cita para este archipiélago” afirmó Pascual Calabuig (las 2 especies restantes, hasta completar las 8 existentes en el mundo, nadan únicamente en aguas del Océano Pacífico).

“De todas las tortugas que ingresan en el Centro de Recuperación de Tafira, el 75% de ellas logran ser devueltas, sanas, al mar. Un 9% mueren durante el intento de recuperación; un 12% ingresan muertas y a un 3% de ellas les practicamos la eutanasia”.

Las tortugas marinas, altamente sensibles a los efectos producidos por los hidrocarburos

En el Centro se tiene un protocolo de atención y se anota la causa de ingreso. El 73% de los ingresos es por causa antropogénica, ya sea por mordida de anzuelos, por enmallamiento o enredo con plásticos, nylon, redes… —que es la causa más frecuente—, por colisión con embarcaciones, por mordidas de tiburón, enfermedades o ingestión de alquitrán. Calabuig fue contundente: “las tortugas marinas son muy resistentes a las agresiones físicas: traumatismos con barcos, mordidas de tiburón, anzuelos, pero resultan altamente sensibles a las agresiones químicas, entre ellas a los efectos producidos por los hidrocarburos, que son muy persistentes en su organismo, debido a que el sistema renal de las tortugas es muy simple”. Uno de los efectos conocidos que produce el petróleo en las tortugas es la alteración de la estructura de la piel y una disminución de las defensas lo cual las predispone a infecciones de la piel y caparazón. “Encontramos que el animal se va quedando famélico, anémico, con elevado número de leucocitos, con alteraciones en la piel, infecciones oculares, además de presentar una enorme cantidad de epibiontes (algas, cirrípedos, clacas…) en su caparazón”.

“Es probable que parte de los ingresos encuadrados como ‘indeterminados’ y ‘otros’ tengan una motivación derivada de la toxicidad crónica por petróleo. Investigaciones toxicológicas sobre este aspecto de las tortugas petroleadas debieran de llevarse a cabo”, infirió Pascual Calabuig decisivamente.

Protocolo de atención a tortugas ‘petroleadas’

Finalmente, Pascual Calabuig mostró y detalló el protocolo de atención de tortugas afectadas por petróleo, que se lleva a cabo en el Centro de Tafira. Un decálogo de acciones consistentes en: 1. Limpieza del caparazón, boca, narinas, cara y aletas. 2. Lavado con detergente neutro y agua tibia. 3. Limpieza fina del interior de la boca y esófago y comprobación con un endoscopio. 4. Análisis de sangre. 5. Aplicación de suero. 6. Administración de antitóxicos (como el carbón activo en polvo). 7. Examen con rayos X. 8. Comprobación del funcionamiento de la glándula de la sal. 9. Recuperación en piscina con agua salada a unos 25º C de temperatura. 10. Liberación.

Pascual Calabuig es licenciado en Biología por la Universidad de La Laguna y licenciado en Veterinaria por la Universidad de Córdoba. Ha sido pionero en la recuperación de fauna en las Islas Canarias, y en la actualidad es el Veterinario Jefe del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira, perteneciente al Cabildo Insular de Gran Canaria, del cual es coordinador desde hace 21 años. Así mismo, es director del equipo que lleva a cabo el “Plan de Recuperación del Pinzón Azul de Gran Canaria”, ave en peligro de extinción.

Ha participado, también, en numerosas jornadas técnicas como ponente especializado en terapéutica, cirugía y atención de urgencia de fauna silvestre accidentada o enferma, realizando además una labor de divulgación de los efectos causados por las actividades humanas sobre los ecosistemas.

Entre sus actividades, tanto él como su equipo han asesorado a nivel nacional en la recuperación de aves, reptiles o grandes mamíferos marinos varados. Por citar un ejemplo, fue requerido por WWF/Adena Internacional para coordinar trabajos de atención de urgencia de los animales afectados por el petróleo derramado por el hundimiento del petrolero “Prestige”, en Galicia.

Lo que comenzó siendo un aviario se transformó en el  Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Tafira, y es actualmente un referente a la hora de atender no sólo aves, sino también tortugas y mamíferos marinos. Así, ha recuperado pingüinos, focas, delfines, guirres, halcones, guinchos, alcaravanes, palomas de la laurisilva, hubaras, lagartos de El Hierro… hasta más de 40.000 ejemplares diferentes. Igualmente, ha atendido a focas o reptiles que llegan a Canarias y posteriormente han sido liberados en costas británicas o africanas.

En 2006, fue galardonado con el  “Premio Atlántico de Medio Ambiente”, otorgado por el Cabildo de Fuerteventura.

Alfredo Herrera Piqué. Pasión y aventura en la ciencia de las Luces

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La conferencia que el ensayista y escritor Alfredo Herrera Piqué desarrolló el 24 de mayo de 2007 en la FCM buceó en la prehistoria científica del Archipiélago canario con el fin de iluminar el presente, en el que “la figura del intelectual ha sido barrida por los medios de comunicación de masas”, que apenas dedican atención a la información de carácter científico.

El escritor y ensayista relató cómo hace doscientos años un joven geógrafo desembarcó en Tenerife equipado con un instrumental de más de 300 kilos de peso, dispuesto a realizar numerosos experimentos sobre un terreno prácticamente virgen. Este hombre era Alejandro de Humboldt y su breve estancia en el Archipiélago colocó a Canarias en un lugar destacado de la Historia de la Ciencia europea para siempre. Realizó el primer estudio científico del vulcanismo de Tenerife, dibujó el mapa geobotánico insular y calculó la altitud exacta del Teide. En la actualidad, recuerda Alfredo Herrera Piqué, “el mundo que recorrieron, catalogaron, disfrutaron y nombraron aquellos exploradores científicos, ya no existe”. Pero Humboldt no fue el único. Un siglo antes, el astrónomo francés Louis Feuillée se desplazó hasta El Hierro con la misión de calcular la posición del Primer Meridiano, ubicado desde Ptolomeo en los confines del mundo conocido, las Islas Afortunadas. Fue el primero en aplicar el método científico en las Islas Canarias, explicó Herrera, y además de fijar el meridiano de referencia, calculó la latitud de La Laguna y la altitud del Teide (hoy sabemos que con ciertos errores).  

“Pasión y aventura en la ciencia de Las Luces” era el título de la conferencia, y Herrera Piqué describió durante su intervención los principales aspectos que hicieron del siglo XVIII una etapa histórica marcada por la confianza en la razón y en las posibilidades de desarrollo del ser humano. “El lenguaje científico pasó a ser un lenguaje común” y la idea del progreso como una línea ascendente que siempre tiende a etapas mejores dio lugar a una “nueva interpretación del mundo”, bien ilustrada en La Enciclopedia.

Fue la época en la que se profesionalizó la actividad científica y se desarrollaron las primeras aplicaciones tecnológicas en la vida cotidiana. Fue también el siglo en el que aparecieron las primeras cosmogonías que trataban de explicar el origen del universo. La Ilustración se caracterizó además por la creación de los primeros herbarios y jardines botánicos, así como de las primeras grandes colecciones privadas, que más tarde se convertirían en los museos que conocemos en la actualidad. Por supuesto, fue el siglo de las grandes expediciones marítimas, marcadas por una doble dimensión: la expansión colonial y la investigación científica. Los barcos que conquistaban nuevas tierras tenían entre sus pasajeros a físicos, astrónomos o dibujantes de Historia Natural.    

Dos siglos más tarde, nuestro mundo se caracteriza por “las grandes desigualdades, el aumento demográfico, el cambio climático y el agotamiento de las reservas energéticas”, y en opinión de Herrera Piqué “las perspectivas son muy inquietantes”.

Recuperar la “autoridad intelectual” y el “valor del conocimiento científico” es una tarea necesaria que corresponde al ser humano del siglo XXI, con el fin de contrarrestar la influencia de “los cuatro jinetes del Apocalipsis moderno: el dinero, el consumo, la exaltación de la imagen y el poder”.

 “Somos una ínfima y frágil estela de vida situada en el universo”, comenzó diciendo Herrera Piqué. No obstante, hemos demostrado estar dotados de una “capacidad de destrucción y autodestrucción capaz de modificar las condiciones de vida” existentes. “Somos polvo estelar sometido a las leyes del azar y la necesidad. Pero también tenemos una increíble capacidad de conciencia, que es nuestra pequeña riqueza y también el germen de nuestra angustia existencial”, añadió. La cuestión es: ¿seremos capaces de transformar esa angustia existencial en una acción al servicio de la Naturaleza en la que se originó nuestra especie?

Alfredo Herrera Piqué es ensayista y escritor, y ha desarrollado una extensa y variada actividad cultural, paralela a una dilatada acción de compromiso político. Desempeñó el cargo de consejero de Cultura del Gobierno Autónomo de Canarias y, posteriormente, fue Senador en las III y IV legislaturas de las Cortes. En el Senado fue vicepresidente de la Comisión de Educación, Universidades, Investigación y Cultura.

Durante largos años ha cooperado en la dinamización de la vida cultural en las Islas y ha promovido relevantes iniciativas realizadas en este campo, tales como la propuesta de conmemorar la Fundación de la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, la organización del Congreso de Cultura de Canarias, el primer plan de restauración del Patrimonio Histórico de las islas Canarias, el Festival Internacional de Música de Canarias, la declaración del barrio de Triana (Las Palmas) como conjunto histórico o la propuesta y estudio para la candidatura del Centro Histórico de Las Palmas a su declaración como Patrimonio Mundial, así como otras varias aún no llevadas a cabo, como la creación del Museo Histórico de Las Palmas de Gran Canaria.

Igualmente, ha sido presidente del Museo Canario y ha cooperado en la gestión de otras entidades culturales de Las Palmas de Gran Canaria. Es asiduo participante en los Coloquios de Historia Canario Americana y ha sido director de la revista cultural “Aguayro” (1973-1991) y del semanario informativo “Sansofé”, habiendo escrito centenares de artículos en diarios de Las Palmas de Gran Canaria, en el periodo 1965-2005.

Entre sus ensayos y publicaciones, se encuentran “La ciudad de Las Palmas, noticia histórica de su urbanización” (1978), “Arquitectura neoclásica en Canarias” (1982), “Canarias, escala en la exploración científica de los continentes exóticos” (1982), “Las Palmas de Gran Canaria” (1984), “Las islas Canarias, escala científica en el Atlántico. Viajeros y naturalistas en el siglo XVIII” (1987), “Tesoros del Museo Canario” (1990), “Cuatro tiempos de la Ciudad” (1995), “El drago de las islas Canarias. Iconografía y referencias históricas” (1996), “Las Palmas de Gran Canaria. Patrimonio histórico y cultural de una ciudad atlántica” (1997), “El nacimiento de una Ciudad” (2005), y “Pasión y aventura en la Ciencia de las Luces” (2006).

Roque Calero. Canarias frente a la crisis energética y el cambio climático

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El 30 de noviembre de 2006, Roque Calero pronunció la conferencia titulada Canarias frente a la crisis energética y el cambio climático.

Roque Calero es Doctor Ingeniero Industrial y Catedrático en el área de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). Ha sido director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales en esta Universidad y Secretario General de la Universidad Politécnica de Las Palmas. Así mismo, ha sido miembro del Claustro y del Consejo Social de la ULPGC y Miembro del Consejo Universitario de Canarias.

Calero ha sido asesor del Comité de Enseñanza del Instituto de Ingenieros de España y de la Comisión de Seguimiento del Plan Hidrológico de Gran Canaria; creador e impulsor del área de I+D del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC); y gestor y Director del Centro de Investigación en Energía y Agua perteneciente al ITC. Fundó y dirigió la revista Dinámica, perteneciente al colegio de Ingenieros Industriales y ejerció como Secretario General de la Federación Iberoamericana de Ingeniería Mecánica.

Ha publicado más de 30 libros y monografías, un centenar de artículos en revistas especializadas y ponencias en congresos,  ha dirigido más de 40 proyectos de I+D y ha desarrollado proyectos y convenios de investigación con empresas y administraciones. Ha propuesto, además, 4 patentes de invención y un modelo de utilidad.

Roque Calero ha llevado a cabo trabajos de consultoría a través de distintos proyectos en Canarias, entre los que se cuentan el Plan de desarrollo sostenible del municipio de Betancuria y el Plan de desarrollo sostenible para la Comarca del Sureste de la isla de Gran Canaria.

En el transcurso de su intervención, Roque Calero abordó el fenómeno del cambio climático originado por la combustión de ingentes cantidades de combustibles fósiles,  y el riesgo que supone para los cimientos de nuestra civilización tal como hoy la concebimos.

A juicio de Calero, prácticamente todo el mundo está de acuerdo en que este modelo de desarrollo ha alcanzado sus límites, y que “otro modelo” es necesario. Si lo definimos y lo imponemos, los necesarios cambios no sólo no serán traumáticos, sino que nos brindarán nuevas oportunidades de progreso; en caso contrario, un “nuevo modelo”, ciertamente traumático, será impuesto por el propio devenir de los acontecimientos.

En la conferencia, Roque Calero analizó las causas que han conducido a la situación actual y las perspectivas de futuro, a escala mundial, en caso de seguir por el mismo camino, para entrar seguidamente en un análisis de la situación de las Islas Canarias.

Durante la última parte de la intervención, definió los rasgos de un “nuevo modelo” de desarrollo a escala mundial, y  para nuestras islas en particular, acorde con ese nuevo escenario que se perfila, haciendo especial énfasis en cómo convertir las amenazas causadas por  los futuros problemas  en nuevas oportunidades, en nuevas líneas de acción.

Todo ello pondrá de manifiesto, según Roque Calero, las “contradicciones” entre nuestro modelo “continuista actual” y ese otro modelo “rupturista” que Canarias necesita urgente e imperiosamente.

Antonio Machado. De la biosfera a la psicosfera. ¿Necesitamos una nueva ecología?

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Antonio Machado es Doctor en Biología y colaborador del Museo Insular de Ciencias Naturales de Tenerife. En la actualidad es editor en jefe del Journal for Nature Conservation, miembro numerario de la Academia Canaria de la Lengua, profesor asociado de Ecología en la Universidad de La Laguna y trabaja como consultor independiente en materia de conservación y medio ambiente.

Machado ha sido profesor de Ecología de la Universidad de La Laguna (1976-1979) y durante varios años biólogo del Instituto Nacional para La Conservación de La Naturaleza, ejerciendo —entre otros cargos— el de Director Conservador del Parque Nacional del Teide.

Asimismo, ha sido Vocal Asesor del Gabinete de la Presidencia del Gobierno Central (1987) y Asesor de Ecología y Política Ambiental del Gobierno de Canarias (1988-1991) y del Consejero de Economía y Hacienda. Entre 1994 y 1995 se ocupó de la Dirección de la Oficina de Relaciones Institucionales del Gobierno de Canarias en Madrid.

Su producción científica se centra fundamentalmente en Entomología y la gestión técnica en materia de conservación (gestión de áreas naturales, de vida silvestre, turismo sostenible, recuperación de especies, etc.). También ha realizado varias propuestas de anteproyectos legislativos (impacto ecológico, áreas protegidas, biodiversidad, etc.) y documentales de divulgación sobre Ecología y sobre Naturaleza.

Ha trabajado como experto para organismos extranjeros e instituciones internacionales (Consejo de Europa, CEE, Tropenbos). De 1991 a 1996 fue Consejero Regional electo de la UICN (Unión Mundial para la Naturaleza) para Europa Occidental y de 1994 a 2001 Presidente del Centro Europeo para la Conservación de la Naturaleza (ECNC).

En la conferencia De la biosfera a la psicosfera. ¿Necesitamos una nueva ecología?, pronunciada el 29 de septiembre de 2005, repasó brevemente el proceso de formación de la biosfera en nuestro planeta y la aparición de la psicosfera, como consecuencia de la emergencia de la mente en la especie humana.

Machado discutió sobre la utilidad de la Ecología clásica, de corte biosférico, como insuficiente para afrontar los retos actuales, y propuso ahondar en una nueva física y ecología de la Información. A su juicio, “lo que hoy funciona en la Tierra es una psicosfera en la que la información circula de forma muy acelerada y los cambios que acaecen son muy rápidos. Bajo esta nueva óptica, el discurso ecologista profundo, al tomar la biosfera como referente, está desencaminado. No se puede regresar al pasado”.

Su intervención finalizó con un coloquio en el que respondió a cuestiones sobre la noosfera, los elementos claves para la formación de la vida pensante, la extinción como apertura a otras formas de vida o el ecologismo.